MADRID, 20 Ago. (Notimérica) -
Por Luis González, director en LLORENTE & CUENCA Chile.
El cambio generacional que suponen los millennials es posiblemente el más disruptivo de los últimos doscientos años. No obstante, no hay todavía muchas empresas que hayan empezado ya a modificar sus políticas e incluso sus valores para adaptarse a los principios y prioridades de la generación que dirigirá las compañías en los próximos diez años.
No se trata simplemente de jóvenes enganchados a sus teléfonos e internet. Los millennials son profesionales muy bien preparados, comprometidos y con una gran facilidad y propensión para el trabajo en equipo (entornos colaborativos) así como para desarrollar sus carreras en base a la movilidad geográfica.
La principal brecha entre los viejos y los nuevos profesionales tiene que ver con sus motivaciones: Mientras que antes se premiaba y se motivaba la absoluta dedicación al trabajo y a una misma compañía a cambio de un sueldo atractivo y una cierta seguridad junto a la posibilidad de ascenso, la generación millennial antepone a estos intereses otras prioridades como la flexibilización de horarios, las facilidades para home office, la carrera internacional, el tiempo propio, la conciliación familiar, un ambiente de trabajo amigable y digitalizado, el compromiso social y la defensa medioambiental.
Algunos ya se han dado cuenta de la importancia de fidelizar a esta nueva "especie profesional. El desarrollo interno y la promoción dentro de la propia compañía es uno de los principales desafíos en el adecuado manejo del talento. Para lograrlo, las empresas están empezando a implementar planes mejorados de selección y retención del talento y ofrecen incentivos más allá del sueldo, como un entorno de trabajo mejorado, aumentar la movilidad interna y ofrecer formación y retroalimentación constante a los colaboradores.
Sin embargo, aún quedan varias asignaturas pendientes que los responsables de talento de las empresas chilenas deben superar. Entre ellas se encuentra la transformación digital; no se trata de implantar la última tecnología en las empresas, sino dotar de habilidades a los colaboradores para que se impliquen más en todas las posibilidades que ofrece el mundo tecnológico tanto a empleados como a empresas. También es necesario dejar atrás el concepto de ''comunicación interna'' y empezar a familiarizarse con la idea de ''employee engagement'', y así asumir que los colaboradores son los primeros y más confiables voceros de las empresas. Además, se debe desarrollar sistemas de medición que den una idea sobre el nivel de engagement de los colaboradores, para así medir la gestión de la empresa como marca empleadora.
En Chile, los departamentos de recursos humanos y talento de las empresas ya están implementando estas y otras transformaciones con el objetivo de impulsar la eficacia de los sistemas de búsqueda y retención de talento y así ser capaces de atraer y conservar a la generación millennial.
Más información del informe en: http://www.desarrollando-ideas.com/