Por Luis Jaime Acosta
BOGOTA, 30 Ago. (Reuters/EP) -
- El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ordenó el viernes militarizar Bogotá, un día después de disturbios que dejaron dos personas muertas y millonarias pérdidas económicas, acudiendo a una medida no usada en más de una década.
Los disturbios estallaron el jueves durante una movilización de miles de campesinos, que llevan 12 días protestando contra el elevado costo de los fertilizantes, lo poco que reciben por sus cosechas y la creciente competencia de los productos importados al amparo de tratados de libre comercio.
Desde el inicio de la protesta agrícola se han producido bloqueos de carreteras, incendios de vehículos, saqueos de comercios y ataques a la policía, situaciones que han provocado escasez de alimentos en las principales ciudades del país.
"Ordené la militarización de Bogotá y así lo haré a partir de hoy en cualquier municipio o en cualquier zona en donde sea necesaria la presencia de nuestros soldados", dijo el mandatario en una alocución por radio y televisión.
Las protestas sociales se han convertido en un importante desafío para Santos, un político de centro derecha de 62 años que en los próximos tres meses debe decidir si buscará la reelección en el 2014.
El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, decretó toque de queda en cuatro zonas de la capital de 8 millones de habitantes entre la noche del jueves y la madrugada del viernes.
El presidente también ordenó a 50.000 militares trabajar junto con la policía para levantar los bloqueos de carreteras que comenzaron a provocar desabastecimiento y alzas en los precios de los alimentos en las principales ciudades de este país de 47 millones de habitantes.
SIN CONTEMPLACION
Santos mandó establecer puentes aéreos con aviones militares para restablecer el suministro de alimentos y anunció que el ejército y la policía escoltarán caravanas de vehículos de carga en las carreteras.
"Con los vándalos y con los violentos, tengan la absoluta seguridad, no habrá ninguna contemplación", advirtió.
Los disturbios se producen en momentos en que Santos busca acelerar negociaciones de paz con la guerrilla izquierdista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Cuba, para poner fin a casi medio siglo de violencia que ha dejado más de 200.000 muertos y millones de desplazados.
El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, acusó el jueves a las FARC de haber infiltrado la protesta agrícola para atacar a la policía, bloquear carreteras y cometer actos de vandalismo.
Aunque Santos no mencionó directamente al grupo, denunció la que era una "protesta obligada a punta de fusil o de amenazas" para obligar a los campesinos a participar en el movimiento.
El presidente ordenó a tres ministros abandonar negociaciones con líderes campesinos en la ciudad de Tunja, en el centro del país, dejando sobre la mesa las propuestas del Gobierno.
"El derecho a la protesta y nuestra disposición al diálogo no significa que deban soportarse atropellos de desadaptados y de criminales contra los ciudadanos de bien", afirmó.
En un intento por desactivar la protesta, Santos anunció la eliminación de los aranceles a los fertilizantes y la imposición de salvaguardias para reducir la importación de alimentos.