Publicado 27/07/2015 18:46

Los presos argentinos cobran un sueldo un 46% superior a los jubilados

   BUENOS AIRES, 27 Jul. (Notimérica) -

   El Gobierno argentino anunció recientemente una subida del salario mínimo que ha hecho que el sueldo que perciben los presos sea un 46 por ciento superior a la jubilación mínima, cobrada por tres de cada cuatro jubilados del país.

   En Argentina, los presos que trabajan cobran el salario mínimo que, tras las últimas subidas para intentar alcanzar a la inflación, está en 5.588 pesos (unos 550 dólares), mientras que la jubilación mínima está ahora mismo en 3.821 pesos (unos 380 dólares).

   Es decir, un preso que trabaja en la cárcel tiene una pensión que es un 46 por ciento superior a la que tiene un jubilado que cobra la pensión mínima, una situación en la que está un 75 por ciento de los jubilados, según varios cálculos.

   Además, este aumento ha producido un gasto adicional de 130 millones de pesos (unos 13 millones de dólares) al Servicio Penitenciario Federal (SPF), según informó el portal Infobae.

   Sin embargo, el SPF no cuenta con esa cantidad de fondos, por lo que los recibirá de la Seguridad Social, es decir, precisamente de la caja con la que se paga a los jubilados, además de recibir ayuda del ministerio de Economía.

   SUELDOS PARA PRESOS SIN TRABAJAR.

   La situación, además, resulta agraviante si se tiene en cuenta, como comenta el periodista Luis Beldi, que desde 2012 este sueldo para presos que trabajan se extendió de forma indiscriminada incluso a presos que no trabajaban.

   Según denuncia Beldi, el entonces jefe del SPF, Víctor Hortel, pertenecía a 'Vatayón Militante' (actualmente denominado Pingüinos), un agrupación política 'kirchnerista', y habría concedido beneficios a los militantes del grupo, como permisos extraordinarios.

   No sólo eso, sino que Hortel decidió que el sueldo de los presos debía ser pagado mes a mes en lugar de al final de la condena, como estipula la ley.

   Incluso, en una situación insólita, los presos se organizaron y llegaron a crear el primer sindicato de presos del mundo e incluso pidieron vacaciones, bancarización del sueldo y otros beneficios que finalmente les fueron denegados por la Justicia, aunque lograron que se les pague el sueldo mes a mes.

   El objetivo de pagarles todo ese dinero al final de la condena era, precisamente, que tuvieran un apoyo financiero para su reinserción una vez salidos de prisión. Ahora, sin embargo, con el cobro mensual, esta pensión pierde su sentido y se ha convertido en una herramienta para la extorsión.