Actualizado 23/08/2009 16:23

FUTBOL-La ambición de Durban va más allá del Mundial

Por Barry Moody

DURBAN, Sudáfrica (Reuters/EP) - El estadio sudafricano de Durban será uno de los más deslumbrantes de la Copa del Mundo 2010, pero el puerto tiene una ambición aún mayor, al igual que el espectacular arco que abarca el campo de juego con vistas al océano Indico.

Durban compite con dureza con Ciudad del Cabo, la más famosa meca turística a lo largo de la costa sudafricana, e intenta asegurarse de que nadie se olvidará de ella cuando la Copa del Mundo de fútbol se haya terminado.

Más sucia, pero también más africana que la sofisticada y europeizada Ciudad del Cabo, Durban, que albergará siete partidos incluyendo una semifinal, es popular por sus kilómetros de playas arenosas y por gozar de un clima cálido durante todo el año que la convierte en una atracción de invierno para los sudafricanos.

Funcionarios de la ciudad aspiran a transformar a Durban en la capital africana de los deportes, el entretenimiento y otros eventos, y no ocultan su objetivo final: ser anfitrión de unos Juegos Olímpicos.

Un folleto preparado por Durban para la Copa del Mundo no pierde tiempo en señalar que su estadio tendrá capacidad para 70.000 espectadores, pero que se puede ampliar a 85.000 para eventos como los Juegos Olímpicos o Juegos de la Mancomunidad Británica.

Julie-May Ellingson, funcionaria encargada del proyecto mundialista de Durban, dijo que, aunque una decisión de candidatura para los Juegos Olímpicos debe ser hecha por el presidente de Sudáfrica, Durban tiene los ojos puestos en los eventos del 2020 o de 2024.

"Hay una percepción de que el mundo termina después del 2010. En Durban, nunca hemos visto eso (...) Hablamos de ir más allá de 2010", dijo a Reuters May Ellingson.

"No es acerca de lo que quiere la FIFA. La FIFA va y viene. Se trata de lo que es importante para los ciudadanos de Durban", agregó.

La ciudad ya ganó un concurso para ser sede en 2011 del congreso del Comité Olímpico Internacional, el primero que se celebrará en Africa.

INSTALACIONES MODERNIZADAS

A la altura de su ambición, Durban está haciendo mucho más que construir un estadio para la Copa del Mundo.

Las instalaciones deportivas serán modernizadas y se contempla una ampliación del Kings Park, recinto donde se encuentran tanto el nuevo Moses Mabhida como los estadios de rugby.

"En los próximos años, Durban se convertirá en una de las pocas ciudades en Africa donde la mayoría de las principales disciplinas deportivas olímpicas se puedan realizar en un mismo lugar", dice un panfleto de la ciudad.

Los planes incluyen tener en el recinto un centro comercial, restaurantes, una pasarela que una al recinto a la playa adyacente, un "Parque del Pueblo", campos de entrenamiento, una pista para caminar y correr, y un espacio para que los aficionados disfruten de asados y conciertos antes y después de los partidos.

Esta idea está tomada del vecino estadio de Absa.

Pero es el nuevo estadio el que se roba todas las miradas. Un blanco y brillante edificio cubierto por un techo recubierto de teflón y coronado por un arco domina la ciudad.

Los 350 metros de largo del arco con forma de Y simbolizan la unidad de una nación dividida por años.

NUEVO ESCENARIO

Al igual que con muchos nuevos estadios de Sudáfrica, el de Durban no ha escapado a la controversia sobre la decisión de construir un nuevo recinto al lado de uno existente.

Los críticos sugieren que el dinero habría sido mejor utilizado para mejorar la suerte de la nación repleta de pobres y desempleados.

Esta controversia también se alimenta por la tradicional rivalidad entre el fútbol, predominantemente un deporte practicado por negros, y el rugby, más jugado por los blancos.

Hasta el momento, los Sharks, uno de los principales equipos de rugby del país, se han resistido a trasladarse al Moses Mabhida, pero los planificadores del recinto han hecho modificaciones en los vestuarios y otros lugares para asegurarse de que será adecuado para el rugby, que aporta grandes ingresos.

Al igual que en todas las ciudades donde se han construido nuevos estadios, los funcionarios han ensayado bien los argumentos para gastar enormes cantidades de dinero en un nuevo escenario. En el caso de Durban, la suma será de 3.000 millones de rand (370,3 millones de dólares).

AGRESIVA AMBICION

Acorde a su agresiva ambición, Durban quería un estadio que pueda competir con los mejores del mundo en todos los ámbitos. desde deportes hasta conciertos y reuniones religiosas.

Esta idea es una parte esencial de la estrategia para evitar que el estadio se convierta en un sitio cuyo costo de mantención superaría sus beneficios después del 2010.

Remodelar el estadio Absa, la sede del rugby de 52 años, a un costo de 800 millones de rands (98,7 millones de dólares), nunca habría logrado eso, dicen funcionarios.

"Se nos hizo muy evidente que podíamos invertir todo el dinero que quisiéramos en el estadio Absa y aún así no habríamos terminado con un producto de clase mundial para llevarnos hacia el futuro", indicó Ellingson.

La mayoría de los sudafricanos de la clase trabajadora parecen estar de acuerdo, pese a las enormes cantidades de dinero que han sido gastadas.

"Tenemos que darle a la gente lo que normalmente tienen en Londres y otras partes y dejarlos jugar en un buen estadio. Así irán a casa y le dirán a otras personas que vengan", afirmó Joe Mboneni Ndlovu, un operador de un puente áereo de Durban.

Pese a todo el esfuerzo y la ambición, lograr ser la sede olímpica no será fácil. El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, tenía un fuerte compromiso personal de llevar la Copa del Mundo a Africa.

El Comité Olímpico Internacional no tiene una política de este tipo, así que Sudáfrica necesitaría superar la intensa competencia de alrededor de todo el mundo. Esta es otra razón por la que hay tanto que depende de cómo el país se desempeñe como sede del Mundial en el 2010.

Grandes problemas con el transporte o el alojamiento, ya subrayados por la FIFA como preocupaciones, o un gran ataque por parte de los notoriamente violentos criminales de Sudáfrica, y la ambición de Durban podría quedar en nada.