SAO PAULO (Reuters/EP) - Unos 19.000 trabajadores de la automotriz General Motors Co del estado brasileño de Sao Paulo iniciaron el viernes una huelga en demanda de mejoras salariales, luego de que fracasaron las negociaciones con la empresa.
Las fábricas de GM en Sao Caetano do Sul, con unos 10.500 empleados, y en Sao José dos Campos, con 8.500, quedaron paralizadas en la mañana, según sindicalistas.
La huelga en GM se produce al comenzar el decimotercer día de un paro de 3.500 trabajadores de Volkswagen AG en el sureño estado de Paraná.
Los paros se produjeron mientras las automotrices del país buscan responder a un esperado incremento de la demanda este mes, el último en que rige totalmente una exención impositiva que ayudó a reducir los precios de los automóviles y llevaron a la industria a volúmenes récord de producción y ventas.
GM ofreció a los trabajadores un aumento salarial de 6,53 por ciento y un bono de 1.750 reales (972 dólares). Los empleados de la planta de Sao Caetano reclaman un incremento del 10 por ciento y un bono de 2.000 reales, mientras los de Sao José dos Campos quieren un 14,65 por ciento de alza de sus sueldos.
En otro revés para la industria, 60.000 trabajadores de autopartes y compañías de máquinas y equipos de la región metropolitana de Sao Paulo decidieron dejar sus trabajos el viernes, también en demanda de mejoras salariales.
El presidente del sindicato de la región, Sérgio Nobre, dijo en un comunicado que el gremio "llegó al límite de la paciencia y no es posible aceptar las disculpas de los empresarios" para no conceder un aumento salarial por encima de la inflación.
Los trabajadores de las plantas de Volkswagen-Audi en el estado de Paraná están en huelga desde el 3 de septiembre, causando una pérdida de producción de 9.800 autos, según sindicatos locales.
Pese a los paros en GM y Volkswagen, los trabajadores de la francesa Renault en Paraná y de Honda y Toyota en Sao Paulo han alcanzado acuerdos de aumentos salariales de un 8,65 y un 10 por ciento, respectivamente.
Una huelga de ocho días en la fábrica de Renault-Nissan, también en Paraná, terminó el sábado de la semana pasada.
La industria automotriz brasileña, la quinta mayor del mundo por ventas según la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea), espera un aumento del 6,4 por ciento de las ventas este año a un tercer récord anual consecutivo de 3 millones de unidades.
Por otro lado, la producción caerá un 5,2 por ciento debido a la brusca baja de las exportaciones por la crisis económica mundial.