SANTIAGO, 31 jul, 1 Ago. (Reuters/EP) -
- Nelson Pizarro, un ingeniero de baja estatura y de hablar tranquilo, se ganó a principios de la década de 1990 el apodo de "manos de tijera" por un estilo de gestión que le permitió sacar adelante algunas de las operaciones de cobre más complejas de Chile.
Ahora, usará su experiencia minera de más de 50 años y su habilidad en el trato con los trabajadores para encarar el desafío de reconducir a la estatal chilena Codelco, la mayor productora de cobre del mundo, que se enfrenta a una baja de las leyes de sus minerales.
Pizarro encaja perfectamente con las características que busca el directorio para la nueva etapa de la minera estatal, que necesita reducir sus costos y a la vez mantener buenas relaciones con sus poderosos sindicatos.
Codelco se encuentra inmerso en un plan de más de 20.000 millones de dólares en los próximos cinco años, enfocado en los llamados proyectos estructurales para contrarrestar la caída natural en las leyes minerales de sus depósitos más viejos.
Los proyectos son indispensables para que Codelco mantenga su liderazgo en la industria así como para su rentabilidad, ya que todas sus ganancias son entregadas al Estado.
"Probablemente, para esas condiciones, Nelson Pizarro sea la persona más adecuada", dijo a Reuters Juan Carlos Guajardo, jefe del centro de estudios en minería CESCO.
El ingeniero civil en Minas de la Universidad de Chile es uno de los más respetados ejecutivos de la industria local y es bien visto por los poderosos sindicatos de Codelco, que exigían que se contratara un "minero" para dirigir las operaciones.
Entre 2003 y 2006 fue vicepresidente de la división norte de Codelco. También fue largo tiempo gerente de las minas Andina y Chuquicamata en la década de 1990, ambas de Codelco.
A Pizarro le tocará reconvertir Chuquicamata en una mina subterránea, lo que demandará fuertes recortes de personal; poner en pleno funcionamiento la nueva mina Ministro Hales y sacar adelante una polémica ampliación de Andina en los alrededores de la capital chilena.
Pizarro estaba hasta ahora al mando de la recién inaugurada mina Caserones, que se construyó a más de 4.000 metros de altura, con una baja ley mineral y escasos recursos hídricos.
La puesta en marcha del proyecto fortaleció la imagen de Pizarro como un ejecutivo capaz de resolver cuellos de botella o complejos proyectos.
Los proyectos de Codelco "involucran un desafío técnico que él, por la experiencia que tiene recién del proyecto Caserones, permite pensar que hay una buena posibilidad de que sean bien enfrentados", dijo Guajardo.
Sin embargo, Pizarro tendrá que resolver otros asuntos delicados, como tratar con sindicatos más activos, uno de los factores que provocaron la salida de su predecesor, Thomas Keller.
Además, deberá enfrentar la creciente presión de ambientalistas y comunidades en el país, que ya han puesto su atención en Andina, cuya ampliación es criticada por afectar glaciares y disponibilidad de agua, en medio de una ola de judicialización de proyectos.