Publicado 15/10/2013 00:12

Discrepancia entre Francia y Alemania ensombrece esfuerzos para limpiar bancos

Por John O'Donnell y Robin Emmott

LUXEMBURGO, 14 oct, 15 Oct. (Reuters/EP) -

- La zona euro debatió el lunes quién debería pagar para limpiar las carteras de los bancos en bancarrota, dividida por las diferencias entre Alemania y Francia que oscurecían los esfuerzos por sellar una histórica reforma y poner un punto final a la crisis financiera de la región.

Mientras España e Irlanda se preparan para terminar con la dependencia de la ayuda internacional que apuntaló a sus bancos, los ministros de Finanzas buscaron idear un plan de acción a largo plazo para lidiar con problemas que probablemente salgan a la luz el año próximo en pruebas para conocer la salud del sistema bancario.

Las dudas persisten acerca de cuánto será capaz de aportar el fondo de rescate de la zona euro, conocido como Mecanismo de Estabilidad Europea (MEE), y de cómo construir un marco único bancario para el bloque y resolver problemas futuros juntos en una unión bancaria.

"Es una prioridad, un proyecto esencial", aseguró el ministro de Finanzas francés, Pierre Moscovici, a periodistas tras la reunión en Luxemburgo. "Una unión bancaria débil no es una unión bancaria", sentenció.

Francia lidera un grupo que incluye a España e Italia que exige que el MEE -creado para brindar ayuda financiera a los gobiernos de la zona euro- actúe como red de protección para los bancos insostenibles en el área euro, a tiempo para cuando el próximo año se anuncien los resultados de las pruebas de tensión del Banco Central Europeo.

Alemania, la mayor economía de Europa, quiere junto a Holanda y Finlandia que se adjunten condiciones a cualquier participación del MEE para evitar que los costos de las depuraciones bancarias se las endilguen a ellos.

"Francia defiende la posibilidad de utilizar el Mecanismo de Estabilidad Europea como una red de protección dentro de la unión bancaria", aseguró Moscovici.

Las pruebas de la salud de los bancos realizadas por el BCE son un paso crítico a la hora de establecer un marco bancario único para la zona euro, dándole credibilidad a la supervisión del BCE y allanando el camino para que el bloque coopere con los bancos en quiebra.

Las divisiones entre los 17 países que componen el área euro fueron resaltadas por las fuertes críticas de Moscovici antes de la reunión.

En un nuevo libro a ser publicado esta semana, Moscovici acusó al Gobierno alemán de detener el avance hacia una unión bancaria para proteger su propio sistema financiero "extraño" de bancos regionales que están "profundamente entrelazados (...) con los círculos políticos locales".

El ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schaeuble, no estuvo presente en la reunión por las conversaciones que se están llevando a cabo para conformar un nuevo gobierno.

Para complicar aún más las cosas, Gran Bretaña -que está fuera de la zona euro- se ha negado en varias ocasiones a suscribir el primer basamento de la unión bancaria, la supervisión.

Cuando se le pidió que contara los obstáculos que quedan para lograr una unión bancaria, Jeroen Dijsselbloem, quien presidió la reunión de ministros, respondió: "¿Cuánto tiempo tiene?", antes de enumerar una serie de temas que incluyó establecer un fondo y una agencia para cerrar o salvar bancos en problemas.

Al finalizar la reunión, los ministros repitieron la necesidad urgente de avanzar, pero reconocieron las grandes diferencias que deben ser superadas antes. El debate continuará el martes, cuando los ministros de toda la UE se reúnan.