KABUL (Reuters/EP) - La embajada de Washington en Kabul dijo el miércoles que estaba revisando su política de seguridad en la capital afgana tras acusaciones de que algunos guardias estaban implicados en altercados estando borrachos y conducta lasciva que ponían en peligro a sus diplomáticos.
Horas después, el Departamento de Estado estadounidense dijo en Washington que su embajada en Afganistán estaba bien protegida a pesar de la escasez de personal y dijo desconocer las irregularidades en las que estaban implicados algunos guardias contratados por una empresa privada de seguridad.
En una carta a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, el Proyecto de Vigilancia Gubernamental, que no está adscrito a ningún partido político, dijo que guardias privados de la compañía de seguridad ArmorGroup celebraban fiestas en sus campamentos donde quedaban casi desnudos, bebían vodka y abusaban de afganos.
Junto con falta de personal y otras carencias, la organización dijo que la situación minaba la seguridad en el disperso complejo en un momento en que aumenta la violencia en Afganistán.
La embajada de Estados Unidos en Kabul dijo que se tomaba muy en serio estas acusaciones.
"Hemos adoptado pasos inmediatos para revisar todas nuestras políticas de fuerzas de seguridad locales y procesos y hemos adoptado todas las medidas para asegurar que nuestra seguridad es firme", dijo en un comunicado.
"Nada es más importante para nosotros que la seguridad de todo el personal de la embajada -americanos y afganos- y respetar los valores culturales y religiosos de todos los afganos", agregó.
El portavoz del Departamento de Estado Ian Kelly dijo a periodistas en Washington que habían iniciado tres investigaciones sobre la materia y que una posible consecuencia podría ser terminar el contrato con ArmorGroup.
También aclaró que el Departamento no sabía nada sobre las actividades de los guardias, pero dijo que cree que los 1.000 diplomáticos y personal de la embajada "han tenido la seguridad que ellos necesitan".
ArmorGroup emplea a 450 guardias para brindar seguridad a la embajada, bajo un contrato de cinco años por 189 millones de dólares que fue extendido en junio.
La compañía es una filial de Wackenhut Services, con sede en Florida. Una portavoz Susan Pitcher dijo que la empresa no tenía un comentario inmediato sobre la información.
Los hallazgos son los últimos en una serie de acusaciones de mala conducta por parte de contratistas de seguridad privados empleados por el Gobierno de Estados Unidos para llevar a cabo tareas en Irak y Afganistán.
En esta carta, el grupo dijo que los contratistas fomentaban un ambiente de "Lord of the Flies environment" ("El señor de las moscas") que se basa en abusos y rituales humillantes.
La carta citaba a testigos diciendo que habían visto a guardias "orinando a personas" y bebiendo "chupitos de vodka entre las nalgas de otros".
En un caso, un supervisor en ropa interior y blandiendo botellas de alcohol abusó de un afgano cogiéndole la cara y usando tacos para humillarle, agregaron.