Publicado 12/11/2013 01:01

Muertos por tifón en Filipinas aumentarían a medida que socorristas accedan a zonas remotas

* Se espera que cifra aumente a medida que socorristas llegan a pueblos devastados

* Se estima que 10.000 personas habrían muerto sólo en Tacloban

* Presidente declara estado de calamidad nacional

* EEUU envía portaaviones para respaldar esfuerzo de ayuda

* Grupos humanitarios describen desesperada necesidad de alimentos

Por Andrew R.C. Marshall y Manuel Mogato

TACLOBAN, Filipinas, 12 nov, 12 Nov. (Reuters/EP) -

- Socorristas intentaban llegar el martes a pueblos y aldeas en el centro de Filipinas que quedaron aislados luego de un poderoso tifón, temiendo que la cifra estimada de 10.000 muertos pueda aumentar bruscamente, a medida que se intensifican los esfuerzos de ayuda con la colaboración del Ejército de Estados Unidos.

Washington enviará un portaaviones, el USS George Washington, a las Filipinas, dijo a Reuters un funcionario de la defensa estadounidense, en una medida que podría redoblar las operaciones aéreas en un momento en el que los equipos en tierra tienen problemas para llegar a zonas donde los caminos son intransitables y los puentes están destruidos.

El portaaviones ya está en la región, luego de visitar Hong Kong.

Funcionarios en Tacloban, que soportó la peor parte de una de las tormentas más fuertes de las que se tenga registro y que golpeó a las Filipinas el viernes, han dicho que la cifra de muertos podría llegar a 10.000 sólo en la ciudad.

Sumándose a la miseria de los sobrevivientes, una depresión llevará lluvias al centro y sur de Filipinas el martes, dijo la oficina meteorológica.

"Creo que lo que más nos preocupa es que hay tantas zonas de las que no tenemos información, y cuando tenemos este silencio, usualmente significa que el daño es aún peor", dijo Joseph Curry de la estadounidense Organización de Servicios de Ayuda Católicos.

El "mero tamaño de la emergencia" provocada por el tifón está poniendo a prueba los esfuerzos de ayuda, dijo el lunes al programa "Today" de NBC, hablando desde Manila.

John Ging, director de operaciones de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, dijo que "muchos lugares están llenos de cadáveres" que deben ser sepultados pronto para evitar el brote de un desastre de salud pública.

"Tristemente estamos esperando lo peor mientras logramos más y más acceso", dijo Ging, hablando ante periodistas en Naciones Unidas en Nueva York.

El presidente Benigno Aquino declaró estado de calamidad nacional y desplegó a cientos de soldados en Tacloban para detener los saqueos. La administración de Tacloban parecía estar sumida en el caos, mientras funcionarios municipales y hospitalarios se concentraban en salvar a sus familias y conseguir alimentos.

Sin embargo, los suministros de ayuda estaban llegando a la ciudad cuatro días después de que el tifón Haiyan convirtió al que alguna vez fue un vibrante puerto de 220.000 habitantes en un páramo cubierto de cadáveres.

Camiones de ayuda provenientes del aeropuerto luchaban por entrar a la ciudad debido al flujo de gente y vehículos que salían de la zona. En motocicletas, camiones o a pie, la gente abarrotó el camino hacia el aeropuerto, cubriéndose el rostro con bufandas para soportar el hedor de los cadáveres.

Cientos han salido en aviones de carga rumbo a la capital Manila o a la segunda ciudad más grande del país, Cebu, mientras muchos más pasaron la noche durmiendo en el destruido edificio de la terminal aérea.

Periodistas de Reuters viajaron a la ciudad en un camión de ayuda del Gobierno que era vigilado por soldados con fusiles de asalto. "Es arriesgado", dijo Jewel Ray Marcia, un teniente del Ejército. "La gente está enojada. Están perdiendo el control", agregó.

ESFUERZOS DE AYUDA

Los esfuerzos de ayuda internacional han comenzado a acelerarse, con decenas de países y organizaciones comprometiendo decenas de millones de dólares en ayuda.

Las operaciones han sido obstaculizadas debido a que los caminos, aeropuertos y puentes fueron destruidos o cubiertos por escombros dejados por las marejadas y vientos de hasta 378 kilómetros por hora.

Cerca de 660.000 personas fueron desplazadas y muchas no tienen acceso a alimentos, agua ni medicinas, dijo Naciones Unidas.

La jefa de ayuda de Naciones Unidas, Valerie Amos, quien viaja camino a Filipinas, liberó 25 millones de dólares en ayuda el lunes del Fondo Central de Respuesta a Emergencias de la ONU.

Amos y el Gobierno filipino deben lanzar una solicitud y un plan de acción el martes para lidiar con el desastre.

La declaración de Aquino de estado de calamidad nacional permitirá al Gobierno usar fondos estatales para ayuda y controlar los precios. El dijo que el Gobierno había apartado 18.700 millones de pesos (432,97 millones de dólares) para rehabilitación.

Fuerzas militares adicionales de Estados Unidos llegaron a Filipinas el lunes para redoblar los esfuerzos de ayuda, junto a aviones militares estadounidenses que cargan alimentos, suministros médicos y agua para las víctimas, dijeron funcionarios.