Actualizado 01/09/2009 21:16

Protestas contra reforma salud,dilema para republicanos

Por Tim Gaynor y Ed Stoddard

FLAGSTAFF/DALLAS, EEUU (Reuters/EP) - Una campaña de las bases conservadoras contra el plan de reforma al sistema de salud propuesto por el Gobierno de Barack Obama ha fortalecido a los republicanos, pero también ha expuesto al partido a las acusaciones de que es cautivo de las posiciones extremas.

Los republicanos, que sufrieron una aplastante derrota en las elecciones del 2006 y el 2008 y son minoría en el Congreso, han aprovechado una oleada de reuniones y mítines este verano que subrayaron la incertidumbre pública en torno al plan.

Pese a que siempre se consideró improbable que los republicanos dieran su apoyo a la reforma de salud -una de las prioridades de la agenda de Obama-, las protestas de miembros claves de la base del partido alejaron aún más esa posibilidad.

Al mismo tiempo, muchos estadounidenses dicen querer algún tipo de modificación al sistema de salud. Los republicanos se arriesgan a generar irritación entre los votantes si los demócratas logran presentarlos como obstruccionistas y alcanzan la aprobación de la ley sin su apoyo.

El dilema fue evidente el lunes a la noche en Flagstaff, Arizona, donde cientos de partidarios se reunieron para saludar al "The Tea Party Express", un grupo opositor al Gobierno que está recorriendo en ómnibus la nación y realizará un mitin final en Washington D.C. el 12 de septiembre.

"Juicio político al dictador fascista", decía el cartel de la manifestante Vicki Grant, una inversora del mercado de bienes raíces de 59 años.

"Creo que es atroz, y cualquier programa del Gobierno está destinado a fracasar. Todos fracasan", dijo Grant acerca del plan de Obama. "Toda intervención del Gobierno es un error. El libre mercado (...) es lo que hizo grande a Estados Unidos".

Otras personas que asistieron al mitin llevaban carteles con las frases: "Saquen las manos de mi sistema de salud" y "Maten la ley de Obama".

PELIGRO PARA REPUBLICANOS

Para algunos analistas, la polémica en torno a la reforma la ha transformado en un elemento complicado de manejar para los republicanos.

"Han hecho que las leyes del sistema de salud sean radiactivas para los republicanos", dijo Dennis Goldford, politólogo de la Universidad Drake de Des Moines, Iowa.

Los republicanos quedaron tambaleando luego de perder escaños en el Congreso en el 2006 y la Casa Blanca en el 2008 y son vulnerables a los argumentos de elementos conservadores de que se han vuelto demasiado "de centro", añadió.

"Los republicanos están muy desorganizados (...) tienen un grupo reclamando una alianza republicana. Tienen otros con la pasión y la energía en el Partido Republicano. El Partido está montando un tigre y la pregunta es si lograrán o no controlar a esa gente", dijo Goldford.

Presentadores de radios conservadoras y otras figuras han ayudado a fomentar la oposición al plan de Obama, al que acusan de ser una intervención socialista en el sistema de salud que promoverá el aborto al brindarle financiamiento federal.

Obama y sus partidarios negaron las acusaciones y dicen que los cambios buscan simplemente mejorar el sistema de salud, principalmente garantizando cobertura a los casi 46 millones de estadounidenses que no tienen seguro médico.