Actualizado 31/08/2009 18:42

Huelga agraria sigue en Argentina con mercados paralizados

Por Nicolás Misculin

BUENOS AIRES (Reuters/EP) - Las plazas argentinas de alimentos se mantenían inactivas el lunes debido a la huelga comercial iniciada la semana pasada por los productores rurales contra la política agraria del Gobierno, en la reedición de un fuerte conflicto por la intervención estatal en los mercados.

El paro, que implica el cese en el comercio de granos y de ganado, se inició en la medianoche del jueves y concluirá por la noche del viernes próximo, aunque algunos dirigentes del sector adelantaron que la protesta podría extenderse cuatro días más.

El sector, que arrastra un largo descontento contra el Gobierno, lanzó la medida de fuerza como reacción ante el veto de la presidenta, Cristina Fernández, a un beneficio fiscal para los productores rurales afectados por una sequía que dañó gravemente a los cultivos del país, uno de los mayores exportadores mundiales de alimentos.

"Hoy las fábricas de máquinas agrícolas (...) están paradas, los camioneros están esperando a ver si sale algún viaje, los obreros rurales están desocupados", señaló a Radio Mitre Eduardo Buzzi, presidente de la Federación Agraria Argentina, una de las cuatro asociaciones rurales en huelga.

"Esta es la Argentina agropecuaria de los Kirchner", agregó en alusión a la presidenta Fernández y a su marido y predecesor, Néstor Kirchner.

El mercado ganadero de Liniers, en Buenos Aires, recibió sólo 33 vacunos el lunes, mientras que prácticamente no se esperaba actividad para las plazas de granos.

El fin de semana, diversos grupos de chacareros realizaron manifestaciones en las rutas, apostados sobre los márgenes de las carreteras o marchando sobre tractores.

De todos modos, los dirigentes rurales pretenden evitar peleas y agresiones como las que tuvieron lugar durante las fuertes protestas del 2008, cuando los bloqueos de rutas generaron incidentes y un fuerte malestar social.

Las protestas del año pasado, realizadas contra un intento oficial de subir el impuesto a la exportación de soja -el mayor cultivo del país-, concluyeron con una crisis en el Gobierno de Fernández y una desaceleración de la actividad económica, afectada por el freno en uno de los sectores más pujantes del país.