Actualizado 30/03/2017 01:56

La suspensión del referéndum revocatorio coincide con el canje de bonos de PDVSA

   NUEVA YORK, 21 Oct. (Reuters Breakingviews/Notimérica) -

Los esfuerzos de Venezuela por ganar tiempo le están saliendo cada vez más costosos. Suspender un referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro no ayudará a convencer a sus acreedores a canjear bonos de la petrolera estatal PDVSA.

   El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela ha informado este jueves la paralización del proceso de recolección de firmas, que estaba previsto para la próxima semana y es necesario para activar un referéndum revocatorio contra Maduro. La oposición calculaba obtener las cuatro millones de rúbricas requeridas para la realización del plebiscito.

   La autoridad además postergó para el 2017 las elecciones regionales que se iban a realizar en diciembre. Y ahora algunos líderes de la oposición dicen que se les ha impedido salir del país.

   Los tenedores de bonos de PDVSA tienen hasta las 21:00 horas de este viernes para decidir si aceptan o no una oferta de canje de deuda por 5.300 millones de dólares que se está realizando para paliar una crisis de liquidez en la petrolera. La estatal ya tuvo que mejorar las condiciones de la operación una vez y extender el plazo final hasta en tres ocasiones.

   La estrategia venezolana de reducir sus importaciones y recurrir a sus reservas para mantenerse al día con los pagos de los 31.000 millones de dólares de deuda de PDVSA no puede continuar para siempre. El 13 de septiembre, el país tenía 11.900 millones de dólares en reservas internacionales, incluyendo oro.

   Teniendo que enfrentar los 7.000 millones de dólares en vencimientos del año próximo, PDVSA necesita que le vaya bien con el canje de bonos. El ministro de Petróleo incluso advirtió que "podría ser más difícil" hacer los pagos si eso no ocurre. Además, en última instancia Venezuela tendrá que reestructurar su gigantesca deuda soberana, que es casi equivalente a la de PDVSA, que además le debe a sus suplidores más de 20.000 millones de dólares.

   La expectativa de Maduro parece ser que paralizar las cosas por un tiempo, mientras se ejecuta el canje de bonos, le dará tiempo para que los precios del petróleo suban lo suficiente como para rellenar las arcas fiscales del Ejecutivo. Para ese fin, el presidente está en una gira de cuatro días a países miembros de la OPEP y a otros productores petroleros externos para la promoción de un acuerdo que estabilice los mercados petroleros.

   Cada incremento de 10 dólares por barril representa 7.000 millones de dólares en nuevos ingresos para Venezuela, según información de Medley Global Advisors.

   La paralización del referendo ofrece la posibilidad de una salida ordenada del aprieto cada vez más insostenible del país. Las acciones del Gobierno sugieren que preferiría más arriesgarse a un proceso de incumplimiento de pagos más desordenado que a ceder el poder.