Actualizado 14/08/2009 21:03

A pesar de promesas, España no cumpliría metas fiscales

Por Paul Day

MADRID (Reuters/EP) - España tiene pocas posibilidades de cumplir su reiterada promesa de bajar el déficit presupuestario hasta niveles en línea con los límites establecidos por la Unión Europea en 2012, pero los economistas creen que el Gobierno acierta al mantener este objetivo en su discurso oficial.

Tras inyectar miles de millones en la economía con el fin de sacarla del grave bache en que se encuentra, el Ejecutivo podría aproximar el déficit público a cerca del 12 por ciento del PIB en 2009, pese a lo cual los responsables gubernamentales han tratado de tranquilizar a los mercados de deuda en el sentido de que va a regresar rápidamente al rigor fiscal.

El jueves, el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, reiteró que el Gobierno sigue confiado en cumplir la meta de reconducir el déficit al tres por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) establecido en el Pacto de Estabilidad de la Unión Europea en tres años.

"Es un compromiso con la Unión Europea y nos gustaría cumplir nuestros compromisos. Es un compromiso que está vinculado a un escenario de posición cíclica con un crecimiento en 2012 por encima del 2 por ciento. En este contexto el déficit del 3 por ciento en 2012 es coherente", dijo Campa.

Pero estos comentarios no reflejarían toda la realidad según los expertos. Si España retira los estímulos fiscales para reducir el déficit mientras carece de un motor de crecimiento que releve al maltrecho sector de la vivienda, será complicado retornar a tasas de crecimiento del dos por ciento.

Además 2012 es año de elecciones generales en España, lo que hace menos concebible grandes esfuerzos por recortar el gasto.

"El mensaje de fondo es que todos los países europeos tienen que mantener el discurso de que se pretende cumplir las normas (del Pacto), pero no tiene sentido", dijo el economista de Commerzbank Peter Dixon.

"Cuando tienes la situación que tenemos ahora, permitir que el déficit suba es la opción menos mala".

PEOR ESCENARIO SE ALEJA

En el último mes, las agencias de crédito Fitch y Moody's han expresado dudas sobre la viabilidad del objetivo de déficit español, al tiempo que han reiterado la calificación triple A para la deuda soberana de España.

En el caso de Moody's, los comentarios contenían un mayor optimismo respecto a España, debido a que los últimos indicadores macroeconómicos publicados han mostrado cierta mejoría gracias a uno de los mayores programas públicos de estímulo económico del mundo en términos relativos.

En enero, Moody's había calificado a España de "vulnerable" por los temores sobre la economía global y el mercado de vivienda nacional. Ahora la agencia cree que esas preocupaciones se han disipado.

"Las inquietudes de Moody's en este sentido se han visto en gran medida despejadas", dijo en julio la agencia de calificación.

"Aunque hay altas probabilidades de que el Gobierno no logre situar el déficit en el 3 por ciento del PIB para 2012 ... debería ser capaz de hacerlo uno o dos años después", añadió.

Hasta el momento los mercados no se han mostrado preocupados por la velocidad con que ha aumentado el ratio entre la deuda pública y el PIB español.

Según el Gobierno, la deuda aumentará en 15 puntos porcentuales hasta alcanzar un 60 por ciento del PIB para finales de 2010.

Sin embargo, el diferencial o spread de los bonos españoles a 10 años frente al "bund" alemán cayó esta semana hasta los 42 puntos básicos, situándose en el nivel más bajo desde la quiebra de Lehman Brothers.

"El déficit es elevado, pero el ratio deuda/PIB podría subir hacia las proximidades del 70 por ciento (en los próximos años), nivel relativamente bajo en comparación con otros países europeos", dijo el economista de Capital Economics Ben May.

"Ciertamente tenemos la sensación de que los temores a un impago por parte de España al principio del año eran exagerados. El descenso de las rentabilidades de los bonos ha mostrado que esta preocupación era infundada", dijo May.

Sin embargo, se espera que los mercados sean tolerantes con la evolución fiscal de España y asuman por otra parte que el Gobierno va a seguir ciñiéndose al discurso de prudencia presupuestaria.

"Un déficit del 3 por ciento para 2012 sería difícil de lograr, pero no importa (si lo cumplen). Lo importante es la tendencia", dijo Myriam Fernández, analista de deuda y finanzas públicas de Standard and Poor's.

MANTENIENDO LOS SALVAVIDAS

España es especialmente vulnerable a una repentina retirada de los apoyos públicos porque la crisis se ha originado en gran medida por problemas estructurales y domésticos y, por ello, una recuperación mundial sólo supondría un alivio parcial.

Las ambiciosas medidas puestas en práctica por el Gobierno para detener la crisis en los últimos seis meses, incluidos los 15.000 millones del Plan E para obras públicas y deducciones fiscales, han contribuido a contener la destrucción de empleo y han alentado comentarios sobre la aparición de brotes verdes.

De retirarse estos estímulos con demasiada rápidez, la frágil economía podría recaer en un pozo aún más profundo.

"Las finanzas públicas deberían reconducirse a medio plazo, pero si las medidas se eliminan anticipadamente no se obtendrán los resultados deseados. Podría producirse una recaída económica en forma de 'W'", dijo Dominic Bryant, de BNP Paribas Fortis Bank.

(Paul Day; traducido por Tomás González en la Redacción de Madrid)