Publicado 09/12/2013 19:37

Brasileña Rousseff aumenta ventaja sobre la oposición con miras al 2014

Por Asher Levine

SAO PAULO, 9 dic, 9 Dic. (Reuters/EP) -

- El 2013 fue un año difícil para la presidenta brasileña Dilma Rousseff, pero no fue mucho más fácil para la oposición.

El PSDB, el principal rival del Partido de los Trabajadores de Rousseff, fue incapaz de capitalizar el descontento con el frágil crecimiento económico y las masivas protestas que sacudieron el país en junio, cuando más de un millón de personas salieron a las calles contra la corrupción y la mala calidad de los servicios.

La mayor economía de América Latina, que hace unos años atraía a los inversores con un crecimiento de un 7,5 por ciento en el 2010, se desaceleró bruscamente durante el primer gobierno de Rousseff, a medida que la industria enfrentó altos impuestos, costos laborales y otras trabas.

Y sin embargo la popularidad de Rousseff ha estado en gran medida aislada de los problemas económicos, debido a los esfuerzos de su gobierno por expandir los programas sociales para los más pobres.

Aunque la aprobación de la mandataria se hundió inmediatamente después de las protestas de junio, desde entonces recuperó la mayor parte del terreno perdido. Y actualmente la presidenta aventaja a la de todos sus potenciales rivales en la elección presidencial del 2014, en la que se espera que Rousseff busque un segundo mandato de cuatro años.

"Tuvimos una enorme ola de personas movilizándose, saliendo a las calles", dijo Carlos Melo, un analista político de la escuela de negocios Insper en Sao Paulo. "Pero a medida que la ola pasó, la gente comenzó a preguntarse 'cuál es la alternativa'?"

Aparentemente no es el PSDB, según encuestas recientes.

Después del gobierno del ex presidente Fernando Henrique Cardoso, que entre 1995 y el 2002 ayudó a estabilizar la caótica economía de Brasil, el PSDB perdió las últimas tres elecciones presidenciales contra el Partido de los Trabajadores.

Y los comicios el próximo año no pintan muy diferentes. El apoyo al candidato más probable del PSDB, Aecio Neves, continúa siendo menos de la mitad del de Rousseff. Neves enfrenta además la competencia del PSB de Eduardo Campos, aliado con la popular ambientalista Marina Silva.

Las divisiones internas han enfrentado a Neves, miembro de una dinastía política del estado de Minas Gerais, contra José Serra, un ex alcalde de Sao Paulo derrotado dos veces en segunda vuelta en las presidenciales por el Partido de los Trabajadores.

Neves, un político de 53 años popular en su estado, iba en teoría a rejuvenecer e inyectar entusiasmo en el PSDB tras los intentos de Serra por alcanzar la presidencia.

Pero Serra, de 71 años, continúa sobrevolando el partido sin despejar el camino para la nominación de Neves. Hasta el momento ninguno de los dos recibió el respaldo final del PSDB.

El PSDB podría además ser debilitado por un escándalo de sobornos y fijación de precios en el metro de Sao Paulo, además de un potencial fallo de la Corte Suprema sobre un supuesto esquema de financiamiento ilegal de campaña que se remonta a 1998.

Rousseff misma demostró en el 2010 que los sondeos iniciales no significan mucho en Brasil, superando a Serra apenas dos meses antes de la votación. Aunque esta vez, sin embargo, su adversario está en una posición más débil.

"El PSDB está dividido", dice Roberto Romano, un analista político de la Universidad Estatal de Campinas. "No ofrece una oposición clara al Partido de los Trabajadores".

Luiz Inácio Lula da Silva, un ex obrero metalúrgico y líder sindical, llevó al Partido de los Trabajadores al poder en el 2003 con la promesa de mejorar las condiciones de vida de los más pobres de Brasil, expandiendo las políticas de inclusión social del anterior gobierno. Durante la administración de Rousseff el programa llamado Bolsa Familia creció hasta cubrir actualmente casi a la cuarta parte de la población brasileña. Y los beneficiados tienen a ser sus principales votantes.

"Un brasileño pobre puede mirar al gobierno de Dilma y decir 'Claro que tiene defectos, que tiene problemas, pero este gobierno tiene políticas sociales que me benefician. Otra administración me garantizaría lo mismo?' Eso es lo que el PSDB no ha sido capaz de hacer", dijo Melo, del Insper.

De hecho, la estrategia de comunicación de Neves ha sido por momentos contradictoria. Entrevistado este año en un programa de televisión de variedades, dijo: "Si uno pudiera tomar Bolsa Familia (...) y llevarlo a la clínica a hacer un test (de ADN), el nombre del padre sería PSDB/FHC", dijo usando las siglas por las que es conocido Fernando Henrique Cardoso.

El mes pasado, sin embargo, Neves describió el Bolsa Familia como "la administración diaria de la pobreza" y se refirió a él como un instrumento electoralista.

Neves criticó además al Partido de los Trabajadores por un escándalo de corrupción y por su rol en el debilitamiento de los fundamentos macroeconómicos, dos temas que tradicionalmente los brasileños más pobres han estado dispuestos a pasar por alto siempre que su calidad de vida estuviera mejorando.

Con el desempleo actualmente cerca de un mínimo record y los ingresos de las familias aumentando sostenidamente, las palabras de Neves, y el mensaje del PSDB, podrían caer en oídos sordos.