Actualizado 22/06/2011 03:57

Carstens ofrece su experiencia y capacidad de consenso en su entrevista con el FMI


WASHINGTON, 22 Jun. (Reuters/EP) -

El gobernador del Banco Central de México, Agustín Carstens, se ha definido ante el órgano ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) como un promotor del consenso con variada experiencia a la hora de enfrentar crisis económicas.

Carstens es el primer candidato a la dirección del FMI en ser entrevistado por los 24 miembros ejecutivos del organismo financiero, quienes para el 30 de junio deben haber decidido quién sustituirá al ya ex director gerente Dominique Strauss-Kahn. Este se encuentra en arresto domiciliario en Nueva York, tras ser detenido por presuntos delitos sexuales.

La otra candidata es la ministra de Finanzas francesa, Christine Lagarde, que se someterá a la misma entrevista este miércoles. Por el momento, cuenta con más apoyos para hacerse con el cargo.

El propio Carstens admite sus escasas opciones frente a las de Lagarde, pero sin embargo advierte de que tratar de resolver la crisis de deuda europea con un europeo al frente del FMI puede generar un conflicto de intereses. En los años ochenta, el mexicano tuvo que lidiar con las crisis de deuda sufridas en Latinoamérica, y en 1994, año de la crisis del peso, trabajaba ya para el Banco Central de su país.

Carstens dice ver cuatro desafíos para el próximo director gerente del FMI: aumentar la influencia de los países emergentes en el organismo, mejorar la vigilancia que éste ejerce en la economía global, construir la capacidad del FMI para prevenir crisis y supervisar la coordinación de políticas a nivel global.

"De no abordar estas cuestiones se corre el riesgo de disminuir la relevancia del FMI y alejar a sus miembros", ha manifestado en un comunicado enviado a los miembros ejecutivos y hecho público por el FMI.

Además, ha argumentado que al reforzar el papel de los países emergentes se reflejará mejor su peso en la economía real. Estas potencias "han sido socios de confianza durante la última década (...) una voz y representación adecuada garantizarán que su amplia experiencia en la creación de políticas beneficie a la comunidad global", señala en el comunicado.

En particular aboga por emprender ajustes periódicos y automáticos en los porcentajes de votación, para lo que se tendría en cuenta el peso relativo de las economías. Carstens no ha dudado en ofrecerse "como guardián de la imparcialidad y de la naturaleza de cooperación de la institución", principios que considera "la base de su supervivencia y eficacia" como órgano internacional.

A su entender, el FMI "fracasó profundamente" en lo concerniente a la crisis financiera, mientras que critica que las grandes potencias rechacen sus consejos con demasiada frecuencia. "Para encontrar el equilibrio adecuado en la vigilancia, el Fondo debe ser percibido por las autoridades como una asesor y socio de confianza, al tiempo que no debe terminar por convertirse en un rehén de los miembros", ha subrayado.