Actualizado 17/08/2009 21:06

FUTBOL-Partidos gratis dejarían vacíos a bares Argentina

Por Luis Ampuero

BUENOS AIRES (Reuters/EP) - La intempestiva ruptura del contrato de televisación codificada del fútbol en Argentina puso fin la semana pasada a una tradición que durante 18 años hizo de los bares de Buenos Aires un centro de reunión obligado a la hora de ver los grandes clásicos del torneo local.

Las confiterías debieron retiran los carteles que invitaban al público a ver el "fútbol codificado" a cambio de un café o una cerveza, una opción mucho más económica que los casi 10 dólares extra por mes que pagaban los abonados para ver un River-Boca, un Racing-Independiente o un San Lorenzo-Huracán.

La semana pasada, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y el Gobierno acordaron buscar la forma de transmitir los partidos gratuitamente para todo el país después de que la asociación de clubes decidió romper su vínculo con TSC (Televisión Satelital Codificada).

El contrato entre la AFA y la empresa privada tenía vigencia hasta el 2014, pero las urgencias financieras del empobrecido fútbol argentino y el enfrentamiento entre la Casa Rosada y el Grupo Clarín, dueño de la mitad de TSC, impusieron sus propios tiempos.

El conflicto se da en medio de una puja entre el Gobierno de la presidenta Cristina Fernández y el Grupo Clarín, cuyos medios son muy críticos de la gestión oficial, que coincidió con un fuerte reclamo del gremio de futbolistas por un atraso en los pagos de parte de los clubes.

"No sé qué vamos a inventar, los partidos (codificados) eran un buen gancho (propuesta) para atraer a la gente y hacer una diferencia (económica)", dijo a Reuters José Ramos, un español dueño de un bar de barrio que los viernes, sábados y domingo se convertía en refugio de solteros, casados y divorciados.

"Están matando la pasión", agregó refiriéndose a la tradición de juntarse en el bar para compartir charlas de café o utilizar el fútbol como excusa para escaparse de la casa.

Los argentinos, que tienen al fútbol como un bálsamo frente a los problemas diarios, terminaron el mes de julio con desconcierto e iniciaron el de agosto con incertidumbre respecto a lo que ocurrirá con la liga local.

CLUBES QUEBRADOS

A fines de julio los clubes que mantienen deudas millonarias con sus jugadores fueron demandados por el sindicato de Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA), lo que obligó a diferir el inicio del torneo que debía arrancar el 14 de agosto.

Pero la angustia se profundizó tras la ruptura de la AFA con TSC y el inicio de conversaciones con el Gobierno.

Mientras el Gobierno asegura que "el fútbol no se va a estatizar", la opinión generalizada que reflejan los medios de Argentina es que el fútbol sirvió a la presidenta Cristina Fernández y a su marido, el ex mandatario Néstor Kirchner, para saldar cuentas pendientes.

El Gobierno señaló al poderoso Grupo Clarín como el principal responsable de la dura derrota que sufrió en las recientes elecciones legislativas.

Hasta el torneo pasado los derechos estaban en manos del Canal 13 de televisión abierta, perteneciente al Grupo Clarín, que prohibía pasar los goles de los encuentros jugados viernes, sábados y domingos hasta después del clásico programa "Fútbol de Primera" que se emitía a las 22.00 hora local (0100 GMT).

"Ya no vamos a tener que esperar a las 22 (horas) del domingo para ver los goles", dijo el portavoz de la AFA, Ernesto Cherquis Bialo.

Ahora se espera que el torneo Apertura comience el 21 de agosto, aunque, de acuerdo a informes de la prensa local, la AFA teme que podría demorarse otra semana si la Justicia da vía libre a una medida cautelar de TSC.

CUENTAS CLARAS

Los clubes apoyaron homogéneamente la decisión de la AFA de romper el contrato con TSC mientras esperan que el Estado sea el salvoconducto para limpiar sus cuentas.

"Nuestro club está sin deudas pero queremos recibir dinero y que sea un reparto más equitativo", dijo a periodistas el presidente de Vélez Sarsfield, Fernando Raffaini.

Según medios locales, el Gobierno le ofreció a la AFA para que comience a rodar la pelota 600 millones de pesos (unos 157 millones de dólares).

La gente común se reparte entre los que condenan al Estado por solventar lo que califican como "impericia" de los dirigentes de los clubes y los que con una óptica más federal le dan la bienvenida a la propuesta de ver los partidos en forma gratuita en todo el país.

"Me parece una barbaridad que el Gobierno se dedique a darle dinero a los clubes para salvar al fútbol mientras hay otras cosas más urgentes por hacer como la inseguridad, la falta de trabajo y los impuestazos", dijo a Reuters Javier, un mendocino hincha de Boca y de Godoy Cruz.

"No me interesa y no entiendo nada de estas discusiones pero si en todo el país se van a ver los partidos sin codificar me parece genial (...) aunque yo quiero ver fútbol y que empiece lo antes posible !no aguanto más!", expresó en tanto Marcelo, un repartidor de periódicos del distinguido barrio de Palermo.

Las radios y los canales de televisión fueron inundados de mensajes del público opinando a favor y en contra del acuerdo. Pero mientras se define el futuro de las transmisiones los dueños de los bares apuestan a poder volver a poner el cartelito, aunque esta vez sin la palabra "codificado".

"Voy a seguir viendo los partidos con mis amigos del boliche (bar) porque el fútbol, el café y la copa fuera de casa tienen otro sabor", dijo a Reuters Emiliano, un hincha de River.

(Luis Ampuero; Editado por Javier Leira)