Actualizado 21/08/2009 05:57

Liberan a hombre condenado por atentado Lockerbie

Por Ian Mackenzie and Ali Shuaib

EDIMBURGO/TRIPOLI (Reuters/EP) - Un ex agente libio, condenado a cadena perpetua por el ataque de Lockerbie en 1988, regresó el jueves a su país luego de ser liberado por autoridades escocesas por razones humanitarias debido a que padece un cáncer terminal.

Abdel Basset al-Megrahi, quien tendría tres meses de vida, fue liberado por una orden del ministro de Justicia de Escocia, pese a la presión que ejerció el Gobierno estadounidense para mantenerlo en prisión.

"Es un hombre moribundo, es un enfermo terminal", dijo el ministro de Justicia de Escocia, Kenny MacAskill, a periodistas como explicación. "Mi decisión es que vuelva a casa a morir", agregó.

Cientos de jóvenes libios llegaron al aeropuerto en Trípoli para darle la bienvenida, celebraron y desplegaron banderas libias mientras el auto de Megrahi salía del aeropuerto; aunque familiares de las víctimas de Lockerbie señalaron que habían entendido que no habría bienvenida de héroe.

El vuelo 103 de Pan Am llevaba 189 estadounidenses cuando dejó Londres rumbo a Nueva York el 21 de diciembre de 1988. En total, 259 personas a bordo y 11 en tierra resultaron muertas cuando una bomba hizo estallar el avión, cuyos restos cayeron sobre la localidad de Lockerbie.

En un comunicado emitido por su abogado tras su partida, Megrahi dijo que era inocente y que había sido injustamente encarcelado, pero también agradeció al pueblo escocés su puesta en libertad.

"Para aquellos familiares de las víctimas que puedan soportar oírme decir esto: Continúan teniendo mi más sincera compasión por la inimaginable pérdida que han sufrido", dijo. "A quienes me desean mal, yo no los deseo lo mismo", agregó.

"Esta terrible experiencia no acaba con mi regreso a Libia. No acabará hasta que muera. Quizá la única liberación para mí sea la muerte", agregó.

EEUU LO LAMENTA

Estados Unidos lamentó su liberación.

"Como hemos expresado reiteradamente a los funcionarios de gobierno del Reino Unido y a las autoridades escocesas, seguimos creyendo que Megrahi debiera cumplir su condena en Escocia", declaró la Casa Blanca en un comunicado.

Megrahi, de 57 años, fue el único condenado en el 2001 por el ataque. El libio perdió una apelación contra su condena en el 2002. Aunque una revisión del año 2007 determinó que pudo existir un error en su caso.

Una segunda apelación fue retirada esta semana, abriendo el camino a su liberación por razones humanitarias.

Parientes de muchas de las víctimas estadounidenses pensaban que Megrahi debió cumplir su condena por completo luego de haber sido arrestado por el ataque terrorista más sangriento del Reino Unido.

Frank Duggan, presidente de las Víctimas de Pan Am 103, un grupo que representa a las familias de las víctimas estadounidenses, señaló que había entendido que el Gobierno libio había prometido que Megrahi "no tendría una recepción de héroe".

"No habrá celebraciones al final, como dice la expresión", aseguró a Reuters.

Pero en Trípoli, a pesar de que los medios estatales no anunciaron su regreso, una multitud estaba en la pista de aterrizaje para felicitarlo en cuanto salió del avión y abrazó a sus hijos, que lo esperaban.

Muchos llevaban lienzos con el nombre de la Asociación Nacional de Jóvenes de Libia, cercana a Saif al Islam, uno de los hijos del líder libio Muammar Gaddafi.

Uno decía: "Prometiste y cumpliste tu compromiso y regresaste a Abdel Basset al-Megrahi a su familia".

A la prensa no se le permitió acercarse a la escena.

Si bien los familiares de muchas víctimas estadounidenses están convencidos de la culpabilidad de Megrahi, las familias de muchos fallecidos británicos cuestionaron la calidad de las evidencias para arrestarlo, y algunos hicieron campaña para que fuera liberado y pudiera morir en Libia.

"Estoy encantada. No creo que él haya tenido nada que ver con eso (el ataque) y creo que él efectivamente fue inculpado", dijo a Reuters Jim Swire, cuya hija Flora murió en el atentado.

El caso Megrahi ha sido un asunto delicado para el Gobierno escocés, que intenta equilibrar una serie de intereses antagónicos, entre ellos el hecho de que compañías petroleras británicas estén intentando hacer negocios en Libia y esperan que la liberación de Megrahi pueda abrir puertas.