SANTIAGO, 11 Mar. (EUROPA PRESS) -
El ministro del Interior chileno, Andrés Chadwick, ha defendido este lunes la ampliación de los subsidios a las clases bajas y parte de las clases medias, que podrán solicitar hasta los 40.000 pesos (unos 65 euros) más 7.500 pesos por hijo (12 euros), y la subida del salario mínimo hasta los 200.000 pesos (325 euros) en medio de las críticas de la oposición que acusan al Ejecutivo de tomar decisiones populistas.
El presidente chileno, Sebastián Piñera, anunció el domingo la aprobación de un nuevo paquete de ayudas para las personas más necesitadas, el cuarto desde que llegó al poder en 2010, que se conoce como 'bono marzo', al que esta vez podrán acogerse familias de clase media.
La coalición opositora la Concertación ha tildado la medida de populista en medio de especulaciones sobre la vuelta a Chile de la expresidenta Michelle Bachelet, a quienes muchos medios de comunicación ya colocan como nueva candidata a las presidenciales frente al actual Ejecutivo conservador.
"Dentro del tesoro público tenemos los recursos para destinar estos capitales que están guardados para atender efectos de necesidad o de emergencia", ha asegurado el ministro del Interior en una entrevista con Radio Cooperativa.
"El proyecto sería populista en la medida que no tenga el respaldo económico suficiente, pero estando sobre el 6 por ciento de crecimiento, y con todas las cuentas fiscales ordenadas, además de tener una deuda externa casi inexistente, ¿es populista querer compartir con la gente que más lo necesita?", ha manifestado Chadwick.
"El país puede compartir y entregar recursos adicionales a aquellos que más lo necesitan. El compromiso es enviar la ley con urgencia al Congreso hoy, y esperamos que comprendan el esfuerzo que estamos haciendo y la necesidad de compartir esto, por lo que le pedimos a todos los sectores políticos que lo puedan respaldar para aprobarlo el 1 de abril", ha añadido.
Por su parte, durante una rueda de prensa, la portavoz del Gobierno chileno, Cecilia Pérez, ha advertido a la oposición que la ciudadanía castiga a los políticos por ser "mezquinos y amargos" al no apoyar las medidas de ayuda del Ejecutivo chileno.
"Son momentos económicos distintos, a Bachelet le tocó enfrentarse con una economía en el suelo, con una crisis internacional que golpeó fuertemente a Chile y que no se pudo levantar, así recibimos el país, y hoy al contrario tenemos una buena noticia con lo que ha ocurrido con el desarrollo económico del país", ha argumentado.