Publicado 07/04/2014 17:58

Retraso en reformas de aeropuertos para Mundial aumenta temores en Brasil

Por Brad Haynes y Anthony Boadle

SAO PAULO/BRASILIA, 7 abr, 7 Abr. (Reuters/EP) -

- A menos de 10 semanas para el inicio del Mundial, el retraso en las reformas en los nuevos aeropuertos en la mayoría de las 12 sedes aumenta el temor a congestionamiento y confusión durante el torneo que atraerá a más de 600.000 turistas a Brasil.

Algunas ciudades comenzaron incluso a preparar alternativas como instalar terminales provisorias en carpas para recibir a los hinchas en Fortaleza y Cuiabá, que juntas albergarán 10 partidos, entre ellos algunos de cuartos de final.

"Otros aeropuertos aún no han dicho nada, pero probablemente tendrán que idear planes de contingencia", dijo Carlos Ozores, el principal consultor de aviación de ICF International, que ha asesorado a aerolíneas brasileñas y operadores de aeropuertos.

La situación de los aeropuertos es especialmente sensible, pues son las inversiones más duraderas en el marco del torneo. Otros proyectos de transporte fueron cancelados o retrasados, reforzando críticas de que el Mundial dejará muy poco o nada como herencia para los brasileños.

Las soluciones de último minuto son además una receta para el caos en la compleja industria de la aviación, según analistas del sector. Las consecuencias de aperturas precipitadas de otras terminales desde Londres hasta Denver demoraron varios meses en ser subsanadas.

Y Brasil enfrenta además el desafío de recibir a los más de 600.000 visitantes llegarán para el Mundial a mediados de junio, uno de los más rápidos flujos de turistas jamás vistos en el país.

"Las personas que vengan a Brasil van a estar asombradas, especialmente los estadounidenses, por lo malos que son los aeropuertos", dijo Paul Irvine, de la agencia de viajes Dehouche en Río de Janeiro. "No habrá nada catastrófico (...) pero (los aeropuertos)serán caóticos y muy feos".

El caos sería especialmente vergonzoso para la presidenta Dilma Rousseff, que hizo una arriesgada apuesta política al privatizar un puñado de aeropuertos con la esperanza de que estuvieran listos para el Mundial. La movida rompió la tradición del izquierdista Partido de los Trabajadores de mantener activos como los aeropuertos en manos del Estado.

Si esos aeropuertos no están prontos a tiempo y Brasil no es capaz de ofrecer los servicios de primer nivel que justificaron las privatizaciones, el tema podría transformarse en un problema político cuando Rousseff busque la reelección en octubre.

Las privatizaciones de los aeropuertos son seguidas de cerca, pues representan el primer paso en un plan de atraer más de 100.000 millones de dólares en inversiones privadas para proyectos de infraestructura pública.

Recientes visitas a los aeropuertos internacionales en Sao Paulo y Brasilia reforzaron las dudas de que las expansiones a cargo del sector privado vayan a estar totalmente operativas para el Mundial.

AJUSTANDO LAS EXPECTATIVAS

Los atrasos en las obras de los aeropuertos administrados por el Estado han sido todavía más dramáticos. Al comienzo del mes pasado, las reformas en otros siete aeropuertos de ciudades sede del Mundial estaban apenas a mitad de camino o aún peor, según la agencia estatal de aeropuertos Infraero.

Aún así, las obras privatizadas están bajo la lupa. Tras enterarse a comienzos de año que los trabajos venían retrasados, la autoridad de aviación civil ANAC redobló las inspecciones de los aeropuertos en manos privadas.

El ruido de martillos neumáticos resuena en los pasillos del aeropuerto de Brasilia, donde los pasajeros que suben por una escalera mecánica pueden ver un agujero de casi dos metros de diámetro en el piso, detrás de un área tapada con paneles.

Un nuevo terminal debería abrir en cuestión de semanas y el operador privado prometió otro para mayo, aunque las autoridades municipales han intentado moderar las expectativas.

En el aeropuerto internacional de Guarulhos, en las afueras de Sao Paulo, la flamante fachada del nuevo Terminal 3 esconde el hecho de que en su interior faltan todavía varias paredes, techos y sistemas operativos básicos.

"Guarulhos es donde esperamos los mayores contratiempos", dijo un funcionario del gobierno informado sobre los avances de las obras, que pidió no ser identificado.

Los sistemas automáticos de despacho de equipaje y control de inmigración, por ejemplo, no estarán listos para el Mundial. La nueva terminal internacional abrirá con apenas una fracción de su capacidad programada, canalizando sólo uno de cada cuatro vuelos al extranjero o menos de un 10 por ciento del tráfico total del aeropuerto.

"Uno podría imaginar nuevos anuncios en el futuro", dijo Ozores. "Claramente hay una corrección en curso, un ajuste de expectativas".

La construcción en los aeropuertos privatizados ha avanzado a un ritmo intenso, con hasta 8.000 obreros trabajando en turnos las 24 horas del día en cada ciudad. Los operadores aseguran que los aeropuertos estarán listos en las fechas previstas.

Pero los cronogramas eran apretados desde el comienzo. Tras ganar las licitaciones en febrero del 2012, la burocracia y las regulaciones retrasaron el inicio de las obras hasta la segunda mitad del año, dejando apenas un año y medio para las reformas.

Viracopos, otro aeropuerto privatizado en las afueras de Sao Paulo que será utilizado por varias selecciones de fútbol, había concluido en enero un 82 por ciento de la expansión programada, unos tres meses antes del plazo final. Su operador declinó una solicitud para visitar las obras.

MAS ALLA DE SU CAPACIDAD

En contraste con los aeropuertos, muchos de los estadios del torneo también fueron acabados con retraso, pero a estas alturas los organizadores ya disputaron partidos de prueba en casi todos. El Arena Corinthians de Sao Paulo, donde la muerte de tres obreros retrasó las obras, es el único de los 12 estadios aún sin probar.

Brasil necesita urgentemente nuevas terminales, pues desde el 2010 tres de cada cuatro aeropuertos trabaja más allá de su capacidad original debido a que el tráfico aéreo se ha más que duplicado en una década, según Infraero.

Sin embargo, la carrera por terminar la construcción a tiempo para el Mundial crea el potencial de problemas en un sistema con escaso margen de error.

La Fuerza Aérea Brasileña complicó todavía más las cosas al decretar zonas de exclusión aérea sobre los estadios durante los partidos por razones de seguridad, alterando algunos vuelos en varias ciudades por hasta cinco horas.

Las aerolíneas brasileñas han estado también reduciendo sus costos y cortando personal tras dos años de fuertes pérdidas y los dolores de cabeza a la hora de viajar son comunes en Brasil sin el impacto de un gran evento.

Durante una reciente visita al aeropuerto de Brasilia, por ejemplo, el sistema informático de una aerolínea estuvo caído durante horas, generando filas que daban vuelta la esquina.

"Será una situación caótica y extraña para la mayoría de los pasajeros", dijo Irvine, el agente de viajes de Dehouche. "Pero saldrán adelante".