Actualizado 27/08/2009 02:38

Programa de chatarras EEUU daría a México apoyo fugaz

Por Pedro Nicolaci da Costa

MEXICO DF (Reuters/EP) - Un programa de Estados Unidos para que sus ciudadanos entreguen autos chatarra a cambio de dinero sería sólo un alivio temporal para las golpeadas automotrices instaladas en México, que exportan gran parte de su producción al norte de la frontera.

El plan "efectivo por chatarra" del gobierno de Estados Unidos comenzó a finales de julio y termina esta semana, y ha destinado casi 3,000 millones de dólares en incentivos económicos para que los norteamericanos con vehículos viejos y poco eficientes los intercambien por descuentos en autos nuevos y ecológicos.

Como una mayoría de la producción automotriz estadounidense viene de México, el plan tiene un impacto directo en la actividad del vecino del sur.

"Esto será un impulso por única vez a la producción", dijo Alonso Cervera, economista para América Latina de Credit Suisse.

Las ventas de autos de Estados Unidos se dispararon en julio a su mayor nivel del año. La producción de vehículos de México cayó un 25 por ciento en el mismo periodo contra el mismo mes del año pasado, un fuerte tropiezo pero una notable mejora contra el desplome del 48.1 por ciento de junio.

Existe evidencia de que el declive podría estar cediendo. En la planta de General Motors en Silao, en el centro de México, por ejemplo, los paros laborales ya no son tan frecuentes.

"No han ocurrido (los paros) desde que comenzó julio", dijo Mauricio Kuri, portavoz de la firma en México. "Las cosas se han estabilizado", agregó.

Pese a ello, los analistas aseguran que la iniciativa estadounidense podría hacer difícil discernir si se trata de una recuperación genuina.

"Parecen buena noticias, pero no marca tendencia y hay que tomarlo con cuidado", dijo Eduardo Solís, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), a principios del mes.

México, que es altamente dependiente de las exportaciones que van a Estados Unidos, sufre su peor recesión desde la década de 1930, con una caída esperada en la economía al menos del 7.0 por ciento este año, según analistas privados.

El plan estadounidense para reducir el número de autos con un elevado consumo de combustible circulando por calles y avenidas, que ha registrado 690,000 operaciones con un valor de 2,870 millones de dólares, ha dado un impulso que ha sido bienvenido por la atribulada industria mexicana.

Pero aquellos que esperan ganancias continuas podrían desilusionarse.

IMPACTO TEMPORAL

Pese a una mejoría en la crisis crediticia global, las exportaciones de maquinaria de México son una mera sombra de sus años dorados.

La recesión en Estados Unidos, la más severa desde la Segunda Guerra Mundial, ha golpeado la base manufacturera del país y ha provocado cientos de miles de despidos.

Las perspectivas de una recuperación sostenida en Estados Unidos siguen en duda. Muchos creen que los consumidores en Estados Unidos están experimentando un cambio radical, al pasar de una nación gastadora a una ahorradora, con implicaciones negativas para la propia trayectoria mexicana.

En este contexto, las posibilidades de regresar a los días en los que los fabricantes de autos estadounidenses vendían 16 millones de unidades al año parecen lejanas. El repunte en la venta de autos de julio podría incluso estar aislado de las perspectivas para la demanda en lo que resta del año.

"Uno podría argumentar que el programa impulsará la producción y el empleo, pero estos impactos son temporales", dijo TJ Marta, estratega y fundador de la firma de asesoría Marta on the Markets LLC.

"Hacia finales del año, el impulso al empleo y a la producción concluirá y ambos rubros caerán incluso a niveles aún más bajos", agregó.

EL TIEMPO LO DIRA

Al evaluar la eficacia del programa "efectivo por chatarra", los analistas aseguran que el tiempo lo es todo.

"Este tipo de programas sólo son efectivos cuando ya está en marcha una recuperación", dijo Armando Soto, jefe de la consultora automotriz Kaso y Asociados, en la Ciudad de México. "De otra forma, el dinero se gasta y sólo se tiene un efecto temporal", agregó.

Bajo esta premisa, hay lugar para el optimismo.

La economía de Estados Unidos aparentemente ingresaba a su recuperación cuando el plan se lanzó y tanto el sector inmobiliario como la industria daban señales de estabilización. En México, la actividad también parece moderar sus caídas.

Pese a ello, algunos analistas creen Estados Unidos se enfila a una recesión engañosa en la que el crecimiento repunta temporalmente sólo para toparse con otra pared.

Desafortunadamente, lo mismo podría ocurrir en México.