Actualizado 16/09/2009 00:37

Reformas del presidente mexicano, son ahora o nunca

Por Adriana Barrera

MEXICO DF (Reuters/EP) - El presidente de México ha llegado a una encrucijada a la mitad de su mandato y, ahora, tiene que jugarse todo para lograr en los próximos meses urgentes reformas que saquen al país de su peor crisis en décadas, antes de que las elecciones ganen protagonismo.

En un mensaje durante su tercer informe de Gobierno ante legisladores, dirigentes, empresarios y militares, el mandatario Felipe Calderón hizo un claro exhorto a hacer urgentes "cambios de fondo" y delineó su agenda de reformas, que van desde un audaz plan fiscal hasta una educativa.

El presidente sabe que tiene poco tiempo para hacer cambios profundos.

Analistas aseguran que si no los concreta en el Congreso el próximo año, los partidos de la oposición -que domina la Cámara de Diputados- empezarán a desviar su atención hacia las campañas para los comicios presidenciales del 2012.

Eso llevaría al mandatario a transitar lo que queda de su mandato cuesta arriba.

"Esta es como la última llamada que tiene Calderón. Si Calderón no hace algo ahora, no sé qué tanto vaya a lograr", dijo a Reuters Enrique Cárdenas, director ejecutivo del conservador Centro de Estudios Espinosa Yglesias.

Poco después de llegar al poder, Calderón logró el 2007 la aprobación de una reforma al sistema estatal de pensiones, otro tímido cambio en el sector fiscal que permitió más inversión privada en la petrolera estatal Pemex, cuando su Partido Acción Nacional (PAN) tenía mayoría relativa en el Congreso.

Pero ahora, las reformas en educación, salud, combate a la pobreza, finanzas públicas y empresas estatales, así como de telecomunicaciones, seguridad y una reforma política que puso sobre la mesa enfrentarán un escenario totalmente distinto.

En los comicios de julio, el PAN perdió su liderazgo en la Cámara baja a manos del opositor y ex gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI). Calderón deberá seducir al PRI antes de que la agrupación comience a tomar distancia del Gobierno en sus intentos por recuperar la silla presidencial.

SENTARSE A LA MESA

Sin embargo, el PRI no se comprometería tan fácil esta vez, incluso aunque sabe que sería mejor dejarle a Calderón el costo político de reformas impopulares como la fiscal, que de acuerdo con especialistas ya es impostergable.

México tiene la recaudación más baja del continente en relación con el Producto Interno Bruto (PIB) detrás de Guatemala y calificadoras de riesgo han amenazado con bajar su nota soberana si no logra resolver el problema.

"La verdad es que nosotros hubiéramos esperado que esto (reformas profundas) lo hubiera planteado desde que llegó al Gobierno", dijo a Reuters el senador del PRI Carlos Jiménez.

"A ciegas no podemos decir que vamos a apoyar todo lo que él proponga, necesitamos conocer específicamente la dimensión de esos cambios", agregó.

De todas sus propuestas, la reforma fiscal -cuyo eje es un nuevo impuesto generalizado del 2 por ciento- es la que promete dar más dolores de cabeza a Calderón en el Congreso.

La oposición ya ha dicho que una reforma fiscal en momentos en que los mexicanos sufren en sus bolsillos por la contracción económica -que este año sería del 6.8 por ciento según el Gobierno- es una mala idea y sólo empeoraría las cosas.

"A diferencia de otros años, el Gobierno no ha podido construir una coalición alrededor de su propuesta", dijo el periódico El Universal en su editorial del martes. "El resultado fue un conejo sacado de la chistera que, en tiempos de crisis económica, no hizo gracia a nadie", agregó.

Como el senador Jiménez, muchos se preguntan por qué Calderón tardó en buscar reformas de fondo agresivas y solamente concretó algunos cambios considerados moderados.

"Hizo lo posible para que más o menos dijeran: 'algo pasó'. Ahora, ¿por qué no emprendió otras cosas? Eso sí ya es ineptitud de su equipo", dijo el profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, Alfonso Jiménez.

Después de haber presentado la reforma fiscal en su paquete económico para el 2010, se espera que Calderón envíe en las próximas semanas al Congreso las otras reformas para que inicien el camino de su discusión.