Actualizado 08/12/2015 13:23

México, ¿ejemplo para otros países en debate sobre impuestos al azúcar?

Debate sobre impuestos al azúcar, México puede ser ejemplo
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   MÉXICO DF, 8 Dic. (Notimérica) -

   México puede ser un ejemplo para Estados Unidos y el resto del mundo, en el difícil debate de imponer impuestos al azúcar y por tanto, a las bebidas gaseosas que llevan importantes cantidades de este endulzante.

   El último país inmerso en esta discusión es el Reino Unido, donde el debate sobre si se debería imponer un "impuesto sobre el azúcar" se intensificó esta semana, con la insistencia de un comité de parlamentarios de que existe la evidencia convincente de que ayudaría a hacer frente al incremento de la obesidad infantil.

   La industria de alimentos y bebidas se resiste a la idea de que un impuesto sobre el azúcar sería una manera eficaz de reducir el consumo.

   Y mientras que los opositores y críticos buscan municiones para defender sus puntos de vista, la atención se está centrando en países como México, que ya han pasado por este camino, según recoge un artículo de Financial Times, que publica la web Finanzas para Mortales.

   Y es que el gravamen impuesto a las bebidas azucaradas y comida 'basura' hace dos años ha ayudado a reducir las ventas y recaudado más de 2.000 millones de dólares para el estado mexicano, si bien hay un desacuerdo sobre su eficacia.

   Fue a comienzos de 2014, cuando México decidió imponer un gravamen del 10 por ciento de impuestos sobre las bebidas gaseosas --equivalente a 1 peso (0,06 dólares) por litro-- y un 8 por ciento de impuestos sobre bocadillos altos en calorías, en un esfuerzo por combatir la epidemia de la obesidad y la diabetes, que consume el 55 por ciento del presupuesto nacional de salud. Hay que tener en cuenta que en México, el 70 por ciento de los adultos y el 30 por ciento de los niños tienen sobrepeso o son obesos.

   No obstante, en octubre la cámara baja del Congreso votó para reducir a la mitad el impuesto sobre los refrescos que contienen menos de 5 gramos de azúcares añadidos por cada 100 ml, argumentando que esto alentará a las compañías de bebidas a cambiar.

   La medida, respaldada por el partido gobernante (PRI), que propuso el impuesto inicial, provocó una tormenta de protestas entre los partidos de la oposición de izquierdas y fue anulada rápidamente en la aprobación definitiva del presupuesto para 2016.

   MÁS MUERTES POR REFRESCOS QUE POR EL CRIMEN ORGANIZADO.

   Un diputado dijo que la reducción del impuesto era una "sentencia de muerte" y la Alianza para la Salud Alimentaria, un grupo que lo apoya, sostuvo que el impuesto necesita duplicarse en lugar de ser reducido a la mitad, y que los refrescos han matado a más mexicanos que el crimen organizado.

   Un estudio publicado en junio encontró que las compras de bebidas azucaradas gravadas cayeron un 6 por ciento en promedio en el 2014, y la tendencia a la baja se aceleró a l12 por ciento en diciembre de 2014.

   El estudio concluyó que en hogares con menores ingresos, que gastan más en alimentos, hubo una caída promedio del 9 por ciento en la compra de refrescos en 2014, con un descenso del 17 por ciento para diciembre de 2014. Mientras, las ventas de las bebidas libres de impuestos, como el agua, aumentaron el 4 por ciento durante el 2014.

   Michael Bloomberg, el ex alcalde de Nueva York, que ha contribuido con 16,5 millones de dólares desde 2013 a la lucha contra la obesidad en México, dijo que el impuesto era "un modelo para medidas similares en EEUU y el resto del mundo".

   Pero Emilio Gutiérrez, profesor de la Universidad ITAM de México, quien ha estudiado el impacto de los impuestos, dice que el tema es más sutil de lo que parece. Su estudio fue financiado por ConMéxico, un grupo de presión de la industria, pero él aseveró que lo realizó con plena independencia.

   El experto encontró una reducción del 5 por ciento en los litros de refresco comprados, pero dijo que esto no representa nada en comparación con la disminución de consumo de las calorías necesarias para combatir la obesidad.

   Sumado a ello, y debido a que el impuesto se calcula por litro, Gutiérrez estima que el 60 por ciento de la reducción en los litros de refresco comprados podría explicarse por los consumidores que cambiaron a envases más pequeños.

   "Creo que el impuesto ha sido inútil, honestamente", dijo. "Puede haber reducido el consumo de refrescos un poco, pero no es suficiente para dar lugar a una reducción a largo plazo de la obesidad".

   "Sé que es un escándalo proponerlo, pero creo que la discusión que tenemos que tener es la mejor manera de diseñar el impuesto", añadió, sugiriendo una escala con tasas impositivas más bajas para las botellas o latas más pequeñas.