Actualizado 27/05/2011 16:32

Los pilotos del Air France intentaron durante cuatro minutos que el avión no se estrellara

Una De Las Cajas Negras Del A330 De Air France
MT PESCHEL

El comandante regresó a la cabina al minuto de desconectar el piloto automático


MADRID, 27 May. (EUROPA PRESS) -

Los pilotos del Air France que cayó al Atlántico en junio de 2009 intentaron durante cuatro minutos que el aparato no se estrellara contra el mar, suceso que finalmente ocurrió provocando el choque del aparato con el morro levantado, según la nota emitida hoy por la Oficina de Investigación y Análisis (BEA, en sus siglas en francés) tras el primer análisis de las cajas negras del aparato accidentado.

Cuando se advirtió de la pérdida de control del avión, el capitán estaba descansando, por lo que se encontraba fuera de servicio, siendo los dos co-pilotos los que se hicieron cargo del control de las funciones del mismo.

No obstante, la BEA aclara que el capitán regresó a la cabina "alrededor del minuto y medio" después de que se produjera la desconexión del piloto automático.

Tras apagar la conducción automática, el A330 ascendió hasta los 38.000 pies de altura, tras lo cual comenzó un descenso de tres minutos y medio que provocó un zarandeo del aeronave de izquierda a derecha.

"Las órdenes del piloto se basaron sobre todo en el morro del avión", indica el informe de la BEA, que añade que "los motores siempre han respondido a las órdenes de la tripulación".

La oficina ha asegurado que los investigadores tendrán que analizar y validar todos los datos extraídos, un proceso "largo y laborioso", por lo que, tal y como anunció, no emitirá un nuevo informe provisional antes del verano.

Este será el tercer informe de la BEA, tras más de dos años de búsqueda de restos del aparato en un área de 10.000 kilómetros a casi 4.000 metros de profundidad bajo el mar, y el análisis de más de 1.000 fragmentos del avión.

Los anteriores informes provisionales de la BEA apuntaban a que la aeronave atravesaba un frente de tormenta minutos antes del accidente y la lectura de los indicadores de velocidad no era la adecuada, por lo que recomendó la sustitución de las sondas de velocidad, conocidas como 'pitot' de la marca Thales, ante las dudas de su fiabilidad a gran altura. Además, el sistema de alerta no funcionó.