Actualizado 08/12/2014 04:36

Viaje saudita a América Latina evoca la troika petrolera de década de 1990, con EEUU como rival

Por Jonathan Leff

4 nov, 4 Nov. (Reuters/EP) -

- Hace unos quince años tres potencias petroleras acordaron un pacto secreto para impulsar los precios del petróleo, desde mínimos provocados por una crisis cercanos a los 10 dólares por barril.

En una serie de encuentros privados desde Madrid a Cancún, ministros de Arabia Saudita, Venezuela y México dejaron de lado meses de asperezas para acordar recortes en la producción.

Esta semana, el ministro de Petróleo saudita, Ali al-Naimi, realizará una visita poco común a las otras dos naciones que participaron de esa iniciativa.

Pero analistas petroleros veteranos no ven ningún indicio de que se esté formando una nueva coalición, pese a que hay algunas similitudes con lo que ocurría a fines de 1990: una baja estructural en los mercados petroleros y rumores de una guerra de precios entre los productores.

Naimi podría querer simplemente explicar la postura de Arabia Saudita, un mensaje duro sobre cómo todos los grandes países petroleros tienen que estar preparados para soportar un período de precios más bajos para frenar el avance de su nuevo rival: Estados Unidos.

"Sospecho que Naimi le dirá a los venezolanos la verdad sin adornos: que los precios tienen que bajar bastante y quedarse allí", dijo Philip K. Verleger, presidente de la consultora PKVerleger LLC.

Los precios del petróleo han caído casi un 30 por ciento desde junio y el lunes el crudo estadounidense cotizó bajo los 80 dólares, pero la abierta hostilidad y pánico que a la que se enfrentaron hace dos décadas a los grandes productores está, en gran medida, ausente. Y aun si Naimi estuviera juntando apoyo para tomar medidas, su última parada serían los productores de América Latina, que tienen problemas para mantener la producción.

"Este (viaje) es una señal, en gran medida, de que los negocios siguen igual que siempre, sin ningún pánico", dijo Paul Horsnell, jefe global de investigación en materias primas del Standard Chartered Bank.

Las visitas podrían ser una primera señal de que los tres países -que alguna vez fueron competidores despiadados en la venta de crudo pesado hacia el mercado de Estados Unidos- están encontrando un terreno común frente a la amenaza que crece rápidamente del petróleo de arenas bituminosas y del esquisto.

"Hoy existen algunos cambios y oportunidades interesantes, dado que Estados Unidos se ha convertido en un gran productor de petróleo dulce ligero", dijo Amy Myers Jaffe, directora ejecutiva de energía y sostenibilidad en la Universidad de California.

CLIMA Y GAS NATURAL

El propósito oficial de los viajes de Naimi es inofensivo: participará en una cumbre sobre el clima en Venezuela y en una conferencia sobre gas natural en México.

El funcionario ha sido por mucho tiempo el enviado del reino a las negociaciones globales sobre el clima, pero a Venezuela no viaja desde 2006.

Sin embargo, las visitas también le darían la posibilidad a Naimi, quien participó en las negociaciones de fines de la década de 1990, de explicar la postura del reino sobre los precios a Venezuela, uno de los miembros de la OPEP que está expuesto a más riesgos por la baja en las ventas de crudo.

La visita podría anticipar discusiones más difíciles a futuro.

A menos de cuatro semanas de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se reúna en Viena, no hay señales de que los miembros del Golfo Pérsico del cartel estén muy apurados por cerrar el grifo.

Algunos analistas proyectan que los precios seguirán bajando el año próximo, si la OPEP no reduce la producción o si no se da una desaceleración fuerte en la producción de esquisto de Estados Unidos.

Funcionarios en Venezuela y México no quisieron decir si tienen planeada alguna discusión directa entre funcionarios petroleros.

¿PALABRAS DURAS O CONVERSACIÓN AMISTOSA?

Funcionarios venezolanos han lamentado públicamente los comentarios sobre una guerra de precios tras la decisión del mes pasado de Arabia Saudita de reducir los precios de sus exportaciones de su crudo, que algunos vieron como una señal de que la nueva estrategia del mayor exportador del mundo es la defensa de su participación de mercado, aun a expensas de los precios.

Pero esas críticas veladas están lejos de la abierta hostilidad entre las dos naciones de fines de la década de 1990, cuando Arabia Saudita inundó el mercado para castigar a Venezuela por producir más de lo que establecía su cuota, en la última de varias guerras de precios al interior del cartel.

Ahora Venezuela está luchando por evitar que la producción caiga.

"En estos momentos, si uno quisiera conseguir recortes de producción, el último lugar al que iría sería Caracas o Ciudad de México", dijo Nathaniel Kern, presidente de Foreign Reports en Washington.

México, que no es miembro de la OPEP, se había implicado como un "intermediario íntegro" para conseguir que los dos países conversaran, dijo Horsnell. Los precios del petróleo se habían derrumbado un 40 por ciento luego de la crisis financiera asiática de 1997.

Al final, el ministro de Petróleo de Argelia actuó como mediador durante meses de diplomacia soterrada, con viajes secretos a Europa, aviones sin identificación. Finalmente, se selló un acuerdo de producción en marzo de 1998 en una oficina alquilada en el aeropuerto de Madrid.

Según Horsnell, el viaje de Naimi muestra que los comentarios sobre una guerra de precios son exagerados.