Actualizado 06/05/2006 03:49

EEUU/Bolivia.- Las empresas mineras norteamericanas reconsideran sus inversiones en Bolivia tras la nacionalización


TORONTO, 6 May. (EP/AP) -

Las empresas mineras de Norteamérica están reconsiderando sus inversiones futuras en la extracción de oro, plata y estaño en Bolivia, después de que el presidente Evo Morales nacionalizara esta semana la industria energética.

Frente a la incertidumbre, Peter Munk, presidente de Barrick Gold Corp, el mayor productor de oro del mundo, comentó el jueves a sus socios accionistas en Toronto que preferiría explotar en Pakistán en vez de hacerlo en países sudamericanos que dificultan la inversión extranjera.

Según los analistas, tras la medida las empresas energéticas se retirarán de Bolivia y la nación más pobre de Sudamérica perderá aliados importantes como Brasil y España.

La resolución presidencial afecta a Petrobras y Repsol, de Brasil y España, las dos mayores empresas extranjeras que operan en Bolivia, con inversiones que superan los 1.200 millones de dólares desde 1997.

"No estamos expulsando a ninguna compañía. Pero ya no ganarán tanto como antes", declaró Morales a la televisora Telesur, del Gobierno venezolano. Algunos analistas consideran el decreto como una consecuencia de la alianza establecida por el presidente boliviano con sus homólogos de Venezuela y Cuba, Hugo Chávez y Fidel Castro.

Ante este panorama, Munk afirmó que a pesar de la presencia de militantes islámicos, Pakistán se mostraba como un destino de inversión más conveniente que Bolivia. "Desde el punto de vista minero, Pakistán es uno de los mejores países" del mundo, dijo ante sus socios.

Otro alto ejecutivo de una empresa minera canadiense, el cual pidió no ser identificado, comentó que las medidas de Morales, sumadas a los riesgos generados por los ambientalistas y los sobornos, hacen de Bolivia un destino cada vez menos agradable para inversiones.

Por su parte, Paul Zdebiak, vicepresidente de la productora de oro Eaglecrest Explorations, de Vancouver, opinó que las decisiones de Morales obedecen a necesidades políticas que se calmarán con el tiempo. Su empresa ha invertido 25 millones de dólares durante 14 años en Bolivia, de donde no planea retirarse.