Actualizado 07/07/2015 15:32

La rutina continúa para argentinos optimistas frente a un nuevo default

Por Sarah Marsh

BUENOS AIRES, 31 jul, 1 Ago. (Reuters/EP) -

- Argentina puede haber caído el jueves en su segundo default en 12 años, pero los elegantes y repletos cafés de Buenos Aires mostraban pocas señales de angustia y las calles estaban llenas de compradores en lugar de manifestantes.

José Bini, un empresario argentino de 27 años de edad, hizo caso omiso a la noticia de la cesación de pagos con una risa resignada, diciendo que está acostumbrado a las crisis económicas.

Por lo menos la situación actual no es tan mala como durante la crisis que golpeó a la tercera mayor economía de América Latina entre el 2001 y el 2002, dijo.

"Estamos acostumbrados a vivir como en una montaña rusa", explicó Bini, que no va a cambiar sus planes de expandir su microcervecería debido a la cesación de pagos. "He vivido dos defaults, hiperinflación, una crisis económica, estanflación y sólo tengo 27 años", agregó.

Argentina, que ya está sumida en la recesión, fracasó el miércoles en llegar a un acuerdo antes de un plazo límite de la medianoche con los acreedores "holdouts" que demandan a la nación por el pago completo de sus bonos en mora.

Pero a diferencia de la última cesación de pagos, cuando el Estado se declaró en bancarrota, lo que provocó protestas sangrientas y sumió a millones en la pobreza, esta vez Argentina es solvente.

Simplemente no puede pagar a los tenedores de bonos que aceptaron unos canjes sobre su deuda impaga debido a un fallo judicial estadounidense, lo que significa que está en "default técnico".

La noticias de la moratoria llevó a las acciones y los bonos argentinos a revertir avances recientes el jueves, pero no causó un desplome.

El peso cayó un 2,52 por ciento a 12,570 unidades por dólar y los operadores de divisas en las calles de Buenos Aires dijeron que no hubo ninguna prisa por comprar dólares en busca de refugio seguro.

Las calles de Buenos Aires estaban en calma el jueves y muchos dijeron que no entendían cómo los afectará el default.

"Esto crea una gran incertidumbre pero no sé cómo me va a afectar", sostuvo Silvina Ferreyra, de 33 años, una vendedora de una línea aérea que dijo que siguió a la noticia, pero no lo entendía todo.

"Tengo un trabajo seguro, pero no sé qué va a pasar. Es difícil invertir en tu vida, por ejemplo, comprar una casa, con tanta incertidumbre. Pero ¿qué puedes hacer? La vida continua", agregó.

El aumento de la incertidumbre pesará sobre el consumo ya débil, dijo Liliana Suaya, una comerciante de 55 años de edad. Las ventas ya cayeron un 40 por ciento este año debido a la inflación que los economistas pronostican se ubicará entre un 30 y un 40 por ciento para finales de año.

"La gente probablemente estará más preocupada de perder sus empleos y por la aceleración de la inflación", dijo Suaya, que ha vendido ropa en el barrio obrero de Once durante más de dos décadas. "Un montón de tiendas de la zona han cerrado recientemente".

Muchos edificios vacíos en Once han sido ocupados por residentes ilegales y Suaya está preocupado por el aumento en la delincuencia.

Pero Suaya dijo que está acostumbrada a los altibajos económicos y como muchos, había ahorrado durante la recuperación estelar de la Argentina en la década pasada, cuando las ventas crecieron tan rápido como están cayendo ahora.