Actualizado 23/12/2014 11:13

Empresarios EEUU deberán moverse rápido si se levanta el bloqueo a Cuba

Cuba
Foto: REUTERS

Por Marc Frank y David Adams

   LA HABANA, 23 Dic. (Reuters/EP) -

   Si bien las firmas de otros países tienen una clara ventaja en Cuba ante las empresas estadounidenses, estas podrían ponerse rápidamente al día si el embargo económico que las ha mantenido alejadas es desmantelado en una nueva era de cooperación entre Washington y La Habana.

   El entorno regulador inhóspito de Cuba bajo el Gobierno comunista ha vuelto díficiles y costosos los negocios para las empresas extranjeras, lo que ha limitado la inversión.

   La economía doméstica también es pequeña, y los bajos salarios limitan severamente los negocios minoristas, mientras que unas empresas estatales ineficientes afectan la productividad y el crecimiento.

   Sin embargo, firmas hoteleras como la española Meliá Hotels Internacional y la francesa Accor, la minera canadiense Sherritt Internacional Corp, la británica Imperial Tobacco y el gigante francés de bebidas Pernod Ricard han sobrevivido y obtenido ganancias.

   "Hemos encontrado que es un lugar bastante estable y bueno para hacer negocios y hemos tenido mucho éxito", dijo David Pathe, presidente ejecutivo de Sherritt, que ha estado en Cuba durante 20 años y tiene emprendimientos conjuntos con el Gobierno en el sector del níquel, el petróleo, la producción de gas y la generación de electricidad.

   El ejecutivo, al igual que otros, no quiso hacer declaraciones sobre los problemas que enfrentan los inversores y sólo dijo que "siempre hay algo de ruido en torno a Cuba debido a la relación entre Cuba y Estados Unidos".

   Expertos sostienen que el establecimiento de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos y un desmantelamiento gradual del embargo económico de Washington podría abrir oportunidades en áreas como los servicios financieros, las telecomunicaciones, la agricultura y el petróleo.

   "El interés es bastante generalizado, casi todas las multinacionales", dijo Jodi Bond, vicepresidente para las Américas de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, cuyos principales ejecutivos hicieron un viaje exploratorio a Cuba en mayo, en su primera visita en 15 años.

   Una ley de inversión extranjera aprobada a principios de este año reduce los impuestos y promete un mejor sistema regulatorio, lo que ha llevado a algunos inversores potenciales a proponer nuevos proyectos a los cubanos.

   Cuando Barack Obama anunció el dramático cambio de política la semana pasada, las empresas estadounidenses reaccionaron rápido. En cuestión de minutos, los teléfonos comenzaron a sonar en los bufetes de abogados de Miami de clientes que buscaban orientación sobre las oportunidades de negocio.

   "Tuvimos 10 clientes muy importantes (...), llamaron desde el miércoles para iniciar una conversación sobre Cuba en un nivel mucho más detallado y profundo", dijo Pedro Freyre, jefe del despacho que se encarga de Cuba en Akerman, un bufete de abogados con sede en Miami.

   Estos clientes operan en los sectores de telecomunicaciones, construcción, alimentos, manufactura ligera y productos farmaceúticos, y todos preguntaron sobre las implicaciones legales del cambio de Obama, la resistencia potencial en el Congreso de Estados Unidos -y en Cuba-, así como los desafíos logísticos.

   "Las empresas quieren saber cuáles son las reglas del juego.  Es más el pensamiento estratégico que propuestas concretas", señaló Freyre.

   Podría haber muchas oportunidades para las empresas de Estados Unidos si el Gobierno de Cuba está listo para abrir la economía. El ritmo del cambio, sin embargo, no está claro.

   El presidente cubano, Raúl Castro, ya está implementando reformas económicas, pero se está moviendo gradualmente y advirtió que Cuba se adhiere a sus principios socialistas.

INTERNET, CRUDO, INFRAESTRUCTURA

   Como parte de las conversaciones entre La Habana y Washington, Obama dijo que Cuba decidió dar a sus ciudadanos un mayor acceso a Internet. Su Gobierno ha sido reacio a ampliar el acceso en el pasado y no está claro cuánto está dispuesto a hacer ahora, pero es obvio que existe un mercado potencial.

   Cuba tiene una de las tasas más bajas de Internet en el mundo, apenas el 5 por ciento, y el acceso a una conexión de banda ancha es altamente restringido, así como el de WiFi.

   "Con toda la demanda acumulada en Cuba, creo que las empresas harían fila para llegar a ofrecer un servicio en Cuba", dijo Doug Madory, director de análisis de Internet de Dyn Research en Nueva Hampshire que monitorea Cuba.

   También puede haber oportunidades en la Zona Económica Exclusiva de Cuba que se extiende a lo largo de su costa noroeste y luego hacia afuera a unas 45 millas de Florida.

   Estados Unidos y Cuba coinciden en que hay bastante crudo debajo de las aguas profundas de la Zona, sin embargo, sólo seis de sus 59 bloques se arriendan porque otras empresas extranjeras decidieron, antes de la reciente caída de los precios del petróleo, que el embargo volvía la exploración demasiado costosa.

   Dos empresas internacionales de construcción ya están activas en Cuba. La firma francesa Bouygues  construye hoteles y la brasileña Odebrecht está trabajando en la modernización de los puertos y aeropuertos.

   Pero Cuba tiene previsto en los próximos 10 años construir muchos más hoteles, condominios y formar más de una decena de emprendimientos conjuntos, así como campos de golf y parques de atracciones.

   Además planea mejorar sus puertos, la red ferroviaria, carreteras y puentes. Todas estas son oportunidades posibles de negocio para las empresas estadounidenses.

   El fin de las sanciones podrían ayudar a aliviar las tensas finanzas públicas de Cuba, por ejemplo, mediante la reducción de los gastos de envío, al comprar bienes más cerca de casa, o abriendo la posibilidad de sumarse al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial, y con el envío de millones de turistas estadounidenses a sus costas.

   La industria del turismo de Estados Unidos, las agencias de viaje y transporte para las líneas de cruceros y hoteles, tienen mucho que ganar si se levantan las restricciones de viaje.

   Cuba ahora sólo está abriendo su agricultura, incluido el azúcar y la ganadería, a la inversión extranjera, donde actualmente sólo hay unas pocas empresas menores.

   Sumida en una crisis por la caída de la Unión Soviética, Cuba firmó acuerdos en la década de 1990 que conceden derechos exclusivos de distribución de sus famosos puros y ron a Imperial Tobacco y Pernod Ricard, pero recientemente dijo que no habrían más acuerdos exclusivos y que los actuales expirarían en los próximos años.

   Un vistazo a lo que ocurrió en el 2000, cuando Estados Unidos permitió las ventas agrícolas a Cuba pagando en efectivo, dice mucho sobre el futuro potencial de exportación.

   En tres años, las ventas alcanzaron los 800 millones de dólares al año a expensas de las empresas canadienses y europeas mientras que Estados Unidos ocupó el quinto lugar entre los socios comerciales de Cuba.

   Sin embargo, las ventas han disminuido desde entonces a 400 millones de dólares al año, porque La Habana prefiere comprar a crédito.

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