SANA (Reuters/EP) - Yemen anunció el sábado que detendrá sus operaciones por la festividad musulmana de Eid al-Fitr, en medio de un enfrentamiento contra los rebeldes del norte del país que esta semana causó la muerte de decenas de personas y provocó llamados para que el Gobierno proteja a los civiles.
La inestabilidad en Yemen, que incluye una renovada campaña en contra de blancos extranjeros y del Gobierno por parte de Al Qaeda en los últimos dos años, ha alarmado a las potencias de Occidente y a Arabia Saudita, uno de los mayores productores mundiales de crudo.
"El Gobierno cesará sus operaciones militares en las regiones occidentales del norte desde este momento", dijo un comunicado emitido por la prensa estatal, reanudando las demandas para que los insurgentes regresen a los territorios bajo su control y se sometan a la autoridad central.
El Eid al-Fitr, que marca el final del mes de ayuno del Ramadán, comenzará el domingo y durará tres días. La declaración indicó que el cese al fuego comenzaría el sábado.
Abdul-Malik al-Houthi, líder de los rebeldes de la secta chiíta Zaydi en las provincias de Saada y Amran, dijo a la cadena de televisión Al Jazzera que estaban listos para el enfrentamiento y llamó al Gobierno a liberar a los prisioneros que han estado en la cárcel por cuatro años.
Un comunicado publicado en el sitio en internet de los rebeldes dijo el viernes que el Ejército había realizado tres redadas aéreas y destruyó casas en la ciudad de Saada, que está bajo el control del Gobierno.
Cerca de 87 personas murieron el miércoles en una redada aérea en un campo para refugiados en la provincia de Saada, y dos días antes un mercado en el pueblo de al-Talh fue bombardeado.
Los incidentes provocaron la condena de organizaciones de ayuda y grupos de derechos humanos yemeníes. Un alto funcionario de Naciones Unidas pidió a Yemen que cumpla con sus obligaciones en la protección de los civiles.