Actualizado 20/01/2014 09:55

Residentes de Sochi culpan a Juegos Olímpicos por daños ambientales

 

    SOCHI, Rusia, 19  (Reuters/EP)

    La primera advertencia de los problemas que finalmente destruyeron la casa de Irina Vorochkova cerca de la ciudad rusa de Sochi, sede de los Juegos Olímpicos de invierno de este año, fue que el jardín se empezó a mover, hasta que finalmente el terreno se deslizó hacia un río.

   Los constructores, que trabajaban fervientemente para dejar a la ciudad del mar Negro lista para los Juegos, no se dieron cuenta de los efectos que sus acciones estaban teniendo sobre el pueblo cercano.

   Un día las paredes de la casa de dos plantas de Vorochkova se derrumbaron y comenzaron a aparecer fisuras en las casas vecinas.

   Vorochkova, una ama de casa de 58 años, vive actualmente en una casa de chapa y está librando una batalla judicial en busca de una indemnización por daños contra los subcontratistas olímpicos.

   En otros pueblos cercanos a Sochi hay denuncias similares de casas arruinadas, vertederos ilegales y promesas incumplidas de que la vida de sus habitantes no sería afectada por los trabajos de construcción.

   "Empezó de a poco, con pequeñas cosas como que los postes para tender la ropa no estaban en el mismo lugar, los límites del jardín se habían movido. Luego el frente de mi casa se derrumbó", dijo Vorochkova.

   Se cree que el presidente Vladimir Putin gastará más de 50.000 millones de dólares para mostrar la faceta moderna de Rusia en los Juegos de Sochi, un complejo vacacional del mar Negro en el límite de la cordillera del Cáucaso.

   Moscú prometió establecer "nuevos estándares ambientales" en la construcción olímpica.

   Las quejas por las obras, junto a preocupaciones internacionales por los derechos de los homosexuales y la seguridad, amenazan los esfuerzos de Putin por mejorar la imagen de Rusia a través de los Juegos.

   El comité organizador de Sochi 2014 dice que la construcción ha minimizado las dañinas emisiones de carbono y las empresas que llevan a cabo las tareas aseguran que están cumpliendo con estándares internacionales sobre protección del medioambiente.

   "El aire y el agua en Sochi son más limpios que en diciembre del 2007", señaló este mes el viceprimer ministro ruso, Dmitry Kozak, elogiando la modernización del transporte local y los trabajos de protección ambiental.

   Sin embargo, algunos ecologistas dicen que los daños son sólo el principio y que la construcción podría poner a la región en camino hacia potenciales catástrofes ecológicas, incluyendo envenenamiento por agua contaminada e inundaciones.

NUBE DE POLVO

   En el pueblo de Akhshtyr, a unos kilómetros de la ruta desde Chereshnya, los pozos usados por los habitantes durante siglos se han secado desde que Russian Railways comenzó a cavar una cantera en las zonas adyacentes de la cordillera del Cáucaso.

   Las canteras de Russian Railways, una gran compañía estatal gestionada por el aliado y amigo de Putin Vladimir Yakunin, han suministrado las piedras usadas en la construcción de las sedes olímpicas.

   Los camiones pasan continuamente en lapsos de minutos, transportando piedras a las obras de construcción.

   Alexander Koropov, residente de Akhshtyr, dijo que cuando comenzó la construcción, autoridades locales reunieron a los habitantes para explicarles que pronto tendrían acceso a una red de gas natural y un sistema regional de agua, lo que implicaba una modernización de los servicios públicos.

   "Pensamos que nos traería civilización, desarrollo, pero en lugar de eso ahora estamos viviendo peor que los indios en las reservas estadounidenses hace 200 años", sostuvo Koropov.

   Los camiones dejan caer piedras constantemente. Los habitantes dicen que los camiones traen residuos de otras obras de construcción y los arrojan en un barranco a poca distancia.

   Una nube de polvo cubre el pueblo.

   Russian Railways afirma que pagó una multa por descargas ilegales y que desde entonces detuvo esa práctica, aunque los residentes dicen que los camiones siguen llevando basura al vertedero.

RESIDUOS OLIMPICOS

   Aunque la basura en sí misma no constituye un peligro directo, el agua de lluvia que penetra en el suelo y fluye hacia el cercano río Mzymta, que es usado por los residentes de Sochi para beber, está en riesgo de contaminación por los residuos, dicen ambientalistas locales.

   "Cuando las sustancias se acumulan (en el suministro de agua), pueden tener un efecto tóxico, porque nadie sabe exactamente de qué están hechos esos materiales del vertedero o de dónde vienen", indicó Yulia Naberezhnaya, portavoz de la Sociedad Geográfica Rusa en Sochi.

   Naberezhnaya es una de muchos activistas ambientales de Sochi que, según el grupo Human Rights Watch, con sede en Nueva York, han sido acosados por su trabajo.

   Otros activistas han sido procesados por cargos penales, entre ellos Suren Gazaryan, quien recibió asilo en Estonia tras haberse enfrentado a denuncias penales que él definió como motivadas políticamente.

   En el 2008, meses después de que Putin obtuvo el derecho a organizar los Juegos en Sochi, un grupo ambiental de Naciones Unidas hizo una visita a la región.

   Después de reunirse con ministros del Gobierno, el contratista olímpico Olympstroy y grupos locales no gubernamentales, la delegación concluyó que el proyecto olímpico apuntaba a un desarrollo económico "en el que los aspectos medioambientales jugaban sólo un papel menor".

   "Cualquier esfuerzo sostenido para mejorar el medioambiente tendría sólo un efecto menor en comparación con el daño ambiental que causará el desarrollo general relacionado con los Juegos", dijo el Programa Medioambiental de Naciones Unidas en un informe.

   En el pueblo de Kudepsta, el territorio de una ex granja colectiva soviética, fue convertido en una zona fabril para varios fabricantes de cemento para los trabajos de construcción olímpicos.

   Botas de goma y cascos de construcción color naranja yacen en el suelo.

   "De toda la gente que trabaja y tiene negocios en estas tierras, nadie tiene documentos que les permitan trabajar aquí. Ni los conductores que transportan el cemento ni aquellos que traen la basura", dijo Natalya Vorobyova, quien ha liderado varios piquetes en las afueras de la antigua granja colectiva.