Actualizado 16/09/2009 06:06

Unasur avanza en seguridad, Colombia no cede

Por Nelson Bocanegra y Alexandra Valencia

QUITO (Reuters/EP) - Los ministros de Unasur llegaron el martes a acuerdos parciales para hacer transparentes sus políticas de seguridad, en medio de la negativa de Colombia de detallar un plan militar con Estados Unidos, que frenó un consenso definitivo.

Ecuador, que tiene la presidencia protémpore de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), resaltó que los 12 países lograron consensuar sobre el intercambio de información en gastos de defensa, notificación de operaciones en sus fronteras y el respeto por la soberanía de cada nación.

No obstante, Colombia se negó a ofrecer garantías al organismo sobre el plan con Washington, que autorizaría al país norteamericano a utilizar siete bases militares en territorio colombiano para operaciones antidrogas.

"Lamentablemente no hemos arribado a resoluciones. Lamentamos la actitud de Colombia, la intransigencia de Colombia que no quiere transparentar el convenio sobre las bases militares", dijo el canciller boliviano, David Choquehuanca, al término del encuentro.

En la misma línea, el canciller de Ecuador, Fander Falconí, reconoció que "evidentemente hubo dificultades en el proceso de negociación", al señalar que se convocaría a una próxima reunión de ministros para destrabar los diálogos.

DIVISION

Para Colombia, no se lograron garantías en otros temas como los acuerdos de cooperación, armamentismo, lucha contra el narcotráfico y la presencia de grupos "terroristas" en la región, una de sus exigencias para los sudamericanos.

"No basta con pedir garantías para un asunto, una preocupación y dejar de lado las preocupaciones de los demás", dijo el ministro de Defensa Gabriel Silva a periodistas.

"La confianza se gana día a día en todos los ámbitos y no solo en unos y dejando otros por fuera", agregó por su parte el canciller de Colombia, Jaime Bermúdez.

Brasil, uno de los más moderados de la región, expresó que Colombia no dimensiona la gran molestia que causa la presencia de tropas foráneas en la región y ese sería uno de las trabas para avanzar en la confianza entre las naciones.

"Es un derecho soberano de Colombia siempre y cuando sean dentro de los límites territoriales... (pero) creo que la cuestión es que Colombia aún no percibió totalmente el grado de incomodidad que causa a otros países", consideró el canciller brasileño, Celso Amorín.

CARRERA ARMAMENTISTA

La reunión también se concentró en los planes de varios países para adquirir armamento como parte de sus políticas de seguridad.

Venezuela, que negocia con Rusia la compra de armamento por 2.200 millones de dólares, dijo estar dispuesta a dar detalles de su plan de seguridad.

"No tenemos ningún impedimento de mostrárselo a Unasur con todos los detalles porque la confianza comienza por la transparencia", dijo el vicepresidente venezolano, Ramón Carrizález.

Brasil también negocia acuerdos similares con Francia, mientras que anticipándose a ellos, Ecuador y Chile fortalecieron su flota aérea recientemente, al tiempo que Bolivia ha anunciado planes para comprar además de aviones de combate, helicópteros franceses y rusos.

La reunión de los funcionarios de alto rango de los países sufrió el mismo destino de la cumbre de presidentes de la Unasur, el pasado 28 de agosto en Argentina, que concluyó sin resultados, en medio de largos discursos.

Alan García, presidente de Perú que mantiene un diferendo limítrofe con Chile, tras criticar la carrera armamentista en la región había pedido en una misiva "poner las cartas sobre la mesa".

Al margen de la reunión, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, expresó desde Washington su preocupación por la compra de armamento por parte de Venezuela y la potencial carrera armamentista regional.

La reunión de la Unasur se llevó a cabo mientras Quito mantiene rotas sus relaciones diplomáticas con Bogotá y persiste un enfrentamiento entre Chávez y Uribe por el acuerdo militar con Estados Unidos.

(Con Colaboración de José Llangarí en Quito, de Marco Aquino en Lima y de Luis Jaime Acosta en Bogotá. Editado por Silene Ramírez)