Por John Parry
NUEVA YORK (Reuters/EP) - La subasta de 30.000 millones de dólares en bonos del Tesoro estadounidense a 30 años atrajo el jueves una fuerte demanda, lo que despejó el temor a que los inversores extranjeros pudieran exigir rendimientos más altos en las ventas de deuda a largo plazo.
El miércoles, una subasta deslucida de 23.000 millones de dólares en bonos a 10 años había enviado una señal de advertencia al Gobierno de que los inversores estaban comenzando a demandar tasas más altas para compensar los riesgos asociados con una emisión de deuda que llegaría este año a los 2 billones de dólares.
En ese contexto, los analistas temían que la venta de bonos a 30 años siguiera el mismo camino. Pero se vieron sorprendidos por la fortaleza de la demanda general y la participación extranjera.
El ratio de cobertura de ofertas, un indicador de la demanda, fue de 2,54 en la subasta del jueves, muy por encima de las ventas de ese tipo. Las ofertas indirectas, que incluyen a los bancos centrales extranjeros, representaron un 48 por ciento de la operación, también por arriba del promedio.
"Fue una recepción sólida", dijo Ian Lyngen, estratega de CRT Capital Group en Stamford, Connecticut. La oferta fue enérgica "y también tuvimos una fuerte demanda indirecta", agregó.
"Hubo una buena recepción y el sector a 30 años del mercado ciertamente lo está tomando así", dijo Lyngen.
Poco después de la venta, en el mercado abierto, el bono a 30 años subía más de un punto entero en precio y rendía un 4,47 por ciento.
Sin embargo, al ser el bono más sensible a la inflación y el más susceptible a la ola de emisiones de deuda, este papel es mirado con recelo por muchos analistas.
Tras un buen desempeño el año pasado, el bono asestó grandes pérdidas a los que lo compraron en diciembre. El rendimiento del papel, que se mueve a la inversa de precio, ha subido a cerca del 4,5 por ciento ahora desde el mínimo histórico de 2,5 por ciento visto a fines del 2008.