Publicado 24/02/2014 14:45

ENFOQUE-Tome un puro: Cuba y Europa buscan comenzar un plan de negocios

* UE ofrece diálogo a Cuba para aumentar comercio e inversiones

* Derechos humanos pueden ser obstáculo para mejorar las relaciones

* Castro persigue una pragmática transición económica

Por Robin Emmott

BRUSELAS, 24 feb, 24 Feb. (Reuters/EP) -

- Once meses antes del histórico estrechón de manos entre el presidente Barack Obama y Raúl Castro, Europa ya había celebrado su propio gesto de amistad con Cuba.

Y aunque con menor notoriedad, la demostración europea puede ayudar mucho más a terminar con el aislamiento de la isla de Gobierno comunista.

Todo sucedió un cálido día de enero del año pasado en una Cumbre UE-América Latina organizada en Chile. Castro saludó cortésmente al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, para la foto oficial del evento y luego la canciller alemana, Angela Merkel, le estrechó la mano.

El gesto europeo fue discreto en comparación con el estrechón de manos entre los mandatarios de Estados Unidos y Cuba cuando se saludaron el pasado 10 de diciembre tras medio siglo de hostilidad entre ambos países.

Pero todo ese calor mostrado en el funeral del líder sudafricano Nelson Mandela no ha llevado a un cambio radical, mientras se mantiene intacto el embargo comercial que Washington aplica desde 1962 a La Habana.

La Unión Europea, en cambio, acordó este mes poner en marcha las negociaciones con la isla caribeña para incrementar el comercio, las inversiones y el diálogo.

La acción marcará contactos más cercanos tras años de tensión por los derechos humanos en Cuba, un tema por el cual la UE le impuso sus sanciones hasta que las levantó en el 2008.

Aunque cualquier acuerdo será modesto, La Habana dijo que consideraría la invitación de la Unión Europea (UE) para abrir las conversaciones de manera constructiva.

El presidente cubano, Raúl Castro, necesita socios comerciales en su intento por asegurar la supervivencia de la revolución cubana, que lideró su hermano Fidel, transitando desde un sistema comunista de línea dura a un modelo económico más pragmático.

El gesto de Merkel, quien creció en la ya desaparecida Alemania del Este, fue un tanto más notable, tomando en cuenta que su país y otros miembros de la UE, como Polonia y la República Checa, han sido reacios a tratar con Cuba debido a su propio pasado comunista.

El vicepresidente del Parlamento Europeo, Gianni Pittella, quien asistió a la Cumbre de Santiago, dijo que la decisión de buscar negociaciones con Cuba es parte de un largo proceso iniciado cuando se reunieron durante su estadía en Chile.

La estrategia de Europa es estimular a un cambio.

"Además del comercio y las inversiones, espero que sea posible iniciar un diálogo con la sociedad civil cubana y con los que apoyan una transición pacífica en la isla", dijo Pittella, quien le entregó el año pasado el premio de la UE a los derechos humanos al disidente cubano Guillermo Fariñas.

Según funcionarios de la UE, el acuerdo propuesto daría a Bruselas un papel más importante en las reformas orientadas al mercado que ha emprendido el Gobierno cubano y permitiría a sus empresas posicionarse en la isla cuando se den las condiciones para una mayor apertura en la economía.

Europa podría presionar, además, por las libertades políticas en la isla.

CAPITALISMO CARIBEÑO

La UE es el principal inversor extranjero en Cuba, pero las divisiones después de la Cumbre casi que terminan con las propuestas apenas antes de que comenzaran a cristalizar.

Después de que la alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Catherine Ashton, regresó de Chile, el plan para un acuerdo con La Habana languideció por meses en el edificio de mármol rojo del Consejo Europeo en Bruselas, incapaz de ganar el apoyo de los 28 miembros del bloque.

Además de los gobiernos de Berlín, Varsovia y Praga, Suecia también manifestó sus dudas debido a que considera que La Habana ejerce represión política a la disidencia. El Gobierno comunista califica a los disidentes como mercenarios y dice que son pagados por Washington, su enemigo ideológico.

