Por Jeffrey Heller
JERUSALEN (Reuters/EP) - Israel se mantuvo firme el domingo en su plan de autorizar cientos de nuevas viviendas para judíos en la ocupada Cisjordania antes de un posible congelamiento de las construcciones, restando importancia a las críticas de Washington.
Actualmente, unas 2.500 unidades de vivienda se están construyendo en Cisjordania y funcionarios israelíes afirman que la edificación continuará.
"El primer ministro decidirá en los próximos días sobre la construcción de cientos de unidades adicionales de vivienda a fin de resolver los actuales problemas en varios asentamientos", dijo a Radio Israel el ministro de Transporte, Yisrael Katz.
Katz habló sobre el plan dos días después de que un asesor del primer ministro, Benjamin Netanyahu, anunciara la intención del líder israelí de autorizar nuevos proyectos antes de considerar una moratoria sobre los permisos de edificación.
El tema de los asentamientos es un gran obstáculo en el estancado proceso de paz entre israelíes y palestinos y ha abierto una grave disputa entre el Estado judío y su mayor aliado, Estados Unidos.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha estado presionando a Netanyahu para que detenga la construcción en los asentamientos. El mandatario palestino, Mahmoud Abbas, ha advertido que las negociaciones de paz no podrán ser reanudadas sin un congelamiento de la actividad en las colonias judías.
El proceso de paz de Oriente Medio fue suspendido por Abbas en diciembre debido a la feroz ofensiva lanzada por Israel sobre la Franja de Gaza.
La Casa Blanca expresó el viernes su decepción por el nuevo plan de construcción y dijo que las acciones de Israel dificultaban la creación de un clima adecuado para las negociaciones.
Sin embargo, un funcionario en Washington dijo que el Gobierno de Obama pensaba que aún era posible alcanzar un acuerdo para reanudar el proceso de paz.
Netanyahu, quien sostendrá más negociaciones sobre el tema la semana próxima con el enviado estadounidense George Mitchell, se ha resistido al total congelamiento estipulado por la hoja de ruta del 2003, que también compromete a los palestinos a controlar a los militantes islámicos.