Publicado 18/01/2016 14:10

Indígenas de Brasil y México, de los más afectados por la desigualdad en la región

Indigenas Mexico niña madre
STRINGER MEXICO / REUTERS

   "Las 62 personas más ricas acumulan la misma riqueza que los 3.600 millones más pobres"

   MADRID, 18 Ene. (EP/Notimérica) -

   En Brasil y México, los pueblos indígenas son los más perjudicados por la desigualdad provocada por la acumulación de grandes fortunas en pocas personas.

   Así lo ha asegurado un informe de la ONG Oxfam, publicado este lunes, donde afirma que "la destrucción de sus tierras ancestrales a causa de la erosión de los bosques, provocada por las actividades mineras o por la agricultura intensiva a gran escala" y su privatización, "favorece el surgimiento repentino de enormes fortunas en manos de unos pocos muy poderosos".

   El documento 'Una economía al servicio del 1 por ciento' recoge las crecientes diferencias entre una minoría privilegiada y la mayoría de la población del planeta. La desigualdad extrema ha alcanzado cuotas "insoportables", advierte la organización, que llama a actuar sobre estas diferencias "para combatir con éxito la pobreza".

   La ONG constata que la brecha entre ricos y pobres a nivel mundial ha aumentado en 2015 hasta el punto de que las 62 mayores fortunas del mundo acumulan el mismo dinero que 3.600 millones de personas, la mitad más pobre de la humanidad, al tiempo que ha cifrado en 7,9 billones de dólares el capital oculto en paraísos fiscales.

   Oxfam ya predijo que el uno por ciento de la población mundial llegaría a acumular el mismo dinero que el 99 por ciento restante, pero pensaba que esta proporción aún tardaría en llegar un año más. En 2015, 62 fortunas poseían la misma riqueza que 3.600 millones, cuando en 2010 eran 388 personas.

   Así, mientras el 50 por ciento de la nueva riqueza generada desde comienzos de siglo ha ido a parar a los bolsillos del uno por ciento privilegiado, la mitad más pobre del mundo apenas ha mejorado. Sólo les ha llegado el uno por ciento del incremento total y, desde 2010, han perdido más de un billón de dólares --un 41 por ciento--.

   Los ingresos medios anuales del diez por ciento más pobre han aumentado menos de tres dólares al año durante el último cuarto de siglo, lo que supone que, anualmente, ni siquiera llegan al centavo de dólar de crecimiento.

   Contrario a esta tendencia, en Brasil "los ingresos del 50 por ciento más pobre de la población se incrementan a un ritmo más rápido que los del 10 por ciento más rico". Sin embargo, las diferencias son tan grandes "que la brecha entre ambos grupos sigue aumentando".

   Oxfam advierte de que la desigualdad económica debilita el crecimiento y la cohesión social en términos generales, pero recuerda que son los más pobres quienes sufren sus consecuencias. En este sentido, apunta que, si la desigualdad no hubiese aumentado entre 1900 y 2010, habría 200 millones de personas más fuera de la pobreza y la cifra podría llegar a los 700 millones si estos colectivos desfavorecidos se hubiesen beneficiado del crecimiento económico más que la parte contraria.

SE TRIPLICA LA RIQUEZA EN AMÉRICA LATINA

   Para la ONG, "es innegable que los grandes beneficiados de la economía mundial son quienes más tienen", toda vez que considera que el sistema está "distorsionado" y les favorece.

   De hecho, en América Latina y África "el nivel de riqueza se ha más que triplicado", pero la mayoría de esa fortuna no se encuentra en la región.

   De hecho, Oxfam informó de que casi una tercera parte de la fortuna de los africanos más ricos, alrededor de 500.000 millones de dólares, se encuentra en paraísos fiscales, lo que podría suponer a los países de este continente pérdidas anuales de 14.000 millones en concepto de ingresos fiscales. Este dinero podría salvar la vida de cuatro millones de niños y pagar los salarios de suficientes profesores para escolarizar a todo el continente.

   Oxfam ha analizado 200 empresas --entre ellas las más grandes del mundo-- y ha concluido que nueve de cada diez tienen presencia en países considerados paraísos fiscales. En el año 2014, la inversión dirigida a estos estados opacos fue casi cuatro veces mayor a la registrada en 2001.

   El dinero también establece sus particulares diferencias por género, incluso en la parte más rica del mundo. Sólo nueve de las 62 principales fortunas pertenecen a mujeres y únicamente hay 24 presidentas en las compañías de la lista Fortune 500.

PROPUESTAS Y EL CASO DE ECUADOR

   "El problema no es la falta de riqueza del mundo. Sencillamente, no es razonable ni desde el punto de vista económico ni, desde luego el ético, que haya tanto en manos de tan pocos", reza el informe, que pide a los líderes mundiales, muchos de los cuales se reunirán en el Foro Económico Mundial de Davos (Suiza), que tomen medidas.

   Las propuestas de Oxfam incluyen pagar a los trabajadores un salario digno que reduzca las diferencias con los altos directivos.

   Desde el Estado, la organización pone como ejemplo la estrategia adoptada por el Gobierno de Ecuador, que incluyó en la Constitución de 2008 un artículo relativo a la necesidad de un salario digno, y en 2014 ya se había puesto en marcha una política de salarios dignos asociada al mismo mediante la cual "se exige a las empresas que operan en Ecuador que paguen a sus trabajadores un salario digno antes de repartir dividendos entre sus accionistas".

   "A pesar del alto nivel de inflación, el salario mínimo ha aumentado todos los años en términos reales", anota el informe.

"Sin embargo, esta política no ha desarrollado todo su potencial de impacto sobre el empleo y los salarios a nivel nacional debido a su incumplimiento y al elevado número de trabajadores informales en el país", lamenta Oxfam.

   En el caso de Estados Unidos, la ONG advierte de que mientras que las remuneraciones de los presidentes de las principales empresas del país han crecido más de un 54 por ciento desde 2009, los salarios medios apenas han variado.

   Oxfam también insta a fomentar la igualdad económica y los derechos de las mujeres, así como a poner coto a la capacidad de influencia de los grupos de presión. Asimismo, propone modificar el sistema mundial de investigación y desarrollo y de fijación de precios de medicamentos para garantizar el acceso de todas las personas a estos productos.

   En términos fiscales y de inversión, Oxfam plantea distribuir el esfuerzo "de forma justa y equitativa" --trasladando hacia la riqueza y el capital la carga que pesa ahora sobre el trabajo y el consumo-- e introducir un gasto público progresivo, con prioridad para la gratuidad de servicios públicos.

   Como conclusión, señala que "la desigualdad no es inevitable" ni "fruto de la casualidad", sino el "resultado de decisiones políticas deliberadas".

"Ha llegado la hora de rechazar este modelo económico que solo funciona para una minoría", reclama Oxfam.