"Cuatro países estimaron que aún no era el momento", dijo un funcionario de la UE que pidió no ser identificado. "Al final, la mayoría fue capaz de convencerlos de que la negociación con Cuba sería una forma más eficaz de lograr un cambio", añadió.

Lo que ayudó a que reconsideraran su posición fue el progreso en Cuba, inmersa en la implementación de un plan de reformas de cinco años que lanzó en el 2011, que ha flexibilizado el control del Estado en la economía.

Esto ha sido acompañado por la flexibilización de las restricciones a los viajes y el uso de Internet para extranjeros, así como un descenso en el número de presos políticos.

Un acuerdo con Cuba, que podría lograrse a fines del próximo año, había sido un objetivo de la UE desde 1996 a pesar de que Bruselas lo considera modesto por el momento, y sólo un punto de partida.

La UE sostiene que Cuba tiene potencialidades para convertirse en una dinámica economía como la de República Dominicana, otra nación del Caribe que una vez dependió de las exportaciones de azúcar. Ha diversificado su industria manufacturera aprovechando las zonas de libre comercio que atraen a los inversores.

El problema de Cuba es que, aparte del níquel, los puros y ron, vende poco al mundo exterior. Las exportaciones hacia la UE ascendieron sólo a 739 millones de euros (1.000 millones dólares) en el 2012, cifra ligeramente superior a la de una década atrás.

Sin embargo, hay sectores para ser explotados. Las exportaciones pesqueras se han duplicado en la última década y Cuba está tratando de atraer a buques de gran calado en las aguas profundas del Mariel, un puerto cerca de La Habana.

Aunque es demasiado pronto para que la UE y Cuba discutan la liberalización del comercio, un acuerdo similar con Centroamérica hace 10 años le ofrece acceso libre de impuestos a 500 millones de consumidores del bloque europeo.

PRAGMATISMO

Los derechos humanos siguen siendo el mayor obstáculo. Las relaciones con Cuba se tensaron cuando Europa impuso una serie de sanciones a la isla en el 2003, en respuesta a largas condenas de cárcel a 75 disidentes.

Con posterioridad, todos quedaron en libertad y la mayoría viajó exiliado a España, aunque Human Rights Watch dice que Cuba aún castiga a los opositores con torturas y amenazas de largas condenas de cárcel.

Los diplomáticos coinciden en afirmar que cualquier violación grave en el tema de los derechos humanos podría interrumpir las negociaciones.

Polonia, la República Checa y Alemania han insistido en que el acuerdo propuesto establece los pasos que Cuba -el único estado unipartidista en el hemisferio occidental- debe emprender para alentar la democracia.

Funcionarios de la UE leen la apertura de La Habana a un acuerdo como un reconocimiento a las reformas que ha impulsado Castro, quien reemplazó a su convaleciente hermano Fidel en la presidencia del país en el 2008.

Y además sostienen que Cuba no puede sobrevivir para siempre sobre la base de sus vínculos ideológicos con los gobiernos de izquierda de Venezuela, Bolivia y Ecuador.

Los cubanos hacen una observación similar. "Cuba se está volviendo más y más realista en la búsqueda de socios económicos", dijo Carlos Alzugaray, ex embajador ante la UE. "La política será matizada por un enfoque más pragmático y realista", agregó.

Fidel Castro aprendió una dura lección cuando confió en un solo aliado y cuando colapsó en 1991 la Unión Soviética, su principal benefactor, la economía doméstica de Cuba quedó sumida en una crisis.

En la actualidad, Venezuela es el mayor socio comercial de Cuba, pero los graves problemas económicos y políticos surgidos en el país petrolero significan preocupaciones para La Habana, opinión que rechazó esta semana uno de los dirigentes históricos de la revolución cubana.

"No tengo la menor preocupación. Tenemos un bloqueo hace 55 años y hemos resistido. Desapareció la Unión Soviética y aquí estamos. Y pensamos que íbamos a desaparecer y aquí estamos más fuertes que nunca", dijo a periodistas José Ramón Balaguer, funcionario del gobernante Partido Comunista de Cuba.

(1 dólar estadounidense = 0,7272 euros)