Actualizado 08/05/2015 18:10

El Gobierno de Brasil defiende sus impopulares medidas de austeridad

Joaquim Levy habla con Dilma Rousseff
Foto: REUTERS

BRASILIA, 8 May. (Reuters/EP) -  

   El ministro de Hacienda de Brasil, Joaquim Levy, ha defendido este jueves sus impopulares medidas de austeridad y ha lanzado una nueva idea de establecer un objetivo para reducir el creciente déficit presupuestario general del país.

   Levy ha dicho que el ajuste económico debería realizarse rápidamente para allanar el camino a un crecimiento económico más veloz, en una respuesta a los legisladores que se oponen a proyectos de ley de ahorro fiscal que --según afirman-- empeorarán una esperada recesión y erosionarán los derechos de los trabajadores.

   En una estrecha votación, la Cámara de Diputados de Brasil aprobó el pasado miércoles una versión diluida de un proyecto para reducir el coste de beneficios por desempleo.

   "Necesitamos estas medidas, que son indispensables para que la economía se recupere", ha asegurado Levy en un evento sobre la responsabilidad fiscal que se ha celebrado en Brasilia. "El mayor riesgo para Brasil es un desequilibrio fiscal", ha agregado.

   Levy, un ex ejecutivo bancario y defensor de la 'línea dura' en lo que a políticas fiscales se refiere, ha elevado los impuestos y reducido los gastos para alcanzar este año un objetivo de superávit presupuestario primario del 1,2 por ciento del Producto Interno Bruto.

   Analistas dudan que el ministro pueda alcanzar dicha meta debido a que la desaceleración económica reduce los ingresos impositivos.

   Sin embargo, Levy lanzó la idea de establecer una meta para el déficit presupuestario general del país, o el exceso de gastos operativos y de deuda sobre los ingresos.

   El déficit general del país en 12 meses escaló a un 7,8 por ciento del PIB a marzo, su mayor nivel desde al menos 1998, debido al alza de las tasas de interés y las pérdidas derivadas de las ventas de 'swap' cambiarios del Banco Central.

   El ministro también ha advertido de que adoptar dicha meta ahora mismo podría obligar al Gobierno a realizar recortes de gastos más profundos para reducir el déficit general.