Por Brad Haynes
SAO PAULO, 11 dic, 11 Dic. (Reuters/EP) -
- Los minoristas brasileños anticipan su peor temporada navideña en una década y las señales apuntan a un Año Nuevo no muy feliz.
Los compradores son cautos y los sindicatos minoristas están preparados para sufrir despidos, lo que suma problemas a la reelecta presidenta Dilma Rousseff, cuyo esfuerzo por la austeridad fiscal para recuperar la confianza de los inversores tiene lugar en momentos en que Brasil vive una desaceleración económica.
La confianza del consumidor ha caído a niveles vistos por última vez durante la crisis financiera del 2008, debido a que el cuarto año consecutivo de inflación alta y un crecimiento mediocre de la mayor economía de América Latina han afectado al mercado laboral.
Las deudas promedio de las familias también han aumentado a casi la mitad de sus ingresos anuales, frente a un tercio en el 2008, lo que ha hecho que los brasileños sean cautos a la hora de pedir nuevos préstamos y vulnerables a tasas de interés que ahora oscilan en máximos niveles en tres años.
"Tarjetas de crédito, servicios básicos, parece que todas las cuentas están subiendo estos días. Hay que ahorrar en algo", dijo Maria Fernanda Pieroni, una especialista en tecnologías de la información de 30 años que buscaba regalos más baratos este año en un centro comercial de Sao Paulo.
Cerca de un 43 por ciento de los brasileños están planeando gastar menos en Navidad que el año pasado, mientras que sólo un 12 por ciento pretende desembolsar más, según un sondeo de la privada Fundación Getulio Vargas.
Más búsquedas de gangas es algo positivo para algunos minoristas de bajo costo, como Lojas Americanas SA, cuya mezcla de ventas flexibles e ítems de bajo precio la han ayudado a proteger el crecimiento de sus ventas ante una desaceleración general.
Pero la mayoría de las empresas de productos para el consumidor, como el fabricante de cosméticos Natura SA y la cadena de ropa Cia Hering, probablemente sigan enfrentando una débil demanda.
La Confederación Nacional de Comercio de Brasil estima que los volúmenes de ventas de Navidad subirán sólo un 2,6 por ciento interanual, el panorama más débil desde el 2004.
Una depreciación de un 10 por ciento de la moneda brasileña este año también ha elevado el costo de bienes y materiales importados, reduciendo los márgenes de ganancia.
Después de enfrentar una desaceleración en años recientes con crédito barato y exenciones impositivas, el Gobierno de Brasil ha agotado su poder de fuego fiscal.
Las contrataciones temporales en el sector minorista en los últimos meses del año generalmente contrarrestan los despidos estacionales en construcción y agricultura. Sin embargo, el anémico sector minorista contribuyó en octubre a la primera pérdida neta de empleos en al menos 15 años.
Lo peor aún está por venir, dijo Ricardo Patah, jefe del sindicato de trabajadores minoristas de Sao Paulo, quien advirtió que es probable que haya despidos generalizados a comienzos del próximo año si las ventas navideñas son débiles, como se prevé.
La tasa de desempleo probablemente aumente en el 2015 por primera vez en una década, según el economista jefe de Morgan Stanley para Brasil, Arthur Carvalho, quien advirtió que la reducción de los presupuestos de las familias empujará a la economía a la recesión al próximo año.