Publicado 31/03/2014 17:23

Pasado de Cuba genera escepticismo sobre nueva ley de inversión extranjera

Por Daniel Trotta

LA HABANA, 31 mar, 31 Mar. (Reuters/EP) -

- Cuba se ha declarado abierta a los negocios con una nueva ley de inversión extranjera, pero enfrenta un profundo escepticismo debido a una historia que incluye el encarcelamiento de algunos ejecutivos y la búsqueda de mayor control en emprendimientos que resultan exitosos.

La Asamblea Nacional aprobó el sábado una ley que abraza al capital extranjero como crucial para el desarrollo económico de Cuba, pero decepcionó a quienes esperaban mayores cambios, como permitir que las empresas extranjeras contraten libremente a sus empleados cubanos en lugar de a través del gobierno.

Privada de inversiones de Estados Unidos debido a un embargo comercial, Cuba dice que necesita entre 2.000 y 2.500 millones de dólares anuales en inversión extranjera directa para lograr su meta de un crecimiento anual de un 7 por ciento.

Economistas calculan que la inversión extranjera directa en Cuba ronda hoy apenas unos pocos cientos de millones de dólares y la economía debe creer sólo un 2,2 por ciento este año.

La nueva ley, que entrará en vigor en un plazo de 90 días, recorta a la mitad los impuestos sobre las utilidades, elimina el impuesto al uso de mano de obra y ofrece una moratoria de ocho años para empezar a tributar sobre las ganancias

Con una economía que sufre de desinversiones crónicas, Cuba quiere seducir a los inversores extranjeros. Entre los sectores que necesitan inversión figura la agricultura, infraestructura, azúcar, níquel, la renovación de edificios y negocios de bienes raíces como los condominios y los campos de golf.

La nueva ley es parte de las reformas impulsadas por el presidente Raúl Castro para reducir el peso del Estado en la economía e impulsar el crecimiento, impensables hasta que su hermano Fidel le transfirió formalmente el poder en el 2008.

Parece ser un genuino intento por insertar a Cuba en la economía global, aunque la experiencia de algunos empresarios extranjeros en el pasado sugiere prudencia.

"Considerando lo que sabemos hasta ahora, esto representa cierta mejora en el clima de inversiones, pero todavía existen obstáculos importantes", dijo Richard Feinberg, ex consejero de seguridad nacional del presidente Bill Clinton y hoy profesor de la Universidad de California en San Diego. "No lo sabremos realmente hasta que veamos cómo es aplicada en la práctica".

El gobierno comunista deja a veces que las propuestas de negocios extranjeras languidezcan sin explicación. Emprendió por ejemplo negociaciones con varios grupos sobre la construcción de campos de golf y urbanizaciones de lujo, que pese al entusiasmo inicial no prosperaron.

"El problema con la nueva ley es que a excepción de los impuestos poco ha cambiado", dijo un diplomático europeo que pidió no ser identificado. "Al final, toda la ley continúa siendo discrecional".

Algunos expertos dicen que la aproximación de Cuba a las empresas extranjeras ha sido arbitrario. Si un negocio tiene éxito, el gobierno a menudo quiere una participación mayor. Da la bienvenida al financiamiento extranjero, pero una vez que el proyecto es operativo el gobierno quiere hacerse cargo.

"Usa a los extranjeros donde mejor le convenga. Y los dejas fuera tan pronto como pierdan utilidad", dijo otro diplomático europeo que también requirió el anonimato.

Cuba ha cerrado más emprendimientos mixtos de los que abrió desde que el gobernante Partido Comunista adoptó una serie de reformas económicas de amplio rango en el 2011.

El año pasado el grupo anglo-holandés Unilever cerró un emprendimiento conjunto tras 15 años, tras no ponerse de acuerdo con el gobierno cubano sobre quién tendría la participación de control.

Más preocupante para los inversores fue el encarcelamiento de los ejecutivos de una compañía británica de inversiones Coral Capital Group Ltd, acusados de cometer fraudes no especificados.

En junio del año pasado los ejecutivos británicos fueron hallados culpables de cargos menores y liberados después de más de un año de prisión.

En el pasado era más probable que el gobierno deportara a hombres de negocios sospechosos. Ahora ha dejado claro que está dispuesto a procesarlos.

El empresario francés Michel Villand dejó de hacer negocios en Cuba tras establecer una exitosa cadena de panaderías llamada "Pain de París", ahora en manos del Gobierno. En su libro "Mi Socio Fidel Castro", Villand escribió que el gobierno cubano lo defraudó al mantener una doble contabilidad y ofrecerle una suma ridículamente baja por su participación.

"Fundar una empresa mixta en Cuba para una pequeña o mediana empresa extranjera es lo mismo que ponerse una soga al cuello", dijo el empresario a la agencia española de noticias EFE.

Sin embargo, otras compañías extranjeras han permanecido en Cuba, entre ellas el gigante suizo de los alimentos Nestlé , la británica Imperial Tobacco Group, la española Meliá Hotels Internacional

"Todavía es un lugar para hacer negocios. Pregunte a los brasileños. Acaban de colocar 800 millones de dólares allí", dijo Kirby Jones, el presidente de Alamar Associates, una consultora para empresas interesadas en Cuba.

El banco estatal de desarrollo de Brasil, BNDES, financió una nueva zona especial de desarrollo en el puerto del Mariel, construido por el gigante brasileño de la ingeniería Odebrecht S.A.

A pesar de los problemas del pasado, algunos inversores y analistas dicen que la nueva ley muestra que las autoridades cubanas concuerdan sobre la necesidad de atraer más inversión extranjera, lo que representa un verdadero cambio de rumbo en un gobierno que ha estado en el poder desde 1959.

"Esto sigue siendo sólo especulación, pero creo que es un cambio real", dijo Thomas Herzfeld, cuyo Herzfeld Caribbean Basin Fund agrupa acciones y otros activos que, en su opinión, se beneficiarían de un eventual fin del embargo de Estados Unidos.

"La nueva ley probablemente alentará a los inversionistas extranjeros a echar otro vistazo a Cuba", añadió.