Publicado 02/10/2013 03:46

RESUMEN 1-En primer día de cierre de Gobierno EEUU, no hay señales de cuándo terminará

* Republicanos proponen restablecer financiamiento de ciertos programas

* Presidente Obama y Senado rechazan plan, piden financiamiento completo

* Aumentan preocupaciones por plazo para aumentar límite de endeudamiento

* Mercados financieros relajados hasta el momento

(Agrega rechazo para aprobar primer esfuerzo de pequeñas leyes de financiamiento)

Por Andy Sullivan y Thomas Ferraro

WASHINGTON, 1 oct, 2 Oct. (Reuters/EP) -

- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y los republicanos del Congreso no se acercaron el martes para finalizar un punto muerto que obligó al primer cierre parcial de las operaciones del Gobierno en 17 años y sacó de sus empleos a cientos de miles de trabajadores federales.

Mientras la policía acordonó lugares históricos como el Monumento Lincoln y agencias del Gobierno frenaron tratamientos contra el cáncer y negociaciones comerciales, los republicanos en la Cámara de Representantes avanzaron para restablecer el financiamiento de los parques nacionales, el cuidado de veteranos y el Distrito de Columbia.

Un esfuerzo para aprobar tres proyectos de leyes no encontró suficiente respaldo la tarde noche el martes, pero los republicanos piensan intentarlo nuevamente el miércoles. Sin embargo, lo más probable es que sean derrotados por el Senado, controlado por los demócratas.

El enfrentamiento generó nuevos cuestionamientos sobre la capacidad del Congreso de cumplir sus tareas más básicas. Y una amenaza aún mayor acecha para las próximas semanas cuando el Congreso deba elevar el límite de endeudamiento o arriesgarse a que el país caiga en una moratoria de su deuda, lo que podría descarrilar a los mercados globales.

"Esto es un desastre", dijo el representante demócrata por Nueva York Louis Slaughter.

Obama acusó a los republicanos de tomar como rehén al Gobierno para sabotear la entrada en vigencia de la ley de salud, el programa social estadounidense más ambicioso en cinco décadas.

Los republicanos de la Cámara de Representantes consideran la ley de salud, también llamada "Obamacare", como una peligrosa intervención del Estado y han unido fuerzas para debilitarla usando como herramienta de negociación la continuidad del financiamiento para la administración.

"Ellos paralizaron el Gobierno por una cruzada ideológica para negar seguros de salud asequibles a millones de estadounidenses", dijo Obama en la Casa Blanca.

La autoridad de gasto para gran parte de las actividades gubernamentales expiró a la medianoche (1600 GMT), pero eso no evitó que el Gobierno de Obama revelara los cambios en los seguros de salud que forman la pieza central de la ley.

Los republicanos dijeron que Obama no podía quejarse sobre el cierre al momento que rehusaba negociar. "La posición de la Casa Blanca es insosteniblemente hipócrita", dijo Michael Steel, un portavoz del presidente de la Cámara baja, John Boehner.

VETERANOS ATRAVIESAN BARRERAS

Los republicanos dijeron que su última propuesta ayudaría a los veteranos más ancianos, que más temprano en el día superaron barreras en el Monumento Nacional de la Segunda Guerra Mundial para ingresar al sitio cerrado.

"Vinieron porque querían visitar su monumento, el monumento de la Segunda Guerra Mundial. Pero no, el Gobierno de Obama puso barreras alrededor de él", aseguró el representante republicano por Idaho Mike Simpson.

Los tres proyectos republicanos ganaron una mayoría en la Cámara baja, pero no lograron los dos tercios requeridos para la aprobación bajo reglas especiales que permitían una acción rápida.

Líderes republicanos planean presentar el miércoles los proyectos para votos regulares. Obama dijo que vetaría dichas leyes.

Mientras, los demócratas dijeron que los republicanos evitaban una votación para restablecer el financiamiento completo del Gobierno porque temían que fuera aprobado.

Los veteranos en cuestión llegaron al monumento con la ayuda de varios republicanos, pero no parecían particularmente interesados en tomar partido.

"Es solo un grupo de niños peleando por un dulce", dijo George Atkinson, un veterano de la Guerra de Corea, de 82 años.

MERCADO ESPERA INTERRUPCION BREVE

Si el cierre del Gobierno representa otra muestra de un Congreso cada vez más ineficiente o una señal de alarmante descomposición del proceso político, será determinado por la reacción de los votantes y por Wall Street.

El mercado pareció tomarse la situación con calma con los inversores confiando en que se pudiera alcanzar un acuerdo rápidamente. El índice S&P 500 de Wall Street subió un 0,8 por ciento y el índice Nasdaq ganó 1,2 por ciento.

Pero los bonos del Tesoro a corto plazo pagaban las mayores tasas de interés en casi 10 meses.

Si el Congreso logra alcanzar pronto un acuerdo sobre el nuevo financiamiento del Gobierno la paralización podría tener un impacto relativamente escaso en la mayor economía del mundo.

Una semana de cierre de actividades del Gobierno podría desacelerar el crecimiento económico en cerca de 0,3 puntos porcentuales, según Goldman Sachs.

El último cierre, ocurrido entre 1995 y 1996, le costó a los contribuyentes 1.400 millones de dólares, según investigadores del Congreso.

El desencuentro político en el Capitolio también generó nuevas preocupaciones sobre si el Congreso podrá cumplir con un plazo de mediados de octubre para aumentar el límite de la deuda de 16,7 billones de dólares.

No elevar el límite de endeudamiento obligaría al país a incumplir sus obligaciones, asestando un golpe a la economía estadounidense y una oleada negativa a los mercados mundiales.

Un sondeo Reuters/Ipsos mostró que cerca de un cuarto de los estadounidenses culparía a los republicanos por el cierre, un 14 por ciento responsabilizaría a Obama y un 5 por ciento apuntaría a los demócratas en el Congreso, mientras que un 44 por ciento dijo que todos eran responsables.

La paralización -la cúspide de tres años de Gobierno dividido y de una creciente polarización política- fue liderada por los conservadores del Tea Party unidos en su oposición a Obama, en rechazo a la reforma de salud y las promesas de campaña del mandatario de controlar el gasto.

Obama rechazó negociar las exigencias republicanas y advirtió de que una paralización podría "bloquear el engranaje de nuestra economía".