Actualizado 14/06/2007 16:07

España.- El Banco de España achaca el éxito económico a la inmigración y a los cambios en las condiciones financieras

Advierte de que los contratos fijos tienen un "elevado" coste del despido y de que la reforma laboral tendrá efectos limitados


MADRID, 14 Jun. (EUROPA PRESS) -

La larga fase de expansión económica que España vive desde hace años se debe, sobre todo, a la "relajación" de las condiciones financieras y a los "intensos flujos" de inmigrantes, los dos factores que han impulsado de manera "más potente" el crecimiento de la economía española en los últimos ejercicios, según afirma el Banco de España en el informe anual 2006.

La institución gobernada por Miguel Ángel Fernández Ordóñez señala que la mejora de las condiciones de acceso a la financiación y su menor coste han contribuido a que empresas y familias reduzcan su disposición al ahorro y aumenten el gasto de inversión mediante el recurso al crédito.

En este sentido, indica que el gasto de los hogares ha crecido más que las rentas del sector privado, causando un aumento "pronunciado" de las necesidades de financiación y del endeudamiento de las familias y las empresas no financieras. De hecho, la deuda de los hogares aumentó en 2006 cerca del 19% y la de las empresas lo hizo en algo más de un 28%, aunque ello no conllevó un incremento de la morosidad, que siguió en niveles "muy reducidos".

La "considerable relajación" de las condiciones financieras está, según el Banco de España, asociada a la evolución de los tipos de interés. Los nominales a un año cayeron 13 puntos entre 1990 y 1999 y desde entonces han permanecido en registros "reducidos", a pesar de que desde finales de 2005 se está produciendo una "gradual normalización" de las condiciones monetarias.

El Banco de España asegura que los cambios en las condiciones financieras se han visto favorecidos a su vez por la consolidación de la estabilidad macroeconómica, la mayor apertura, competencia y eficiencia del sistema financiero, las mayores facilidades de acceso a la financiación bancaria y, sobre todo, el "progresivo" alargamiento de los plazos de los préstamos bancarios, en particular los hipotecarios.

Así, alega, el horizonte medio de amortización de las hipotecas concedidas se ha duplicado desde 1990, alcanzando los 27 años en 2006. Este aumento de los plazos se ha visto favorecido por la "notable reducción" de la incertidumbre macroeconómica derivada del ingreso en la UEM y por la mayor confianza que ha ocasionado la reducción del paro.

La mayor accesibilidad al crédito bancario se demuestra en el hecho de que en 2006, el número de personas físicas que tenían contraída alguna deuda con las entidades de crédito superaba el 42% de las personas mayores de 20 años, porcentaje cuatro veces superior al existente en 1990.

EXPANSIÓN INMOBILIARIA.

Según el Banco de España, el fenómeno que posiblemente ha potenciado en mayor medida los efectos expansivos de la reducción de los tipos de interés ha sido la expansión inmobiliaria que la economía española ha experimentado desde 1998. La institución constata además en su informe anual que se ha producido una "realimentación" entre la demanda de crédito y el precio de la vivienda.

De acuerdo con sus cálculos, un crecimiento de un punto porcentual de los préstamos conllevaría un incremento del valor de los inmuebles de 0,15 puntos en el mismo trimestre. Asimismo, una subida de un punto en el precio de la vivienda, se traduciría en una subida de casi una décima del crédito para la adquisición de activos residenciales.

Como consecuencia de lo anterior, el endeudamiento de las empresas y las familias españolas ha sufrido un "incremento sustancial", compatible con un aumento mucho más moderado de la carga financiera, precisa el Banco. La evolución de los préstamos concedidos a los hogares ha llevado su endeudamiento hasta niveles equivalentes al 125% de su renta bruta disponible.

POLÍTICA MONETARIA "MENOS ACOMODANTE".

Tras iniciarse en 2005 un proceso de normalización gradual de las condiciones monetarias por la subida de los tipos de interés, el Banco de España considera "previsible" que la política monetaria "mantenga un tono menos acomodante que en el pasado". A su vez, entiende que no existe mucho margen para que la mayor competencia en los mercados bancarios implique "cambios adicionales significativos" en los tipos bancarios, especialmente en los que afectan a la financiación de empresas y familias.

Al mismo tiempo, el Banco de España señala que aunque podrían seguir ampliándose los plazos de vencimiento de los préstamos, su efecto sobre la carga financiera anual de los prestatarios y sobre la demanda de financiación "tenderá a ser cada vez menor".

En cuanto a los precios de la vivienda, la institución gobernada por Fernández Ordóñez apunta que los datos más recientes "sugieren una desaceleración progresiva" de los mismos, que contribuirá a "mitigar" el dinamismo del crédito y a moderar el ritmo de expansión del gasto.

"La relajación de las condiciones financieras está dando paso a una fase de mayor normalización, que empieza a manifestarse en una incipiente desaceleración del crédito que, en ausencia de otros estímulos, conllevaría una tendencia a la moderación gradual del crecimiento del gasto agregado de la economía", añade.

LA APORTACIÓN DE LOS INMIGRANTES.

Respecto al otro gran factor clave que explica el vigor del crecimiento económico, la inmigración, el Banco de España resalta sus efectos positivos sobre el crecimiento de la renta per cápita y sobre la tasa de empleo. Así, el impacto de la inmigración sobre el crecimiento de la producción por habitante entre 2001 y 2005 habría representado el 25% del incremento total. Por su parte, la contribución de los inmigrantes al aumento de la tasa de empleo en el mismo periodo supone cerca de una cuarta parte del total.

Pese a estos efectos positivos, el Banco de España destaca además el impacto negativo que la llegada de inmigrantes ha tenido sobre la productividad. De hecho, entre 2001 y 2005, la inmigración restó casi dos décimas a la tasa anual media de crecimiento de la productividad por ocupado, que fue del 0,5%.

Además, sostiene que, por el lado de la demanda, la inmigración ha contribuido notablemente al aumento de la inversión y ha tenido un efecto "ambiguo" sobre la tasa de ahorro de la economía. Ello se debe a que los inmigrantes se concentran en estratos bajos de renta, donde la propensión media al ahorro es más reducida.

REFORMA LABORAL.

En su informe, el Banco de España constata la recuperación de la industria en 2006 y la fortaleza que mantuvo el consumo privado, y también se refiere a la reforma laboral que Gobierno y agentes sociales pusieron en marcha el 1 de julio de 2006. En su opinión, la reforma no ha modificado el esquema básico de la contratación laboral ni ha dado mayor flexibilidad a los contratos fijos, "que siguen soportando elevados costes del despido". Por ello, dice, cabe prever que los efectos de la reforma "sean limitados".

En cuanto a los acuerdos interconfederales de negociación colectiva firmados entre empresarios y sindicatos, el Banco de España considera que este tipo de acuerdos "introducen una cierta inercia nominal en el mecanismo de fijación de los salarios y una tendencia hacia la homogenización de los incrementos salariales", lo que, a su juicio, puede obstaculizar la adecuación de éstos a las situaciones concretas de empresas y sectores.

En relación con el Plan Nacional de Reformas, el Banco de España entiende que va "en la buena dirección" para afrontar, como punto de partida, los problemas estructurales de la economía española. No obstante, considera que las medidas incluidas en el plan deberían aplicarse "a la mayor celeridad posible" y complementarse con iniciativas adicionales.