Publicado 19/09/2013 06:20

Suben a 80 muertos por lluvias en México, devastación en Acapulco

Por Luis Enrique Martínez y Alberto Fajardo


ACAPULCO, México, 19 Sep. (Reuters/EP) -

- El número de víctimas por las torrenciales lluvias que azotaron México en los últimos días subió a 80 el miércoles, a medida que se conocía la magnitud del desastre principalmente en el occidental estado de Guerrero, donde la ciudad de Acapulco enfrentaba desabastecimiento y la desesperación de los turistas.

Las inundaciones y derrumbes provocados por las lluvias de la tormenta Manuel entre el viernes y el lunes dejaron prácticamente incomunicado por mar y tierra al popular polo turístico, repleto de visitantes que habían aprovechado el fin de semana largo por el feriado del Día de la Independencia en México.

El director general de Protección Civil, Ricardo de la Cruz, dijo que 48 personas perecieron en Guerrero, uno de los estados más pobres del país con una complicada orografía de sierras donde habitan comunidades en zonas de difícil acceso, lo que complicaba el rescate de las víctimas de los aludes.

En Acapulco, ubicado en la costa del Pacífico de Guerrero, murieron 18 personas.

El miércoles se informó sobre un deslave en la remota comunidad de La Pintada, en Atoyac de Alvarez, un municipio al noroeste de Acapulco, donde según dijeron las autoridades locales fueron rescatados 18 cadáveres bajo toneladas de barro, lodo y árboles que cedieron ante el embate de las constantes lluvias.

Decenas más están desaparecidas, destacaron las autoridades.

El presidente Enrique Peña Nieto dijo en un mensaje que tenía conocimiento de que se habían rescatado a unas 288 personas en La Pintada mientras que otras 91 aún esperaban rescate.

"Se reportan 58 personas desaparecidas sin que todavía se pueda precisar si eventualmente estas personas lamentablemente podrían estar bajo el lodo provocado por este deslave", añadió.

Previamente el secretario de Gobernación, Miguel Osorio, dijo que el panorama en esa población "no es nada alentador".

Los estragos de Manuel se sumaron el fin de semana a la tormenta Ingrid, que azotó los estados de la costa del Golfo, en el este del país, provocando lluvias pocas veces vistas.

El miércoles por la tarde, Manuel se convirtió en un huracán mientras avanzaba lentamente hacia el norte cerca de la costa del Pacífico mexicano, amenazando con lluvias, fuerte oleaje y vientos la costa del estado de Sinaloa según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (CNH).

El CNH dijo que el huracán debería moverse hacia tierra firme y comenzar a debilitarse gradualmente en horas de la noche. La alerta de tormenta tropical había sido descontinuada para los cercanos estados de Baja California Sur y Nayarit.

En Sinaloa, autoridades locales dijeron que habían evacuado poblaciones costeras y establecido albergues temporales en localidades tierra adentro.

El CNH dijo que el huracán podría arrojar máximos de hasta 38 centímetros de lluvia sobre Sinaloa y Nayarit, y generar condiciones de tormenta tropical sobre el estado turístico de Baja California Sur, sede del célebre balneario de Los Cabos.

PEÑA PIDE EVITAR PARALISIS

En Acapulco, a donde llegaron 40,000 turistas el fin de semana, solamente 5,300 habían sido evacuados a través de vuelos extraordinarios de las líneas aéreas así como de la Marina y el Ejército, que también eran utilizados para llevar ayuda humanitaria.

El secretario de Comunicaciones y Transporte, Gerardo Ruiz, dijo que esperaban haber evacuado 15,000 personas para la tarde del jueves.

Aunque Osorio señaló que no había desabastecimiento en Acapulco, en la periferia de la ciudad, donde vive la población pobre, los residentes reclamaban ayuda, se quejaban de las dificultades para obtener alimentos y de que los precios habían subido.

"No están respetando los precios en las tiendas. Esperamos más de dos horas para entrar y sólo conseguimos sopa Maruchan (instantánea), algunas latas de atún y dos cajas de leche. Esto se va a poner feo", dijo Clemencia Santana García, una vendedora ambulante de 45 años.

La secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, dijo que la prioridad era salvar vidas y trasladar a la gente a albergues, así como llevarles víveres y agua potable. Eso sólo puede hacerse por vía aérea ante el colapso de las carreteras, algo que no se solucionaría hasta el viernes.

"Tenemos que tener todos paciencia, estamos trabajando también en abastecer a hoteles y para abastecer tiendas de autoservicio, que se están quedando sin abasto", pidió la funcionaria al calificar la situación como de emergencia no sólo en Acapulco, sino en todo el estado de Guerrero.

Peña Nieto pidió que el país no se paralice y dijo que es necesario atender primero la emergencia para luego hacer una contabilización de los daños.

"Estos eventos climáticos no van a frenar el desarrollo del país, no van a generar parálisis al desarrollo que México debe de tener", dijo Peña en un acto público en la norteña ciudad de Monterrey, también afectada por las tormentas.

SAQUEOS

La presidenta de la Asociación de Hoteleros y Empresas de Acapulco, Mariberta Medina, dijo que en la zona de Diamante hubo saqueos el martes en algunas tiendas que sufrieron fuertes inundaciones.

"Desgraciadamente no fue un saqueo de necesidad de alimentos, sino de robar por robar. Se robaron hasta el adorno de Halloween, el adorno de Navidad, se robaron hasta el motor de una lancha o agendas, cosas que no ocupan para esta emergencia", dijo Medina el miércoles en una entrevista de radio.

Policías y militares custodiaban el miércoles un gran complejo comercial en Diamante, donde algunas de las principales cadenas minoristas del país tienen tiendas.

Los cuantiosos daños que sufrieron sobre todo estos dos estados y otras regiones del país podría poner presión sobre las finanzas públicas, en momentos en que la economía mexicana se encuentra en una fase de desaceleración.

Sólo en Guerrero, el gobernador Angel Aguirre calculó el martes en unos 5,000 millones de pesos (387 millones de dólares) los daños en carreteras, puentes y miles de viviendas.

El Gobierno dispone de 12,000 millones de pesos de un fondo de desastres naturales y de un seguro contra catástrofes para atender la reconstrucción que será "indudablemente cuantiosa", dijo el secretario de Hacienda Luis Videgaray.