Actualizado 23/07/2013 00:37

Las expectativas para economía de México y sus reformas se desinflan

Por Luis Rojas


MEXICO DF, 22 Jul. (Reuters/EP) -

- México se puso de moda entre los inversores, pero el entusiasmo duró unos pocos meses.

El débil desempeño de Estados Unidos y la menor euforia por la eventual aprobación de reformas clave han reducido los pronósticos de crecimiento para la segunda mayor economía de América Latina.

Los datos publicados confirman las sospechas del banco central: los riesgos a la baja para México son mayores en un entorno global más complicado.

"Esto no va a dar la vuelta y para pronosticar a México necesitas a otro país: Estados Unidos", dijo Eduardo Avila, economista del Grupo Financiero Monex.

"Y cuando ves las métricas de Estados Unidos, la parte que nos pega a nosotros (México) es la parte que más débil tienen ellos y hablo de manufacturas, de importaciones, de consumo y empleo, que son bastante pobres", agregó.

Monex proyecta una expansión económica para México este año del 2.1 por ciento, el cálculo más bajo entre varios analistas, y un punto porcentual menos que el pronóstico oficial, que ya bajó en mayo desde el 3.5 por ciento.

Y es que además de la desaceleración del crecimiento en Estados Unidos y en las economías emergentes, el optimismo por la ambiciosa agenda de reformas estructurales prometida por el Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto está decayendo debido a diferencias políticas cada vez más agudas.

"De hecho, la ambiciosa agenda de reformas (...) deberá comenzar a tener un impacto positivo en el crecimiento en los próximos dos años", escribió en un reporte este mes a sus clientes David Rees, economista de la firma Capital Economics.

"El pobre desempeño de la economía mexicana en lo que va del año ha sido una de las más grandes decepciones en América Latina", agregó.

REBAJA SOBRE REBAJA

A comienzos de año todo era optimismo y se esperaba que la economía mexicana prolongara el crecimiento de un 3.9 por ciento del 2012, o se expandiera algo menos.

Fitch elevó la calificación de la deuda soberana a BBB+ desde BBB por la fortaleza macroeconómica y el compromiso del Gobierno con las reformas.

México recibió inversión extranjera en portafolio por 13,919 millones de dólares en el primer trimestre, superando los 8,846 millones de dólares de Brasil, mientras el peso se convertía en una de las monedas emergentes con mejor desempeño frente al dólar.

Pero las sugerencias de la Reserva Federal estadounidense de que pronto comenzará a reducir el estímulo monetario y el menor optimismo por las reformas han hecho que el peso caiga desde un máximo anual de 11.93 unidades el 9 de mayo a 12.50 unidades por dólar.

La percepción se deteriora por una serie de "datos duros" recientes que reflejan que la economía estadounidense marcha más lento de lo normal y no alcanza a remolcar a su socio.

Entre enero y mayo, la actividad industrial mexicana, el indicador más ligado al desempeño de Estados Unidos, cayó un 0.1 por ciento a tasa interanual.

En cinco meses, tres han sido de caída para las exportaciones totales mexicanas, según cifras oficiales desestacionalizadas.

El consumo interno, que representa cerca de un 60 por ciento del PIB, tampoco ha sido un apoyo. Las ventas al por mayor, que normalmente anticipan el ritmo de las minoristas, se desplomaron un 5.5 por ciento entre enero y mayo.

"Las ventas al menudeo continuaron perdiendo dinamismo al inicio del segundo trimestre", dijo Alejandro Cervantes, economista para México del banco Banorte-Ixe.

El consumo privado, según Cervantes, seguirá limitado en los próximos meses por la menor confianza del consumidor, la desaceleración del mercado laboral y una perspectiva más pesimista para el crecimiento económico de México.

La confianza en la economía mexicana, tanto de quien produce como de quien consume, tocó en junio un mínimo en nueve meses.

Las condiciones adversas están derivando en una ola de revisiones a la baja en los pronósticos para México, como ya hizo el Gobierno en mayo, y ahora apuntan a un crecimiento en el área del 2 por ciento.

