LIMA, 18 nov, 19 Nov. (Reuters/EP) -
- El presidente peruano, Ollanta Humala, dijo el lunes que su Gobierno se mantenía sólido pese a la "coyuntura inconveniente" por un escándalo vinculado a la protección de un empresario ligado al ex jefe de espías Vladimiro Montesinos, situación que ya ha costado la cabeza de un ministro y la cúpula policial.
El escándalo se produce en momentos en que la popularidad de Humala se encuentra en uno de los niveles más bajos de su gestión y dos semanas después de que cambiara a su primer ministro.
"El Gobierno esta sólido, somos un Gobierno democrático, estamos defendiendo la independencia de los poderes del Estado", dijo Humala en una entrevista a la radio local RPP.
La crisis política estalló la semana pasada, luego de que se revelara que la policía cuidaba desde hace meses la casa del empresario Óscar López, quien trabajó en la década de 1990 con Montesinos, mano derecha del ex presidente Alberto Fujimori..
López fue procesado por los delitos de peculado, interceptación telefónica y tenencia ilegal de armas y en el 2012 fue sentenciado a cuatro años de prisión suspendida, la cual cumple desde su domicilio.
El ruido político por este caso retumbó aún más fuerte el domingo luego de que López Meneses afirmara haber dado apoyo en la campaña presidencial de Humala en el 2006, aunque descartó tener algún vínculo con el mandatario actualmente.
Humala rechazó cualquier relación con el empresario y afirmó que lo que existe es una "actividad de corrupción en la policía" por malos elementos de la institución que trafican con la protección policial para funcionarios.
"Yo creo que es una coyuntura inconveniente, pero que nosotros no le damos la espalda, la enfrentamos", dijo Humala, quien no descartó más relevos de altos mandos de la policía.
Humala dijo que el martes juraría su nuevo ministro de Interior -tras la renuncia del anterior en medio de la crisis- y que por ahora no considera más cambios en su Gabinete.
Según denuncias de la prensa local, la vivienda del empresario López habría sido un centro de escuchas ilegales con equipos de intercepción telefónica que desaparecieron tras la caída de Montesinos junto al Gobierno de Fujimori.
Montesinos lideró en la década de 1990 una red espionaje y acostumbraba a grabar en secreto videos y cintas de audio para chantajear a funcionarios, políticos, jueces, militares, legisladores y hasta periodistas.