Actualizado 07/05/2014 06:57

Gobierno salvadoreño advierte que guerrillas quieren infiltrarse

Miembros de una mara en un funeral a finales de junio
Foto: REUTERS

SAN SALVADOR, 6 May. (Notimérica/EP) -

   El ministro de Justicia y Seguridad Pública de El Salvador, Ricardo Perdomo, ha reconocido este martes que existe "un plan estratégico" en el seno de las pandillas para penetrar en las fuerzas públicas del orden, como la Policía Nacional, la Academia Nacional de Seguridad Pública o la Fuerza Armada.

   Las pandillas "han penetrado en sindicatos, han penetrado en las ONG, en organizaciones comunales y también en algunas iglesias, especialmente, del sector evangélico", ha asegurado Perdomo, quien también ha advertido de la intención de estos grupos de infiltrarse en instituciones como la Policía o la Fuerza Armada.

   Perdomo ha explicado que el interés por asentarse de manera irregular en las fuerzas del orden responde, "no solo a conocer y frustrar planes" contra sus actividades, "sino también para obtener entrenamiento en el manejo de armas", llegando incluso a la posibilidad de robar armamento y equipamiento policial para llevar a cabo sus fines.

   El ministro salvadoreño ha detallado que esta situación está siendo investigada de manera conjunta con otras instituciones estatales, como los servicios de Inteligencia o los propios organismos de seguridad que padecerían este tipo de presencia en sus filas.

   En ese sentido, Perdomo ha desvelado cómo el año pasado, las autoridades de reclutamiento de la Fuerza Armada consiguieron destapar a casi una treintena de pandilleros que pretendían ingresar en el Ejército, según ha publicado el periódico salvadoreño 'El Mundo'. Además, ha continuado, han sido desmanteladas una serie de ubicaciones en las que estos criminales recibían entrenamiento castrense por parte de antiguos militares retirados.

   Las autoridades estiman que unos 60.000 jóvenes y niños integran las 'maras' de El Salvador, principalmente la Mara Salvatrucha y la Barrio 18, que se enfrentan entre sí y aterrorizan a la población con sus extorsiones.

   Desde el año 2012, ambas organizaciones pactaron una tregua momentánea que hasta el día de hoy se mantiene de forma precaria, para intentar frenar los asesinatos y crímenes violentos que desde hace varios años afectan al pequeño país centroamericano.

   La tregua se produjo gracias a la intervención del obispo castrense, monseñor Fabio Colindres, y del exguerrillero Raúl Mijango, quienes buscaban así frenar la mitad de los homicidios que se cometen en el país, los cuales se atribuyen a las pandillas.