Actualizado 20/12/2011 18:43

Venezuela ha recibido unos 30.500 millones de euros en créditos chinos para programas sociales


CARACAS, 20 Dic. (Reuters/EP) -

Venezuela ha recibido más de 40.000 millones de dólares (30.500 millones de euros) de bancos chinos desde el año 2007, dinero que ha sido utilizado para financiar cientos de programas sociales del Gobierno de Hugo Chávez, así como importantes obras de infraestructura, importaciones de bienes y contratación de servicios.

El Gobierno de Chávez recibió el primer crédito de 4.000 millones de dólares (3.051 millones de euros) del Banco de Desarrollo de China (BDC) en 2007 para conformar el Fondo China-Venezuela para proyectos sociales y de infraestructura.

En 2009, se hizo una primera reposición de este fondo y se negocia otra que se recibiría en febrero, una vez que se pague el saldo pendiente con el envío de unos 200.000 barriles por día de crudo y derivados. Un año después, Chávez negoció una línea de crédito de 20.000 millones de dólares (15.284 millones de euros) --que se pagará con crudo-- de los cuales la mitad se recibe en dólares y la mitad en renminbí (RMB) para proyectos e importación de bienes chinos.

La estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) envía unos 430.000 barriles diarios para pagar los ingentes créditos de la República con China y además recibió este mes del BDC unos 6.000 millones de dólares (4.576 millones de euros) en financiaciones y cartas de crédito para proyectos petroleros y compras de equipos a ese país.

Una buena parte del dinero de los créditos chinos se ha solicitado para financiar infraestructura, principalmente para un proyecto de ferrocarril a cargo de China Railway Group que recorrerá el centro-oeste de Venezuela y cuyas obras presentan bastante retardo.

Empresas asiáticas como Citic también están involucradas en la instalación de grandes plantas eléctricas y la construcción de inmuebles para solucionar dos de las principales crisis en Venezuela: el déficit de viviendas y de luz eléctrica.

Decenas de empresas de capital mixto se han instalado en la última década en Venezuela con la misión de transferir tecnología a esa nación sudamericana. Las más emblemáticas están conformadas con Huawei para la fabricación de teléfonos móviles, Chery Automobile para vehículos, Keeway para el ensamblaje de motocicletas y CGWIC para la fabricación de satélites.

Los chinos no llegaron al país de la mano de Chávez. Su incursión comenzó una década antes pero, bajo el paraguas de una cercana vinculación ideológica, ha florecido una estrecha relación comercial en los últimos años hasta convertir a la nación asiática en su segundo socio, después de Estados Unidos.

Esa cercanía le ha permitido al Gobierno venezolano, que tiene una alta exigencia de recursos, recibir más de 40.000 millones de dólares (30.500 millones de euros) en créditos de instituciones chinas desde 2007, la mayor parte de ellos a cambio del anhelado petróleo que requiere la segunda mayor economía del mundo. Ese monto es apenas una fracción de los 116.000 millones de dólares (88.550 millones de euros) que en total Chávez habría solicitado a su socio, según documentos filtrados por la oposición.

"Es muy poco dinero para ellos. China tiene pocos lugares en el mundo donde invertir en grande", dijo a Reuters Pedro Mario Burelli, exdirector de PDVSA.

Entretanto, la oposición venezolana denuncia la opacidad del mecanismo de crédito utilizado por ambos gobiernos, que crea atajos fiscales, multiplica la deuda pública y obliga a Caracas a enviar a Pekín uno de cada cinco barriles que exporta, comprometiendo los recursos la petrolera estatal PDVSA.

"Los recursos (...) están siendo utilizados para dar oxígeno a un Estado cada vez más hipertrofiado", advierte la empresa Ecoanalítica en un informa en el que hace referencia al uso del dinero chino para soportar el creciente gasto público, sin ningún tipo de vigilancia, en detrimento de la inversión.

EL CIRCULO DEL DINERO

Analistas coinciden en afirmar que la generosidad de China se debe a que, tal como están diseñados los instrumentos de crédito con Venezuela, el ciclo del dinero les favorece.

"Las relaciones con China son maravillosas desde todos los puntos de vista (...) Vamos a seguir fortaleciéndolas. Hemos hecho un plan de las relaciones China-Venezuela para los próximos 20 años", comentó Chávez este mes en defensa del pacto.

El Banco de Desarrollo de China presta dinero al Gobierno venezolano a cambio de petróleo, que es recibido por China National Petroleum Corporation (CNPC) bajo un precio fijo convenido.

CNPC abona los barriles a precio de mercado al BDC. Un parte de ese dinero se usa para pagar los intereses y el servicio de deuda y la otra --el excedente entre el precio convenido y el precio real-- queda a disposición de Venezuela. De esa manera, China asegura que no habrá impago y parte del dinero nunca sale de ese país.

Además, desde 2010 China ha estado entregando parte de los créditos convenidos en su propia moneda convertible, el renminbí (RMB), lo que obliga a Caracas a utilizar ese capital para pagar importaciones de productos chinos y servicios prestados por compañías chinas. Ese dinero también termina en suelo asiático.

En un entorno de inseguridad jurídica tras cientos de nacionalizaciones ordenadas por el Gobierno venezolano, China respaldó cada uno de sus instrumentos de crédito con cláusulas que le permiten acudir al Centro de Arbitraje Internacional de Singapur, una excepción en la norma de Chávez de dirimir las controversias en su territorio.