Por Walter Bianchi
BUENOS AIRES (Reuters/EP) - Amado Boudou, un funcionario mimado del Gobierno de Cristina Fernández, asumirá el miércoles al frente del Ministerio de Economía, con el desafío de reactivar una economía estancada en medio de una crisis política tras una derrota electoral del oficialismo.
El designado ministro, doctorado en Economía en una universidad privada, fue una pieza clave desde el ente estatal de pensiones en la estatización a finales del 2008 del sistema de jubilaciones que existía en el país desde 1994.
Pero Boudou no tendrá ahora el "placer" de controlar los miles de millones de dólares del sistema de jubilaciones, sino que deberá administrar una economía frenada, un desempleo que crece y una inflación que carcome el poder de compra de la población.
También deberá lidiar con crecientes reclamos sectoriales, tanto sindicales como empresariales, que comenzaron a escucharse apenas horas después de conocerse la derrota del Gobierno en los comicios parlamentarios del 28 de junio.
Boudou reemplaza al saliente Carlos Fernández, un funcionario que pasó casi inadvertido por su bajo perfil y su exigua exposición pública.
El sector agropecuario, enfrentado con el Gobierno desde el año pasado por el intento oficial de subir los impuestos a las exportaciones, reclama ahora una rebaja de tributos mientras sufre por una sequía que redujo fuertemente la cosecha.
Y el sector industrial exige medidas que permitan sostener la reactivación que mostró desde el 2003 gracias a un tipo de cambio competitivo, que se fue debilitando con el alza de los costos de los últimos años.
Una fuerte fuga de capitales desde hace dos años y las debilitadas cuentas fiscales son otros de los problemas que el nuevo ministro deberá buscar revertir desde su sillón del Ministerio, frente a la Casa de Gobierno.
La economía argentina creció a tasas de entre 6,8 y 9,2 por ciento entre el 2003 y el 2008, pero que desde finales del año pasado comenzó a frenarse por problemas domésticos y la crisis financiera internacional.
Boudou deberá enfrentar también las exigencias de transparentar los indicadores económicos del país, cuestionados desde que fue intervenido el ente estatal de estadísticas en el 2007.
A cargo del ente de estadísticas está el cuestionado Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, quien no fue reemplazado en el recambio de gabinete del martes.
El nuevo ministro también deberá hacer frente a un complejo panorama internacional, al no contar con acceso a los mercados voluntarios de deuda, y con acreedores con 30.000 millones de dólares impagos desde el 2002 que buscan recuperar su dinero en los tribunales.
El Gobierno de Fernández anunció su decisión de resolver los frentes abiertos a nivel internacional, como el pasivo con el Club de París y con los tenedores de deuda incumplida, tareas que quedaron pendientes cuando se desató la crisis global en octubre.