Publicado 21/11/2013 21:27

PREVIA-Asolado por violencia, Honduras elige presidente entre el agua y el aceite

(Las leyes de Honduras prohíben la publicación de encuestas electorales en los días previos a los comicios. La información referida a encuestas es para divulgación fuera del país)

Por Gustavo Palencia y Miguel Gutierrez

TEGUCIGALPA, 21 nov, 21 Nov. (Reuters/EP) -

- Honduras se jugará en las elecciones presidenciales del domingo su destino entre dos modelos opuestos, encarnados por la esposa de un derrocado mandatario que busca girar a la izquierda y un conservador que apuesta a continuar con la actual receta para superar la crisis económica y la galopante violencia del país.

La encuesta más reciente pronostica una pelea con uñas y dientes entre Xiomara Castro, cónyuge del ex presidente Manuel Zelaya, y el influyente jefe del Congreso, Juan Orlando Hernández, al punto de colocarlos en un empate técnico.

Castro, candidata del nuevo partido izquierdista Libre, saltó a la escena política al liderar protestas por el golpe de Estado contra su marido, sacado del cargo en pijamas y a punta de pistola por militares una madrugada de junio del 2009.

Con promesas de adoptar un modelo "socialista democrático", la aspirante a convertirse en la primera mujer en presidir el país lideró las preferencias por varios meses.

Pero fue perdiendo vapor ante el despliegue del candidato del Partido Nacional, que durante la campaña insistió en que con Castro regresaría el fantasma de inestabilidad política al país.

"En medio de toda esa desesperanza les quiero decir que tengamos fe. Libre es el único partido que plantea soluciones verdaderas para la crisis de Honduras", dijo Castro el domingo en su acto de cierre de campaña.

Gane quien gane los comicios recibirá un país con una crítica situación económica y deberá tratar de poner freno a la violencia del narcotráfico, que ha llevado a Honduras a tener la tasa de homicidios más alta del mundo.

Sus modelos coinciden en asistir a los más necesitados y establecer un sistema gratuito de salud universal en el país más pobre del hemisferio después de Haití. Pero más allá de eso no podrían ser más distintos.

Castro tiene entre sus propuestas revertir privatizaciones, lanzar una reforma agraria, cambiar la Constitución y revocar leyes que asegura violan los derechos de trabajadores. Y Hernández es un cabal representante de las políticas de libre mercado que busca impulsar la seguridad jurídica, privatizar carreteras y ampliar la base tributaria, entre otras cosas.

"En el próximo gobierno del partido Nacional vamos a recuperar la paz y la tranquilidad del país", dijo Hernández en su cierre de campaña. "Voy hacer lo que tenga que hacer para recuperar la paz y la tranquilidad de Honduras".

Unos 5,3 millones de hondureños estarán habilitados para votar en elecciones que consagrarán al candidato que obtenga tan solo un voto más que su escolta más cercano. El sucesor de Porfirio Lobo asumirá el 27 de enero.

Se espera que alrededor de las 19.00 hora local (0100 GMT) del domingo las autoridades electorales den una primera proyección del ganador de los comicios, en los que compiten otros seis candidatos presidenciales menos populares y en los que se renovará también el Congreso unicameral.

¿REFUNDAR O MILITARIZAR HONDURAS?

Gran parte del debate en la campaña giró en torno a ampliar o no el papel de los militares en el combate a la delincuencia, que se potenció en los últimos años cuando los cárteles de la droga mexicanos extendieron sus operaciones en Centroamérica.

En Honduras mueren un promedio 20 personas al día y cada vez es más frecuente el hallazgo de cadáveres desmembrados, o asesinatos a manos de sicarios en episodios que la policía atribuye a disputas entre bandas del crimen organizado.

Hernández, el hombre fuerte del Partido Nacional, impulsó en el Congreso la creación de una policía militar que ya tiene en operación a 1.000 efectivos de los 5.000 previstos.

Castro está en contra de militarizar el país y ha propuesto utilizar a las fuerzas armadas sólo para vigilar las porosas fronteras y frenar el trasiego de cocaína y drogas sintéticas.

"Ella va gobernar para los pobres, para la gente marginada y no para los ricos. Zelaya fue buen presidente, al que le dieron un golpe de Estado por otorgar beneficios a los trabajadores", dijo Juan Baca, un desempleado de 37 años que asistió con su familia al cierre de campaña de Castro.

"Hace casi dos meses salió la policía militar y siguen apareciendo cuerpos desmembrados, los militares no son la solución", agregó.

Una llegada al poder de Castro marcaría el regreso político de Zelaya, que en estos comicios es candidato a diputado, pero en la práctica sería el consejero tras bambalinas de su esposa.

"Mel" Zelaya, un cercano aliado del fallecido líder venezolano Hugo Chávez, fue sacado del poder cuando se aprestaba a realizar una consulta popular para modificar la Constitución, en lo que sus detractores vieron un intento de instaurar la reelección para perpetuarse en el poder.

"Yo no quiero que llegue a la presidencia doña Xiomara Castro porque ella lo que pregona, igual que su esposo Mel Zelaya, es el socialismo, y eso no lo queremos", dijo Ovidio Alvarenga, un vigilante de 55 años, que cargaba en brazos a su hijo de dos años, en el cierre de campaña de Hernández.

La clave para la estabilidad estará en los pactos políticos en el Congreso porque ningún partido parece capaz de lograr una holgada mayoría.

Castro y Hernández coincidieron en que si ganan buscarán el apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI) para enfrentar la crítica situación de las finanzas públicas del país, que carga con una pesada deuda pública interna y un alto déficit fiscal.

La grave crisis económica en Honduras provoca frecuentes paros laborales y protestas de maestros, enfermeras, médicos y policías por el retraso en el pago de sus salarios, e incluso protestas de pacientes de hospitales estatales por el desabastecimiento de medicamentos.

"Es una situación crítica, Honduras es un país en quiebra con una situación financiera peligrosa. El Gobierno entrante va tener dificultades muy grandes", dijo el analista económico Jorge Yllescas.