Actualizado 25/10/2010 14:50

México.- El ex presidente Salinas rechaza los falsos "estereotipos" sobre el NAFTA

Atribuye a la crisis económica que sufrió México en 1995 el que, tras el tratado, la economía nacional creciese por debajo de la media de América Latina


MADRID, 25 Oct. (EUROPA PRESS) -

El ex presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari ha rechazado este lunes los falsos "estereotipos" que, a su juicio, se han creado en torno al Tratado de Libre Comercio Norteamericano (NAFTA, por sus siglas en inglés), entre México, Estados Unidos y Canadá, que entró en vigor en enero de 1994, y ha destacado las mejoras que ha supuesto para su país.

Ante todo, dijo Salinas, el NAFTA --que se aprobó durante su gobierno (1988-1994)-- permitió que las relaciones económicas, comerciales y financieras entre México y Estados Unidos adquiriesen "certidumbre" al estar basadas en unas "reglas claras", y no en "criterios discrecionales" de cada gobierno estadounidense.

Además, durante la negociación del tratado, se reconoció la "asimetría" que existía entre los distintos países, que tenían "realidades distintas", afirmó Salinas durante su intervención en el foro 'México, entre norte y sur', organizado por la Fundación Botín en Madrid.

El ex presidente recordó que el reconocimiento de esas realidades fue lo que llevó a establecer en el TLC "periodos diferentes de apertura", como se hizo en el caso de la producción agropecuaria en México, especialmente el maíz, un alimento que gozó de quince años de protección.

MIGRACIÓN AL NORTE

Dos de los mitos que se han extendido sobre el NAFTA son, según el ex presidente, que "arruinó a los trabajadores mexicanos" y que la "migración masiva" a los países vecinos del norte fue una consecuencia de la aplicación del acuerdo.

Para desmentir esto, Salinas dijo que los trabajadores vinculados a los sectores de exportación "han estado ganando un 40 por ciento más" que los demás trabajadores y que el verdadero problema es que en algunas regiones esos sectores son mayoritarios y en otras apenas están presentes, de manera que "el reto es interno".

En cuanto a la migración, la atribuyó a la grave crisis que experimentó México en 1995, una situación en la que el TLC permitió, en su opinión, "revertir más rápido" sus efectos. Además, añadió, la crisis fue la responsable de que durante los diez años posteriores a la entrada en vigor del tratado, la economía mexicana creciese "por debajo de América Latina".

Salinas recordó que, aun así, el comercio de México pasó de tener un volumen de 24.000 millones de dólares en 1982 a casi 300.000 millones en 2008. El ex dirigente también negó que el NAFTA no haya sido un estímulo a las relaciones comerciales, y puso como ejemplo que actualmente las exportaciones mexicanas a Estados Unidos suponen el triple de las alemanas y el cuádruple de las francesas.

Asimismo, destacó que la inversión extranjera en México ha supuesto un flujo de 220.000 millones de dólares en quince años y que las exportaciones de su país a Estados Unidos y Canadá eran de petróleo en un 80 por ciento antes de la entrada en vigor del TLC y ahora este producto representa menos de un 10 por ciento de las mismas.

EFECTOS INTERNOS DEL NAFTA

El ex mandatario también negó que el tratado provocase la "desindustrialización" de México y aseguró que lo que ocurrió fue "lo contrario", de manera que el país latinoamericano se convirtió en "uno de los principales productores de automóviles".

También rechazó la afirmación de que con el NAFTA "se desplomó la producción de alimentos" en México y que esto llevó a la "desnutrición", al señalar que la producción de maíz pasó de 15 millones de toneladas en 1994 a casi 30 en 2006 y que el consumo interno de proteínas aumentó más de un 50 por ciento.

Igualmente, el ex presidente negó que se frenase el acceso de los campesinos a la tierra y dijo que no sólo "no se canceló el reparto social" de este recurso sino que el TLC abrió la puerta a que las mujeres pudieran ser propietarias de tierras.

Por otro lado, Salinas hizo hincapié en que México no "miró al norte y olvidó al sur" en sus relaciones comerciales, como han opinado quienes han criticado el NAFTA. En este contexto, aseveró que las relaciones comerciales con Estados Unidos ya eran "muy intensas" antes de que se firmase el acuerdo.

Además, agregó, México también ha firmado tratados de libre comercio con Chile (el primero, en 1999), Venezuela, Colombia y Costa Rica, unos acuerdos que responden a la "diversificación de las relaciones" por las que ha apostado el país.

SOBERANÍA

Por último, expresó su desacuerdo con la idea de que "la globalización cancela la soberanía". Salinas subrayó que la soberanía es "el principio fundamental y rector" de la "vida cotidiana" de los mexicanos, pero dijo que es algo que depende de "la legitimidad del Estado", que "se la da el pueblo cuando hay justicia social", y no de los "desplantes" que se puedan hacer a otros países.

El ex mandatario concluyó afirmando que aunque México "tiene la capacidad de ser un puente entre el norte y el sur", el NAFTA es "un instrumento, no la panacea", y es necesario llevar a cabo "las reformas que el país requiere".