Actualizado 23/09/2009 22:28

Enfrentamientos dejan un muerto, heridos en Honduras

Por Anahí Rama y Gustavo Palencia

TEGUCIGALPA (Reuters/EP) - Un seguidor del derrocado presidente hondureño, Manuel Zelaya, murió en un enfrentamiento entre manifestantes y la policía, mientras miles de personas marchaban hacia la embajada de Brasil donde está refugiado el líder derrocado desafiando el toque de queda.

La víctima, de 65 años, falleció baleada en la noche del martes en un barrio pobre de Tegucigalpa horas después de que las fuerzas de seguridad dispersaran violentamente a cientos de manifestantes en las cercanía de la sede diplomática.

Efectivos mantenían el miércoles rodeada por segundo día consecutivo la embajada brasileña y sus calles aledañas, donde Zelaya se refugió el lunes tras entrar en secreto a Honduras para intentar recuperar el poder.

Brasil advirtió que no tolerará que se viole la inmunidad de su representación y Washington pidió a Honduras que respete los acuerdos internacionales.

"El plan es entrar y crear un conflicto y un magnicidio (...) Me informaron que había un plan para hacer parecer que me había suicidado en el momento del allanamiento", dijo Zelaya al canal 36 de la televisión hondureña.

El presidente de facto, Roberto Micheletti, ha asegurado que su Gobierno no planea entrar por la fuerza a la embajada, donde se alojan unas decenas de personas.

Varios miles de seguidores de Zelaya atravesaban una zona comercial céntrica de la capital Tegucigalpa cantando "Vino Mel", "Mel amigo, el pueblo está contigo" y "Fuera golpistas".

Además portaban pancartas pidiendo la restitución del derrocado presidente, bajo la mirada de un centenar de policías antimotines.

Un médico del Hospital Escuela, Octavio Albarenga, confirmó a Reuters haber recibido cinco heridos de bala que se encontraban en el nosocomio en situación estable.

En Nueva York, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió el miércoles ante la Asamblea General de las Naciones Unidas que la comunidad internacional esté alerta para asegurar la inviolabilidad de su embajada.

"La comunidad internacional exige que el señor Zelaya vuelva inmediatamente a la presidencia de su país y debe estar alerta para asegurar la inviolabilidad de la misión diplomática de Brasil en la capital de Honduras", dijo Lula, provocando los aplausos de la audiencia.

La vuelta del Zelaya, que llegó al país vía terrestre sin que fuera detectado por el régimen que lo derrocó hace casi tres meses por supuestamente violar la Constitución al querer forzar la reelección presidencial, agudizó la peor crisis política en América Central en décadas.

Micheletti, que rechaza negociar la vuelta de Zelaya al poder, ha pedido a Brasil que entregue al mandatario depuesto para ser juzgado por la supuesta violación constitucional y una serie de cargos de corrupción, o lo asile.

Analistas consideran que, al aceptar dar refugio al líder derrocado, Brasil se inmiscuyó en una crisis sobre la que tiene poca influencia, lo que podría perjudicar sus ambiciones de liderazgo regional.

Tras 36 horas de toque de queda, el Gobierno de facto anunció que suspendió por algunas horas el estado de excepción para que la población pueda adquirir víveres y gasolina, pero advirtió que la policía reprimirá a quienes se reunan en grupos de más de 20 personas.

Momentos después del aviso, largas filas se formaron frente a los supermercados y gasolineras esperando que abrieran y el paisaje fantasmal de la ciudad se transformó cuando cientos de automóviles salieron a las calles, que hasta momentos antes estaban desiertas.

EMBAJADA SITIADA

Durante la noche, helicópteros sobrevolaron la representación diplomática brasileña, cuando también se escuchaba un ensordecedor sonido emitido por un dispositivo utilizado por la policía durante operaciones de represión, dijo un testigo de Reuters dentro de la embajada.

"Yo vivo aquí cerca a la vuelta de la embajada. Esto es insoportable, no podemos ni salir de la casa. Anoche había como un ruido, no se qué es, pero no podía ni dormir", se quejó Orieta Bidea, de 63 años.

En declaraciones a periodistas en Nueva York, el presidente venezolano, Hugo Chávez, cuya cercanía con Zelaya disgustó a los sectores conservadores en Honduras, describió el retorno de Zelaya como el de un valiente.

"Naciones Unidas debe pronunciarse para que sea instalado Zelaya en el Gobierno de nuevo", dijo.

El líder depuesto desestimó un ofrecimiento de diálogo lanzado por Micheletti el martes, aunque dijo que contactó a personalidades para que sirvan de puente con el Gobierno de facto.

Micheletti se mostró dispuesto a dialogar con Zelaya, pero aseguró que una negociación no incluye el retorno del mandatario derrocado.

Honduras planea celebrar comicios presidenciales en noviembre; pero la comunidad internacional, que ha aislado política y financieramente a Honduras, advirtió que no reconocerá al triunfador de las elecciones.

En Washington, un funcionario estadounidense dijo a Reuters que Micheletti está dispuesto a aceptar el ingreso de una delegación de la Organización de Estados Americanos (OEA) a Honduras para mediar en la crisis.

El Gobierno de facto ha rechazado anteriormente una propuesta de la OEA para que Zelaya vuelva al poder hasta que finalice su mandato en enero.