Actualizado 03/08/2009 17:00

Inversión doméstica impulsa repunte manufacturero chino: informe

Por Simon Rabinovitch

PEKIN (Reuters/EP) - Un incremento de la inversión doméstica alentó la actividad de las fábricas de China y contrarrestó la anemia de las exportaciones, empujando a un índice clave del sector manufacturero del país al récord en un año.

El índice de gerentes de compras de la firma de corretaje CLSA creció en julio a 52,8 desde 51,8 en junio, el cuarto mes seguido que el indicador, elaborado para ofrecer una imagen oportuna de la situación manufacturera, ha estado en territorio de expansión por encima de la marca de 50.

El informe apuntó a un aumento de las presiones sobre los precios en paralelo con la aceleración de la recuperación, lo que explicaría porqué el banco central chino ha comenzado a ajustar la política monetaria para impedir que se descontrole el crecimiento del crédito.

Pero la persistencia de la debilidad en la demanda global también ilustra su dilema, ya que Pekín no quiere ajustar demasiado su política hasta que el sector exportador, gran generador de empleos, vuelva a ponerse de pie.

Las conclusiones del reporte de CLSA encajaron con las del indicador equivalente oficial de China, divulgado el sábado, que creció por quinto mes consecutivo en julio a pesar de la habitual pausa del verano boreal.

"La actividad manufacturera continúa acelerándose y, en forma importante, el crecimiento de los pedidos está siendo impulsado por la economía doméstica", dijo Eric Fishwick, responsable de investigaciones económicas de CLSA.

"Esto es positivo, pues ahora las exportaciones chinas tienen un comportamiento inferior al de las economías recientemente industrializadas del norte de Asia, respaldando la descripción que hizo el panel de la demanda exportadora como 'pobre'", sostuvo.

El índice manufacturero desestacionalizado de CLSA se ubicó debajo de la marca de 50 entre agosto del 2008 y marzo de este año, después de que la crisis financiera global golpeó a las exportaciones y un ajuste monetario previo afectó a la industria china.

Pekín respondió con un masivo paquete de estímulo de 4 billones de yuanes (585.000 millones de dólares) y una política monetaria extremadamente flexible, presionando a los bancos a ofrecer créditos por sumas enormes.