El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) bajó la semana pasada, por segunda vez en el año, su pronóstico a un 2.7 por ciento, desde un 3.0 y un 3.3 por ciento anteriores, y no descarta una tercera revisión.

APUNTANDO AL 2 PCT

Mucho depende de la economía estadounidense, cuyo crecimiento está previsto en un rango de entre un 2.3 y un 2.6 por ciento este año.

Analistas financieros están considerando nuevos escenarios de volatilidad en monedas, tasas, acciones y precios de las materias primas, lo que anticipa un segundo semestre agitado.

El Gobierno mexicano recortó en mayo su pronóstico de crecimiento en el 2013 a un 3.1 desde un 3.5 por ciento . Según su modelo, la segunda mitad del año podría ser mejor gracias a un mayor gasto público.

Pero Avila de Monex y otros analistas disienten, pues sostienen que el impulso del gasto del Gobierno sería marginal.

"Queda claro que si (el gasto) no empieza a mejorar a partir del tercer trimestre, veremos de nuevo una revisión a la baja", escribió en su blog Jonathan Heath, vicepresidente del comité de estudios económicos del IMEF.

"Faltan muchos datos, pero con la información que tenemos y las tendencias actuales, parece ser que el crecimiento de 2013 será mucho más cerca de 2 por ciento", agregó.

En su informe de julio, el Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó su previsión de crecimiento para México en el 2013 a un 2.9 por ciento desde el 3.4 por ciento, mucho menos que el 5 por ciento previsto para el conjunto de economías emergentes.

Una baja de un punto porcentual del crecimiento le cuesta a México unos 200,000 empleos al año, según el secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete. En junio, se crearon solamente 2,519 puestos de trabajo, la menor cifra mensual en 10 años.

"Esto está terrible, las tendencias son que un empleado haga el trabajo de dos o tres, pero con el salario de uno solo", dijo Miriam Méndez, de 31 años, quien sigue buscando el empleo ideal.

"Y aparte están las exigencias de los idiomas, si sabes computación, si estás dispuesta a viajar y demás, pero los salarios están bajos", agregó la diseñadora gráfica.

El banco central, que normalmente tiene cálculos más conservadores que el Gobierno, proyecta la creación entre 550,000 y 650,000 empleos este año, bajo el millón que se necesitan para absorber a la nueva población activa, y ve una expansión económica de entre 3 y 4 por ciento.

Los analistas ya especulan que la entidad recortará su rango de previsión en su reporte de inflación del 7 de agosto.

IMPACTO DE REFORMAS TOMARA TIEMPO

El Gobierno de Peña Nieto confía en su ambiciosa agenda de reformas estructurales para que el Producto Interno Bruto (PIB) crezca a tasas del 6 por ciento, el doble del ritmo actual, hacia el final de su mandato en el 2018.

La Cámara de Diputados inició la semana pasada un periodo extraordinario con una agenda más limitada de lo acordado, lo que puede dificultar el trámite de las reformas económicas cuando el Congreso vuelva a sesionar formalmente en septiembre.

Por ahora, el Congreso analiza cambios al sector financiero para impulsar el crédito a pequeñas y medianas empresas, pero la iniciativa podría agregar sólo medio punto al PIB en dos o tres años, según el jefe del banco central, Agustín Carstens.

La agenda de la segunda mitad del año considera las dos iniciativas más importantes de Peña: Una reforma al sector de energía que permita más inversión privada, y otra que modifique el régimen fiscal para elevar los ingresos tributarios y reduzca la carga de la petrolera estatal Pemex.

Hasta ahora, el Gobierno ha dado escasa información de sus planes y la marcha del llamado Pacto por México -la alianza de las tres principales fuerzas políticas para trabajar en propuestas económicas clave- podría ser más lenta.

"Los efectos en la economía real de la mayoría de las reformas van a tomar un tiempo y es muy difícil por ahora medir el impacto si no tenemos los detalles", dijo Carlos Capistrán, economista para México del Bank of America/Merrill Lynch.

"En el año, hasta ahora, en lo que sabemos, la economía ha crecido 1.7 por ciento (...) y, para crecer todo el año al menos un 2.5 por ciento, en la segunda mitad tendríamos que crecer al doble, lo que se ve muy difícil", agregó.