Actualizado 26/08/2009 01:30

Pacto uso bases EEUU-Colombia genera tensión Sudamérica

Por Patrick Markey

BOGOTA (Reuters/EP) - Aviones militares de Estados Unidos pronto aterrizarán y despegarán de bases de Colombia en operaciones contra el narcotráfico y la guerrilla, pero desde ahora están causando fricción en América Latina, continente con el cual el presidente Barack Obama quiere mejorar relaciones.

Los aliados Colombia y Estados Unidos están cerca de firmar un acuerdo que permite el acceso de soldados y equipos estadounidenses a siete bases militares en el país sudamericano como parte de una campaña conjunta contra traficantes de cocaína y la guerrilla izquierdista.

Pero líderes izquierdistas de la región, encabezados por el presidente venezolano, Hugo Chávez, han arremetido contra el plan que denominan "imperialista" y al que califican como una "agresión", mientras que el aumento de las tensiones amenaza el comercio en el norte de los Andes.

El presidente de Colombia, Alvaro Uribe, quien desde antes del acuerdo militar con Washington ya tenía difíciles relaciones con dirigentes de izquierda en la región, ha visto incrementar las tensiones y surgir una nueva crisis.

Chávez, quien lidera el sentimiento antiestadounidense en América Latina, retiró por unos días a su embajador de Colombia, cortó el suministro de combustible barato y ha tratado de reducir las importaciones desde su vecino como parte de su descontento y reclamos por el acuerdo militar.

Los líderes sudamericanos se reunirán el viernes en una cumbre en Argentina, donde Estados Unidos y su cooperación militar con Colombia será el tema principal y un escenario en el cual se anticipa una confrontación de tesis entre el socialista Chávez y el conservador Uribe.

El acuerdo permite acceso a Estados Unidos a tres bases de la Fuerza Aérea Colombiana, dos instalaciones navales, dos operaciones militares "de común acuerdo", además de proveer a Washington la facilidad de tránsito por el mar Caribe y el océano Pacífico.

En parte, compensa la pérdida de la base de Manta, en Ecuador, luego que el presidente Rafael Correa se negó a renovar un acuerdo conjunto con Estados Unidos para vigilar rutas del narcotráfico desde Aruba, desde donde cubre la costa norte de Colombia y su frontera con Venezuela.

"La distancia relativamente pequeña entre Manta y las bases en Colombia significa que Estados Unidos mantendrá un rango de operación muy similar", dijo Anna Gilmour, analista senior de Jane's Country Risk. "El significado principal de la medida es basar su impacto político", agregó.

Desde el 2000, Bogotá ha recibido de Washington unos 6.000 millones de dólares en asistencia militar como parte de un paquete que ha ayudado a Uribe a combatir a los cárteles de la droga y a hacer retroceder a rebeldes de las FARC que en el pasado controlaron grandes áreas del país.

EEUU BUSCA DISIPAR TEMORES

Bajo el nuevo acuerdo, funcionarios estadounidenses dicen que no tienen capacidad ofensiva y que no ampliarán el personal por encima del máximo 800 militares y 600 contratistas civiles autorizados en la actualidad. Cerca de 260 militares estadounidenses permanecen en Colombia actualmente.

Estados Unidos tiene una presencia militar importante en seis países de América Latina.

Pero la expansión de su presencia en Colombia es parte de una amplia estrategia de Washington que no tiene que ver con instalaciones grandes al estilo de la guerra fría, sino bases más pequeñas alquiladas a aliados en zonas claves del mundo.

Las operaciones militares de Estados Unidos en Colombia se han concentrado en logística, transporte, entrenamiento y un poco de suministro de información de inteligencia.

Colombia dice que el acceso ampliado permitirá a sus fuerzas cerrar el paso a múltiples rutas de la droga. Sin embargo, Manta fue escogida estratégicamente en el Pacífico y algunos analistas se preguntan cuánto aportarán en la lucha contra el narcotráfico las bases incluidas en el plan.

La base aérea de Palanquero -donde Estados Unidos planea invertir 46 millones de dólares para renovar las instalaciones- está en el centro del país y otra, Apiay, situada cerca de una zona con alta presencia de guerrilla, en la llanura oriental.

"Tres cadenas de la cordillera de los Andes se encuentran entre Palanquero y el Pacífico. ¿Cómo va a contemplar la interdicción?", escribió Adam Isacson del Centro de Política Internacional, que supervisa desde Washington la iniciativa de Estados Unidos en Colombia.

Críticos consideran que Bogotá y Washington han manejado mal el acuerdo por el nerviosismo que despertó entre líderes de la región, lo que contrastó con los puntos que ganó Obama en la Cumbre de las Américas en Trinidad a inicio de año al prometer un nuevo comienzo en las relaciones con América Latina.

Las sospechas sobre la participación militar de Estados Unidos son profundas. Cuando tropas de Colombia lanzaron una incursión al otro lado de la frontera con Ecuador el año pasado para bombardear una base de las FARC, autoridades ecuatorianas dijeron que creían que la base de Manta pudo haber sido utilizada para proporcionar inteligencia para el ataque.

Sin embargo, funcionarios del Gobierno de Washington negaron las acusaciones.

"La gente en la región sólo no quiere más bases de Estados Unidos. Las preocupaciones acerca de los Estados Unidos todavía están allí. Chávez no va a dejar que esto muera", dijo Myles Frechette, ex embajador de Washington en Colombia.